Funeral de Álex Lequio: las palabras de Ana Obregón y lágrimas con la Salve Rociera
Una ceremonia marcada por una profunda emoción en la que la actriz ha reunido fuerzas para rendir, una vez más, un sentido homenaje a su hijo
El 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima, fallecía Álex Lequio en Barcelona, en pleno confinamiento. Los padres, Ana y Alessandro, solo pudieron estar acompañados en esa tragedia por Celia y Amalia, las dos hermanas Obregón, y Carolina, la novia del joven. Una despedida triste sin poder recibir los abrazos y el cariño del resto de familiares, amigos y conocidos.
Álex Lequio tenía 27 años, y si el mal destino no se hubiera cruzado en su camino, el 23 de junio habría cumplido 28. Una vida llena de proyectos que cuando le detectaron el cáncer aún estaban por cumplir, como él mismo decía. Ana y Alessandro han querido compartir la misa funeral, que se ha convertido en un homenaje al hijo querido y en la que el comentario general era el mismo. Una total incredulidad ante la desaparición de Álex después de una lucha de gladiador (como dijo su madre) que ha durado dos años.
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A las 19:30 del día de ayer llegaban a la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, cuyo altar estaba repleto de gardenias blancas y varas de nardos, Alessandro Lequio y María Palacios. Antes que ellos habían ocupado los bancos Juancho y Javier Obregón, los sobrinos y los amigos desde la infancia y el colegio de Álex. Quince minutos después entraba en el templo Ana con Celia, Amalia y Carolina. Se colocaron en un banco a la izquierda mientras que Lequio lo hacía a la derecha. Durante toda la ceremonia religiosa, la actriz no dejaba de llorar y solo al final las palabras del mejor amigo de su hijo contando anécdotas han servido para que pudiera mostrar una sonrisa.
La ceremonia estuvo oficiada por el sacerdote Alfonso Sánchez, que tuvo palabras de consuelo para los padres: “Ana, tú eres su madre en la tierra. Ahora Álex tiene a la Virgen María, que le acuna como lo hacías tú cuando era pequeño. No olvidéis nunca que como buen hijo que siempre ha sido os seguirá cuidando desde el cielo”.
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El grupo Alborada se encargó de la música e interpretaron varias piezas de Mozart, Haydn..., y en la Consagración sonó el Himno Nacional y la composición principal de la película 'La misión', de Ennio Morricone. Y no podía faltar 'Honor him', el tema de la cinta 'Gladiator', que resumía la lucha de Álex en estos últimos dos años.
El momento más emotivo ha sido al final de la misa con la intervención del mejor amigo de Álex, de uno de sus primos y de la propia Ana. La actriz ha tenido que hacer un gran esfuerzo, pero quería dar las gracias a todos los presentes y ausentes. Sin poder contener la pena, ha tenido que interrumpir varias veces su dedicatoria al verse desbordada por las lágrimas.
“Has sido mi vida y lo seguirás siendo. El mejor hijo, nieto, hermano, amigo... Nunca abandonaste la sonrisa ni el sentido del humor. Eres grande, nos has enseñado a todos con tu ejemplo a ser mejores personas. Me dicen que ahora tú nos cuidarás. Hijo mío, espero el día que pueda abrazarte”, afirmó Ana.
A continuación, el coro cerró el funeral con una impresionante interpretación de la Salve Rociera. Ana aún tuvo fuerzas de abrazar a varios de sus amigos como Ramón García y Ra, su íntimo. “No sé que voy a hacer ahora”, decía.
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Las palabras de ánimo sirven para poco cuando aparecen en la vida estas tragedias. Por ahora, lo único que tiene previsto es viajar a la casa familiar de La Costa de los Pinos, donde Álex fue tan feliz.
Igual que a Alessandro Lequio le hemos visto en ocasiones con la camiseta y la gorra de su hijo, Ana quiso también brindarle su propio homenaje y lució en el funeral un vestido idéntico en la forma, no en el color, a uno que utilizó en el embarazo de Álex. En la parte superior del escote palabra de honor llevaba bordado el nombre del hijo querido.
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El 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima, fallecía Álex Lequio en Barcelona, en pleno confinamiento. Los padres, Ana y Alessandro, solo pudieron estar acompañados en esa tragedia por Celia y Amalia, las dos hermanas Obregón, y Carolina, la novia del joven. Una despedida triste sin poder recibir los abrazos y el cariño del resto de familiares, amigos y conocidos.