Aarón Guerrero: de Chechu en 'Médico de familia' a hostelero de éxito
Le conocimos en su faceta de actor infantil en la serie de Emilio Aragón y en la de 'Ana y los 7'. Ahora tiene una flota de restaurantes que resiste a la crisis provocada por el covid
Aarón Guerrero era Chechu en 'Médico de familia', la serie de Emilio Aragón que arrasó en los 90. Después llegó 'Ana y los siete', otro éxito televisivo. Poco a poco su presencia mediática como actor se fue diluyendo mientras su faceta empresarial aumentaba. Volvió a aparecer en 2014 en '¡Mira quién salta!', un concurso en el que los personajes debían tirarse desde un trampolín. Después volvió a su mundo profesional.
Tiene cinco restaurantes. Uno lo abrió durante el confinamiento y los últimos en el estado de alerta de Madrid. El nombre de la empresa que agrupa a todos los locales se llama Grupo Malaje, un homenaje a su padre andaluz.
PREGUNTA: ¿Tiene algo que ver que te dedicaras al mundo de la interpretación por lo que veías en casa? Tu padre, Paco Guerrero, es guionista y actor de doblaje.
RESPUESTA: Sí influye porque desde pequeño lo ves en casa. Es una profesión muy irregular pero muy bonita.
P: ¿Cómo recuerdas tus años en 'Médico de familia'?
R: Muy bien, con muchísimo cariño. Empecé con 8 años y acabé con 13. Una época muy bonita que me aportó muchas cosas positivas. Éramos una familia y nos seguimos tratando. Hablo mucho con Lydia, con Luisa Martín, Isabel Aboy... Cuando se murió Pedro Peña, lo sentí muchísimo. Fue como perder a un abuelo de verdad.
P: Tienes un niño de dos años, ¿te gustaría que fuera actor?
R: No me importaría. Es una profesión preciosa. Le diría que estudiara y se preparara porque hay mucha competencia.
P: Trabajaste con Ana Obregón, ¿qué recuerdos tienes?
R: Estupendos. La quiero mucho. A mí me pilló una edad diferente a la de 'Médico'. Estuve desde los 15 a los 18. Con Ana he tenido una relación fantástica. Es una mujer muy perfeccionista. Era la primera que llegaba, sabía su guion perfectamente, ayudaba y enriquecía la serie... Es una tía superseria trabajando.
P: ¿Tienes relación con ella?
R: Sí, nos hemos seguido tratando.
P: ¿Conociste a Álex?
R: Sí, éramos amigos. Nos llevábamos muy bien. Salíamos juntos. La primera noticia que tuve de su enfermedad me dejó bastante mal, pero siempre pensé que saldría adelante. Sobre todo cuando volvió de Estados Unidos y la cosa parecía superada. Fue un palo tremendo el desenlace. Muy triste.
P: ¿Cómo te enteraste?
R: Me lo dijo mi madre y me quedé en shock. Todos los que trabajamos en 'Ana y los siete' le enviamos unas flores con un mensaje de apoyo y cariño. Y también un olivo para que lo plantara en su casa y fuera siempre nuestro recuerdo para Álex.
P: ¿Cuándo decides ser empresario?
R: Empecé con 22 años. Lo primero que hice fue gestionar locales de noche. Me cansé porque es duro y monté mi primer restaurante, Alta Costura. Aprendí y me llevé mis primeros palos. Conocí a Manu Urbano, que era el jefe de cocina del restaurante Sacha, y nos asociamos.
P: Tienes cinco restaurantes y uno lo abriste durante el confinamiento.
R: Ahora tenemos cuatro abiertos y abrimos dos: un italiano como el que tenemos aquí en la plaza de la Paja y el otro La Tía Feli. Lo abrimos en pleno confinamiento. Teníamos miedo pero había que arriesgarse. Asusta pero ha ido bien. En algún momento esto cambiará.
P: El sector turístico y hotelero se ha resentido de una manera terrible.
R: Sí, espantoso. Lo que hemos hecho ha sido plantear nuevas propuestas. Por ejemplo, en el italiano lo que hicimos fue servir comidas a domicilio. Nosotros tenemos la mejor carbonara de Madrid. Y después, intentar adecuarnos a los nuevos horarios. No cerrar por la tarde para que los clientes se tomen también la copa y hagan tertulia. Y una cosa muy bonita: el turismo nacional ha respondido de una manera increíble.
P: ¿Cuáles son las características de tus locales y sus platos estrella?
R: Tenemos tres gamas diferentes. Uno es La Malaje, que es como si fuera el embrión de nuestra empresa, Grupo Malaje. Después La Tía Feli, que son las tres cervecerías, y Bacaro, que son los dos italianos. Cada uno con su estilo, y tengo que decir que están funcionando muy bien. Tuvimos que hacer ERTE, pero esperamos que poco a poco salgamos adelante.
P: ¿Sabes cocinar?
R: Sí, y me encanta. Es una de las razones por las que entré en este mundo. Mis platos estrella son todo lo que tenga que ver con los guisos y las pastas. En mi casa cocino yo y más desde que nació Beltrán.
P: Uno de tus socios es Luis Torremocha, amigo de Froilán. ¿Sirve el hecho de que algunos famosos vayan a tus restaurantes?
R: Con Luis abrí mi primer restaurante y después cada uno fue por su lado. Por ejemplo, a La Malaje vienen muchos amigos actores. Y claro que ayuda. Si además de una excelente oferta gastronómica ves caras conocidas, pues ayuda.
P: ¿Cómo ves el futuro?
R: A corto plazo, complicado y difícil, pero creo que a partir del verano las cosas tienen que cambiar.
P: ¿Crees que los ciudadanos van por un lado y los políticos por otro?
R: Por supuesto. Hay mucha solidaridad entre la gente que procura echar una mano y acudir a los locales de ocio. Los políticos lo que hacen es crear crispación y son incapaces de ofrecer alternativas. Una mañana dicen una cosa y por la tarde otra. No hay directrices.
Aarón Guerrero era Chechu en 'Médico de familia', la serie de Emilio Aragón que arrasó en los 90. Después llegó 'Ana y los siete', otro éxito televisivo. Poco a poco su presencia mediática como actor se fue diluyendo mientras su faceta empresarial aumentaba. Volvió a aparecer en 2014 en '¡Mira quién salta!', un concurso en el que los personajes debían tirarse desde un trampolín. Después volvió a su mundo profesional.