Massiel, la verdad sobre su herencia y sus lazos familiares: hablamos con su hermano
La ganadora del Festival de Eurovisión se ha caracterizado siempre por una gran libertad a la hora de expresar sus opiniones, incluso en momentos complejos
Se ha escrito y dicho tanto sobre Massiel que a veces se dan por hecho cosas que no son, como por ejemplo que era muy cuantiosa la herencia que recibió de su padre, Emilio Santamaría, quien fuera posiblemente el mánager más importante de España durante varias décadas y que falleció a los 65 años en 1979. Si se nos permite el símil, ni calvo ni con seis pelucas. Esta es solo una de las dudas que nos aclara su hermano menor, quien se llama como su progenitor, y también siguió sus pasos profesionales hasta que hace tres años decidió jubilarse. Pocas personas conocen como él a una artista que logró el hito de ganar Eurovisión en 1968, un acontecimiento que cobró unas dimensiones patrióticas que, en cierta medida, eclipsaron una brillante carrera como cantante y como actriz, cuya última manifestación fue el musical 'Follies' a las órdenes de Mario Gas en 2012.
Emilio también ha sido un mánager de éxito y sus últimos representados fueron El Consorcio, hasta que decidió poner punto y final a un periplo profesional que también estuvo unido temporalmente a su hermana, quien a sus 73 años se retiró artísticamente, pero sigue siendo un personaje muy reclamado en televisión no solo por su apasionante pasado, sino por su carismática y arrolladora personalidad.
PREGUNTA: ¿Cómo fue vuestra infancia junto a una persona con tanta relevancia como vuestro padre?
RESPUESTA: Mi casa siempre fue muy divertida. Lo que quizás no se sabe es que mi padre era sastre e hijo de sastre y con esa condición vino a Madrid, pero en esos tiempos de la posguerra no tardó más de dos años en colgar las tijeras y acabó 'infiltrándose' en el mundo de la noche y del espectáculo. Tengo algunas fotos de él de esa época presentando a artistas. Por darte un dato, fue mánager de Monna Bell, la primera ganadora del Festival de Benidorm en 1959, pero él se metió en esto por la bohemia, no por el dinero.
P: Y, sin embargo, logró hacer fortuna...
R: Tuvo prestigio y reconocimiento, porque era un personaje muy carismático, muy simpático y especial, pero eso no significa fortuna. Respecto a lo que preguntabas sobre nuestra infancia, al tener mi hermana y yo cinco años de diferencia, ella es mayor que yo, siempre hubo un distanciamiento. Si, por ejemplo, yo tenía cinco, ella diez, así que nuestros ambientes eran muy diferentes. A partir de los 14, dejé de verla, porque ella ya tenía una pandilla de adultos. Posteriormente sí que coincidimos mucho porque yo también me dediqué a ser mánager y lo fui de ella durante un par de décadas.
P: Quizás sería un buen momento para recordar a los artistas que llevaba tu padre para que nos hagamos una idea de su magnitud profesional.
R: Si vamos cronológicamente, tendríamos que empezar con un grupo que en su día tuvo mucho éxito, Los TNT, después Monna Bell, trajo a España a Alberto Cortez y Luis Aguilé, por remontarnos a los más antiguos en el tiempo... Luego llevó a Miguel Ríos en su mejor época, Los Brincos salieron de la mano de mi padre, Fórmula V, Hilario Camacho, Desde Santurce a Bilbao Blues Band, Mocedades, Mike Kennedy, han sido muchos... Seguro que me dejo algunos.
P: ¿Tenía tu hermana tanto carácter de joven como ha demostrado?
R: ¡Sí, sí! Era una chica de genio y responsabilidad Y mi madre también, así que los choques eran inevitables porque eran dos personas de mucho carácter -dice con humor.
P: ¿Igual tu padre hubiera preferido que no fuera artista?
R: Yo creo que fue un poco obligada por el ambiente... En aquel entonces, mi padre tenía el despacho en casa y hubo una época en la que mi hermana fue un poco la secretaria de él, quien le llevaba el control de las agendas. Lo gracioso es que fue mi madre la que la ayudó en la clandestinidad a preparar sus primeras maquetas, que grabó una versión de 'Capri c'est fini', así que mi padre se lo encontró muy hecho.
P: ¿Cómo empezó tu carrera de mánager?
R: Empecé a trabajar con mi padre en el 75 cuando dejé de estudiar, porque no tenía vocación de entrar en la universidad y me parecía una tontería engañar o engañarme a mí mismo. A los 18 años ya empecé a viajar. Las primeras galas fueron con Massiel, pero luego empecé con Mike Kennedy y con los artistas que había en casa. Hasta hace tres años que me corté la coleta. Tenía 64 años en ese momento y ya no me divertía. Igual que se pide a los artistas, preferí retirarme en lo alto y predicar con el ejemplo. Puedo presumir de que en los últimos años de Celia Cruz en Europa yo era su hombre en España. Fue una experiencia muy enriquecedora porque era una persona única.
P: ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con tu hermana?
R: En el trabajo, Massiel era muy disciplinada e incluso puntual. Si había que salir de viaje, como el que conducía era yo, imponía unos horarios muy estrictos y ella sabía que tenía que cumplirlos.
P: ¿Tenéis una relación estrecha en la actualidad?
