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Juanito Valderrama y Dolores Abril: la diferencia de edad que escandalizó a la España de Franco
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UNA PAREJA contra la adversidad

Juanito Valderrama y Dolores Abril: la diferencia de edad que escandalizó a la España de Franco

La pareja, emblema de la canción española, no pudo contraer matrimonio hasta la década de los 80 cuando llevaban décadas unidos y habían formado su propia familia

Foto: La pareja, a principios de los 2000. (CP)
La pareja, a principios de los 2000. (CP)

"Para cuidar esta rosa tú eres poco jardinero". Cuando Juanito Valderrama y Dolores Abril ponían voz a esas letras sobre el escenario, siendo la versión cañí y pretérita de los posteriores Pimipinela, el público no podía evitar sonreír. Las sonrisas provenían de la picardía adelantada a su época de unas canciones que los convirtieron en la pareja perfecta tanto dentro como fuera del escenario. Porque si algo queda claro para los que los rodearon, es que se querían con locura.

Él, con su característico sombrero cordobés; y ella, con un clavel en la cabeza y unos enormes y expresivos ojos. Fallecida en septiembre de 2020, dieciséis años después que el propio Valderrama, Dolores Abril se llevaba a la tumba el orgullo de haber puesto banda sonora, al igual que su marido, a una España de radios sobre mesas camilla, de oyentes al calor del brasero, de sacristías y cartillas de racionamiento; un país que no solo se alimentó de sus canciones, sino que también miró con lupa los inicios de su relación amorosa.

La propia Dolores contaba, en un documental sobre Valderrama, que el origen de su amor nació con un simple autógrafo; una firma que le pidió al ya entonces célebre cantautor flamenco en 1954. "Fui a pedirle un autógrafo y le dije: 'Mire usted, Juanito, yo quiero ser artista. Quiero cantar, cantar por Juanita Reina", narraba ante las cámaras de Canal Sur. Apenas tenía 16 años y él veinte más. La joven Dolores no solo se llevó una firma de su ídolo, sino también una reprimenda, ya que el propio Valderrama le dijo que aún era muy joven para obtener el (entonces indispensable) carné de artista.

Foto: Dolores Abril, Juanito Valderrama y su hijo. (Sevilla Press)

Finalmente, Juanito gestionó un contrato para su espectáculo. "Me hicieron un contrato que duró cincuenta años", decía ella entre risas. Tras el hallazgo profesional vino el encuentro amoroso, que se produjo casi sin que se diesen cuenta. "Si hay una persona buena en el mundo, ese era Juan", comentaba ella acerca de lo que más le enamoró de Valderrama. En aquellos años, el artista estaba casado con María Vega López, con la que había tenido tres hijos, y nadie veía con buenos ojos que empezase a relacionarse con una chiquilla; a salir con una joven que también se enamoró perdidamente de él. "Nadie que sea sensato quiere estropear un matrimonio", comentaba Dolores Abril acerca de los duros inicios de su amor. Al fin y al cabo, el divorcio era ciencia ficción en la sociedad española de la década de los 50.

placeholder Dolores Abril y Juanito Valderrama, en una de las películas que protagonizaron.
Dolores Abril y Juanito Valderrama, en una de las películas que protagonizaron.

Tan duros fueron que Valderrama no pudo anular su primer matrimonio hasta finales de los 70. Tampoco pudo casarse con Dolores hasta principios de los 80 (en 1981 por ceremonia civil y en el 87 eclesiástica). La España franquista, de la que en cierta forma él fue un emblema, no acabó de asumir la unión de dos personas (y, sobre todo, con uno de ellos casado y con hijos) que se llevaban veinte años de diferencia. Sin embargo, ningún prejuicio o norma moral impidió que se amasen y formasen una familia. Fruto de su amor nacieron Juan Antonio y Juana Dolores, que con el tiempo también se dedicarían a la música. Abril siempre fue una gran admiradora del talento de su pareja, no solo como cantaor sino como compositor. "Siempre estaba escribiendo algo. En cualquier papel, siempre estaba escribiendo. Y se iba riendo también. Cuando le pregunté una vez me dijo: 'Se me ha ocurrido una cosa que, como te atrevas a hacerla, la vamos a llevar al teatro", recordaba Dolores sobre aquella vez que se le ocurrió 'Pelea en broma', su mayor éxito como pareja cantarina y enfrentada.

Así, con éxitos como 'Mano a mano' o 'Revolera' y películas como 'El padre Coplillas', Dolores Abril y Juanito Valderrama se convirtieron en un tándem de la copla y el flamenco; en una pareja de la canción tradicional que, en realidad, era revolucionaria. Y no solo por su picardía en las letras de las canciones que fueron más allá de los grandes éxitos de Valderrama en solitario (¿quién no se ha emocionado alguna vez con aquel 'Emigrante'?, ¿cómo no pensar que, en el fondo, era un homenaje para aquellos que tenían que huir de una dictadura?), sino por vivir en lo que la España de entonces consideraba 'pecado' y ser, al mismo tiempo, uno de los dúos más emblemáticos del espectáculo en nuestro país.

Siempre amables con la prensa, cariñosos con su fiel público, casi siempre mostraban una sintonía especial entre ambos. Los vecinos de Circunvalación La Encina (Granada) recordaban a este medio lo sencillos que eran cuando algunos domingos iban a comer a casa de la hermana de ella. Ni lujos ni aires de grandeza. Parte del encanto de ambos radicó en que siempre supieron lo importantes que eran el uno para el otro. Cuando 'ABC' preguntó al cantaor cuán importante había sido Dolores Abril en su vida, en una de las últimas entrevistas que concedió (falleció en 2004), él no tardó en responder: "Ella ha significado mucho en mi vida. Me ha ayudado en lo malo y en lo bueno. Es una persona que se ha sacrificado mucho porque yo sea quien soy".

"Para cuidar esta rosa tú eres poco jardinero". Cuando Juanito Valderrama y Dolores Abril ponían voz a esas letras sobre el escenario, siendo la versión cañí y pretérita de los posteriores Pimipinela, el público no podía evitar sonreír. Las sonrisas provenían de la picardía adelantada a su época de unas canciones que los convirtieron en la pareja perfecta tanto dentro como fuera del escenario. Porque si algo queda claro para los que los rodearon, es que se querían con locura.

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