Una doncella, un lunar y un noble europeo: el último misterio enterrado en La Almudena

Hay una nueva paternidad en juego y, en este caso, se trataría de un miembro de la realeza europea cuyos restos permanecen enterrados en la catedral de La Almudena en Madrid. Este personaje, del que por ahora se desconoce su identidad, dejó embarazada a una joven que trabajaba de doncella en la casa. Al conocerse su estado, la echaron del trabajo. Como carecía de medios, entregó a su hijo a los servicios sociales y, más tarde, fue adoptado por un matrimonio malagueño.

Cuarenta años después, el hijo ha puesto en manos del bufete del abogado Fernando Osuna la demanda de paternidad. Este letrado ya ha defendido los derechos filiales de Manuel Díaz, los hijos de Samuel Eto’o, Paco Gento o Carlos Baute, entre otros.

En el caso del noble europeo, la familia no quiso saber nada. Desde hace tres años el supuesto hijo, que vive en Malaga, ha venido recopilando información y ha enviado cartas a personas cercanas al aristócrata explicando su situación. El supuesto padre murió hace veinte años y su cuerpo fue enterrado en la catedral de la Almudena.

“El padre biológico fue el que indujo a la madre a entregar al bebé en la Casa Cuna. No quiso ninguna responsabilidad y es ahora cuando queremos que se reconozca esa paternidad. Hay testigos de esa relación”, explica Osuna.

Un lunar y una exhumación

Según las pruebas presentadas, entre el padre y el hijo hay un alelo (versión de un gen) que determina la presencia de un lunar muy característico en el cuerpo. “Es un gen repetitivo en esa familia que lo poseen su padre, así como otros antepasados. Lo que hemos solicitado al juzgado es que se haga la prueba biológica para acreditar la paternidad. Para eso hay que exhumar los restos mortales que se encuentran en la catedral”, afirma el abogado que ha dirigido varios escritos a los responsables del templo para que indiquen donde se encuentra la tumba.

“Es una petición del juez y, por ahora, lo que hacen es dar largas. Nos dicen que no saben, que hay que buscar, que hay cerca de mil quinientos enterramientos... Y lo que decimos, es que todo está datado y, por lo tanto, no es tan complicado encontrar el lugar concreto para proceder a su exhumación. Nosotros no podemos hacerlo por nuestra cuenta, son ellos los que nos tienen que dar respuesta”, aclara Fernando Osuna. “El siguiente paso será enviar un escrito en el que manifestaremos nuestro malestar. Incluso puede haber obstrucción a la justicia, que es un delito porque la petición es por parte del juez. Esperemos que pronto tengamos una respuesta positiva”, concluye.