Miguel Barroso, una vida discreta tras la muerte de Carme Chacón

Si hay una imagen potente del segundo gobierno de Zapatero, esa es la de la entonces ministra de Defensa Carme Chacón embarazada de siete meses y pasando revista a las tropas. La fotografía dio la vuelta al mundo y provocó el elogio de la prensa internacional. Entonces, 'Libération' tituló: "Carme Chacón, nueva arma de Zapatero contra el machismo", con una instantánea de la ministra barriguda y concentrada desfilando ante los soldados. El diario francés describía atinadamente cómo los mandos militares "rozaron el infarto" al enterarse del nombramiento de Chacón como cabeza de Defensa, "una mujer de 37 años, embarazada de varios meses, que además era catalana".

Carme Chacón pisaba entonces con solidez la alfombra roja de la política. Pocos meses antes de esa foto, el 14 de diciembre de 2007, la catalana y el periodista Miguel Barroso se casaban en una celebración íntima en Esplugues de Llobregat. Ella entonces ocupaba la cartera de Vivienda. Él era director general de la Casa de América, había sido secretario de Estado de Comunicación y seguía asesorando al presidente Zapatero en diversas materias. Algunos dicen que esa imagen de Chacón embarazada pasando revista salió de la cabeza brillante de este estratega, escritor y publicista inclasificable.

Durante un tiempo, el poder de Miguel Barroso adquirió tintes de leyenda. Desde abril de 2004 hasta septiembre de 2005, durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, fue secretario de Estado de Comunicación. Fue en esa etapa cuando se implantó la TDT en España, se fijó la fecha del apagón analógico y se concedió licencia a las cadenas La Sexta y Cuatro. Desde 2006 hasta finales de 2008 fue director general de Casa de América de Madrid. Era amigo personal de José Luis Rodríguez Zapatero y fue su asesor en la presidencia.

Muchos pensaron que con la materia prima de Chacón y las manos expertas de Barroso, juntos lograrían moldear a la primera mujer presidenta de España. Pero no lo consiguieron y por el camino se quedó su matrimonio. En 2016 la pareja decidió disolverlo tras varios meses de separación. Fue una ruptura amistosa, meditada y en la que primó el amor mutuo por su hijo. Un año después, Chacón, una de las políticas más brillantes de su generación, falleció sorpresivamente por una cardiopatía congénita.

Barroso se esfumó de la vida pública y desde entonces llevaba una vida en segundo plano, a caballo entre La Habana y Madrid. Trabajaba como director para Nuevos Proyectos del gigante de la publicidad y las relaciones públicas WPP. En 2015, la multinacional le encargó que abriera mercado en América Latina. Desde entonces, esa misión le llevó a pasar prácticamente la mitad de su tiempo fuera de España, en una 'nueva' etapa vital "apasionante" para quien lo había hecho ya prácticamente todo profesionalmente.

También en el terreno sentimental Barroso rehízo su vida con una nueva pareja totalmente anónima. Con ella, una anestesista que nada tenía que ver con el mundo de la comunicación o la publicidad, convivió en un céntrico piso de la capital.

Miguel Barroso ha desempeñado la mayor parte de su carrera en la empresa privada. "Tiene una amplísima cultura, una gran capacidad de trabajo y un carisma muy poderoso", definía a grandes rasgos quien trabajó con él. Licenciado en Periodismo y Derecho, colaboró con distintos medios de comunicación, fue vicepresidente internacional de Fnac (donde empezó como director de Comunicación) y desde 2009 trabajaba en el holding WPP, la empresa publicitaria más grande del mundo.

Para Barroso, que también escribió alguna novela, esta era su tercera relación conocida. Antes que Chacón, Miguel estuvo casado con la periodista Charo Izquierdo, quien fuera durante tres años directora de la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week. Con ella tuvo dos hijas, Camila y Cristina.