Los herederos del royal enterrado en la Almudena se niegan a una prueba de ADN

Hace unos meses, un supuesto hijo perteneciente a una familia real no reconocido presentaba una demanda de paternidad para exigir legalmente sus derechos. Se trataba de una relación sentimental entre una chica que trabajaba de doncella y un miembro de la realeza europea cuyo final acabó con el nacimiento de un bebé. A la joven la echaron del trabajo y no pudo sacar adelante al hoy reclamante. Como carecía de medios, tuvo que dejar a su bebé en los servicios sociales. Más tarde fue adoptado por un matrimonio malagueño. En el informe se presenta como un dato biológico un lunar muy característico en esta familia con raíces reales centroeuropeas.

Cuarenta años después, el protagonista de este novelón ha querido reivindicar el nombre de su madre y su árbol genealógico. El padre murió y son sus tres descendientes directos, que no viven en España, los que han recibido la demanda en la que se solicita las pruebas de ADN. Por el momento han negado cualquier tipo de parentesco. El príncipe murió en España y fue enterrado en la cripta de la catedral de la Almudena donde hay más de cuatrocientos enterramientos. Entre ellos, el que se le supone padre del hijo de la doncella. Todos pertenecen a grandes familias y a la nobleza porque fueron benefactores y tienen ese derecho.

El procedimiento se encuentra en manos del abogado Fernando Osuna, experto en estas reclamaciones. En su historial profesional se encuentran, entre otras demandas, unas que llegaron a buen puerto (como la de Manuel Diaz, la hija de Samuel Eto’o o de Carlos Baute) y otras en trámite (como la de Javier Sánchez, supuesto hijo de Julio Iglesias). Ahora, la prioridad es esta paternidad.

Antes del estado de alerta presentaron la demanda y la enviaron a los tres descendientes directos del miembro de la realeza cuyo nombre, por ahora, permanece secreto. “No han querido saber nada y han negado los hechos. Tienen sus abogados y así nos lo han comunicado. Nosotros seguimos adelante”, explica el letrado.

Ante la negativa de los herederos de dar por buena la relación parental con el reclamante y negarse a cualquier tipo de prueba, Osuna pidió judicialmente al deán de la catedral que identificara la tumba para proceder a la exhumación. Ocho meses después, la única respuesta que han recibido de los responsables de la cripta es: “Estamos en ello”. Osuna no se contenta y prepara otra demanda por obstrucción a la justicia y así lo explica a Vanitatis. “La cripta de la Almudena se resiste a localizar la tumba de esta persona. Este lugar pertenece a la iglesia y, por lo tanto, son ellos los que nos deben facilitar este dato para exhumar los restos. Ya hemos dicho al juez que les advierta que es su obligación”.