Esther Doña, tres años de su controvertida boda con Falcó y un emotivo mensaje en IG

Hace tres años, Esther Doña y el marqués de Griñón reunían a un grupo de amigos en la finca El Rincón para celebrar su boda. Se habían casado en la intimidad el 22 de julio en este mismo lugar con la presencia solo de dos testigos y el alcalde de Aldea del Fresno como oficiante. Fue una sorpresa para todos los que conocían a Carlos Falcó, igual que cuando decidieron inscribirse como pareja de hecho un año antes. En ambos casos, la familia directa se enteraba horas después del cuarto matrimonio del aristócrata. Antes había estado casado con Jeannine Girod, Isabel Preysler y Fátima de la Cierva.

Con Esther Doña fue la única con la que no tuvo hijos. Cuando se le preguntaba si querría aumentar la familia, Carlos Falcó comentaba, con sentido del humor, que ya había cumplido con creces la repoblación de la tierra. Su mujer prefería no dar explicaciones sobre este tema cuando acudía a un acto público o como imagen en su día de la firma Rosa Clará.

Han pasado tres años de aquella fiesta nocturna en el palacio que fue el hogar conyugal hasta que falleció Griñón en marzo pasado por coronavirus. Desde ese día, la vida de la hoy marquesa viuda ha dado un vuelco en todos los sentidos. Abrió su cuenta de Instagram, se convirtió en colaboradora del programa matinal de TVE y tiene intención de poner en marcha varios proyectos relacionados con su faceta de personaje público. Mientras vivió su marido, esta vertiente era menos activa y sus apariciones en prensa se limitaban a reportajes conjuntos en la revista '¡Hola!'. Cuando falleció Falcó, se reinventó y así lo explicaba en las sucesivas exclusivas a la misma revista.

Una boda sin familiares

La fiesta fue patrocinada y a varios de los invitados, como Matías Cortés, íntimo de Falcó, les llamó la atención la presencia de algunos de los asistentes, como explicaba el propio abogado: “No tenía ni idea que esta gente tuviera amistad con Carlos. Salvo Jaime Soto y cuatro más, no conozco a nadie”. De los cinco hijos, solo acudió Duarte. En este caso no sorprendía porque vivía con ellos. Tiempo después abandonaría la casa, igual que Aldara, al haber cambiado la estructura cotidiana. De la familia de su marido solo tiene trato con una prima, Verónica Fernández de Córdoba, a la que suele acompañar a cenas y almuerzos privados. Su círculo social se redujo al máximo tras quedarse viuda y ahora, poco a poco, lo va recuperando.

Esther Doña ha querido recordar su fiesta nupcial con una imagen de ese día y un recordatorio muy emotivo: “Mi amor, tal día como hoy hace tres años, celebramos junto a nuestros seres queridos el día más importante de nuestra vida. Te querré siempre”.