R: Aunque los dos vivimos en Madrid, nos vemos poco. Igual fueron unos años muy intensos de trabajo y nos hemos dado unas vacaciones.
P: Massiel fue una mujer muy valiente en tiempos en los que podía costar caro: se negó a cantar para Franco y en un programa que se ha desclasificado este año de 1972, hemos escuchado unas declaraciones suyas en las que se calificaba de antifascista.
R: No he visto el programa entero, pero sí trozos. Cuando no estaba de moda estar en la oposición, ella lo estaba, no como algunos que han presumido durante décadas y en esos momentos estaban más discretos, más ocultos...
P: Otro momento muy duro para ella fue cuando sufrió una agresión fascista en su casa y se llegó a encontrar pintadas con esvásticas dentro. ¿Cómo lo vivisteis?
R: Por suerte, ella no estaba en casa en ese momento cuando entró ese comando. Días después entramos en la casa y vimos las pintadas y lo que había sucedido. No recuerdo dónde estábamos en ese momento porque yo trabajaba con ella entonces. Fue muy desagradable y el susto fue para la chica que trabajaba en casa. Es mejor que pasen estas cosas porque nunca sabes lo que podría haber pasado. Eran unos niñatos.
P: Massiel pasó a la historia por ganar Eurovisión, pero esta etiqueta eclipsó en cierta manera sus grandes logros artísticos posteriores. ¿Estás de acuerdo?
R: Ella ha tenido una carrera brillante y el gran público y el más veterano sí lo sabe. La gente joven tiene una visión muy deformada por desconocimiento y, por ejemplo, no saben que dos años después de Eurovisión estuvo durante uno haciendo una obra de Bertolt Bretch con Fernando Fernán Gómez. Era un reto profesional nada fácil, la partitura y la actitud que tenía que tener en el escenario eran complejas, y estuvo dirigida por un grande, Antonio Díaz Merat. Ha hecho cosas muy buenas que no se han reseñado lo suficiente.
P: ¿Crees que se le hace justicia?
R: Creo que se tiene una imagen algo distorsionada de ella, también porque ha tenido algunas intervenciones en televisión que no han sido afortunadas. Y muchos jóvenes se han hecho esa idea de ella por tres o cuatro programas en los que ni siquiera iba como cantante sino a hablar. Y eso puede tapar el enorme trabajo discográfico que tiene, porque su carrera ha sido muy buena.
P: Massiel ha sido pionera en muchas cosas y sacó un disco de rancheras antes de que lo hiciera Rocío Dúrcal con Juan Gabriel y arrasara. ¿Qué pasó con ese trabajo?
R: Fue un disco que tuvo muy poco recorrido, de coleccionistas. Ella se movía por impulsos y grabó rancheras cuando había que grabarlas, no cuando decía el marketing. Su interés iba por delante de las peticiones de las compañías discográficas.
P: Ir contracorriente a veces pasa factura...
R: Bueno, a ella le fue muy bien en su carrera, mientras estuvo en activo en la música. Fue todo el tiempo que estuve con ella, pero llegó un momento que yo me cansé y presenté mi dimisión. Ella también lo dejó en ese momento. Afortunadamente no tenía necesidad y pudo permitirse dar ese paso.
P: Siempre se ha dicho que heredasteis bastantes propiedades de tu padre. ¿Es eso cierto?
R: Se ha exagerado. No es ningún secreto. Mi padre dejó exactamente cinco apartamentos en la zona de Alicante, en la playa de San Juan, y un chalé en Los Ángeles de San Rafael, que tuvimos la mala suerte de comprarle al nefasto Jesús Gil y Gil. Eso no es un patrimonio para vivir toda la vida, sobre todo con lo que pagamos de impuestos una vez que se vendió. Fue una pequeña ayuda. Mi hermana, afortunadamente, tenía sus recursos propios, pero ni ella ni yo hemos podido vivir de la herencia de nuestro padre. En metálico nos dejó 70.000 pesetas en el banco.
P: ¿Cómo es tu vida familiar ahora?
R: Tengo dos hijos que me han dado tres nietos. Mi hijo se dedicó una temporada a la música, pero le ha llegado el momento de estabilizarse al formar una familia y se ha convertido en empresario. Y mi hija, Carmen Santamaría, tiene un trabajo serio, pero tiene vocación de actriz y va haciendo cositas según le van saliendo. Ahora está rodando una serie para Netflix. El gen artístico sigue en la familia.
Se ha escrito y dicho tanto sobre Massiel que a veces se dan por hecho cosas que no son, como por ejemplo que era muy cuantiosa la herencia que recibió de su padre, Emilio Santamaría, quien fuera posiblemente el mánager más importante de España durante varias décadas y que falleció a los 65 años en 1979. Si se nos permite el símil, ni calvo ni con seis pelucas. Esta es solo una de las dudas que nos aclara su hermano menor, quien se llama como su progenitor, y también siguió sus pasos profesionales hasta que hace tres años decidió jubilarse. Pocas personas conocen como él a una artista que logró el hito de ganar Eurovisión en 1968, un acontecimiento que cobró unas dimensiones patrióticas que, en cierta medida, eclipsaron una brillante carrera como cantante y como actriz, cuya última manifestación fue el musical 'Follies' a las órdenes de Mario Gas en 2012.