Ponce y Paloma Cuevas no se plantean la anulación matrimonial pero sí el divorcio

Enrique Ponce y Paloma Cuevas mantienen, a día de hoy, una buena relación y no han iniciado todavía los trámites de separación. Así lo confirman a Vanitatis fuentes de toda confianza. “Habrá divorcio y lo quieren hacer desde el respeto y el cariño”, aseguran.

Lo que no habrá, ni ahora ni en un futuro, será la anulación matrimonial. Una decisión que ni tan siquiera se ha planteado y que tendría nulo recorrido en el Tribunal de la Rota. Han sido veinticuatro años de matrimonio y tres más de noviazgo y, por lo tanto, resultaría muy difícil demostrar los supuestos en los que se basa la justicia eclesiástica para declarar nulo el matrimonio.

Tanto Paloma como Enrique son personas con unas fuertes convicciones religiosas y esta opción no se valora. En cambio, el torero y la joven estudiante de Derecho sí contemplarían un enlace civil una vez que se resuelva el divorcio.

La nueva ilusión

La pareja vive su enamoramiento públicamente y sin esconderse, como se ha visto en la portada y páginas interiores de la revista 'Diez Minutos'. Ambos han declarado que quieren normalizar su relación y de ahí que a partir de ahora sea habitual que ambos acudan a lugares públicos. Hace una semana estuvieron con los padres de Ana Soria, y otro matrimonio amigo, en el restaurante Cuatro Nudos en la localidad de San José (Almería), donde la familia tiene su casa de vacaciones y una lancha en el amarre del puerto. Según ha confirmado la propia Ana Soria, estaría dispuesta a cambiar sus planes académicos para acompañar a su novio en sus giras taurinas. El próximo 1 de agosto, Ponce torea en Osuna (Sevilla) y es muy posible que la joven acuda a la plaza. Si antes ya lo hacía por su afición taurina, ahora con más razón.

Paloma Cuevas sigue en la finca de Jaén con su familia. Aparentemente, la relación se mantiene en buenos términos y Ponce es bien recibido en la Cetrina, la finca donde pasó el confinamiento con la familia. Según las declaraciones de Ana Soria al periodista José de Santiago, en ese tiempo ya habían iniciado su romance sin que nadie lo supiera. “Cuando Enrique y yo nos conocimos, él ya estaba separado de su mujer. Nosotros llevamos juntos unos ocho meses… y su matrimonio llevaba roto desde hace dos años”.

Este dato choca con las afirmaciones de amigos íntimos del matrimonio que confirman lo contrario y remiten al Instagram del torero (ahora borrado) y de Paloma con imágenes de pareja estable y feliz.