Las vacaciones secretas de Paloma Cuevas con Luis Alfonso de Borbón y Margarita

Este ha sido un verano muy complicado para Paloma Cuevas desde que la revista 'Semana' anunciara su separación de Enrique Ponce. Después ya vino el comunicado oficial firmado por el matrimonio en el que confirmaban la ruptura. En medio de la historia oficial, hubo exposiciones públicas del torero en su nueva vida con la joven Ana Soria. Imágenes sorprendentes que nadie del círculo de amigos, conocidos o taurino asociaba a la personalidad del torero. La discreción siempre formó parte de la existencia de la pareja Cuevas-Ponce, de ahí la extrañeza de las imágenes que colgaba en sus redes sociales y los mensajes de amor que hace unas semanas decidió hacer desaparecer.

También resulta sorprendente, para los que lo conocen, la idea recurrente de mandar, cada poco tiempo, comunicados a periodistas. Primero a Toñi Moreno y después a Chelo García Cortés. Mientras esto sucedía, de cara al mundo mediático, Paloma Cuevas permanecía en la finca Cetrina con sus hijas y sus padres. Victoriano Valencia, hombre prudente que, además de haber sido torero, es abogado, se ha convertido ahora en su mejor consejero.

La decisión de Paloma ha sido la de no hacer nada que pudiera dar que hablar o enturbiar la relación con su exmarido, que, según confirman a Vanitatis, es buena. “Paloma procura mantenerse al margen y hacer planes con las niñas. Montan a caballo, cocinan, ven películas y tienen amigas con las que jugar”, nos comentan. Algunas de estas actividades, como disfrutar de paseos y el cine, las comparten con los abuelos, a los que están muy unidas.

Unos días en Sotogrande

Cuevas ha querido mantener su perfil casi invisible pero también relacionarse con sus íntimos, como Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, que, además de amiga, es madrina de Bianca. Paloma lo es, a su vez, de Enrique de Jesús, el cuarto hijo de los duques de Anjou. Hace unos días aceptó la invitación de sus compadres y se instaló con sus hijas en la casa de Sotogrande, donde pasan sus vacaciones, tal y como confirman fuentes próximas a Vanitatis en primicia. Los hijos de ambas familias, de parecida edad, se llevan muy bien y todos ellos (menos el pequeño) disfrutaron de jornadas hípicas en el mismo lugar donde el matrimonio Borbón tiene sus caballos. Un par de veces salieron a cenar a lugares poco concurridos y testigos presenciales aseguran a Vanitatis que notaron a Paloma Cuevas más delgada y que estaba muy guapa.

Paloma ha tenido un gran apoyo en su grupo de amigas, que la han visitado en la finca. Algunas de ellas son compañeras del colegio de Córdoba que se conocen desde pequeñas y con las que mantiene un fuerte vínculo. A esa piña afectiva se han unido Carolina Herrera o Cristina Yanes y su marido, que son amigos incondicionales. Es posible que, en un futuro, Cuevas vuelva a retomar el diseño de joyas. Hace unos años hizo una línea de pulseras para la fundación Aladina, de Paco Arango, que tuvieron mucho éxito. En su cambio de vida personal podría contemplar una actividad laboral que tuviera que ver con este sector o la decoración de interiores.

En breve, Paloma Cuevas y sus hijas dejarán la finca Cetrina para incorporarse a la vida escolar y familiar. Comienza una nueva etapa para ella rodeada de amigos que nunca fallan.