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La maharaní de la India, una princesa alemana y una condesa de Nueva York: tres mujeres marcadas por unas esmeraldas
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La maharaní de la India, una princesa alemana y una condesa de Nueva York: tres mujeres marcadas por unas esmeraldas

Unas piezas con más de un siglo de historia que han viajado ya por medio mundo

Foto: Aline Griffith, condesa de Romanones, en el salón de su casa. (Getty)
Aline Griffith, condesa de Romanones, en el salón de su casa. (Getty)

A menudo hablamos de joyas históricas y muy valiosas que pasan de generación en generación. Tanto entre la realeza, como es el caso de los diamantes de Alfonso XIII que luce la reina Letizia, como en otras familias.

Sin embargo, los vaivenes de la vida también consiguen que sean muchas las piezas que pasan de unos dueños a otros. Así, la perla Peregrina viajó durante décadas desde la corte real de Madrid hasta la mansión de Hollywood de Elizabeth Taylor.

placeholder La condesa de Romanones, Aline Griffith. (Imagen de Archivo)
La condesa de Romanones, Aline Griffith. (Imagen de Archivo)

Auténticos tesoros que podrían desvelar detalles sobre cómo han ido cambiando las modas o la sociedad, pero también sobre sus dueños. Especialmente si han pertenecido a personajes tan relevantes como Aline Griffith, condesa viuda de Romanones, que falleció en 2017.

La vida de la neoyorquina fue de película, desde sus inicios como modelo hasta su trabajo en la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos (OSS) durante la Segunda Guerra Mundial, donde aprovechó sus contactos en alta sociedad de Madrid para espiar a varios ministros de Franco y descubrir al agente de Heinrich Himmler en España.

Esmeraldas y diamantes art déco

Una labor de espionaje que le sirvió para escribir seis libros sobre su trabajo en la OSS y una novela inspirada en estos años. Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de las míticas fiestas que celebraban ella y su marido, Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, para invitados tan ilustres como Jacqueline Kennedy, Salvador Dalí, Ava Gardner o Grace Kelly.

Un escenario muy propicio para lucir joyas ESPECTACULARES (así, en mayúsculas) como el juego de collar y pendientes de esmeraldas y diamantes de estilo art déco que adquirió en los años 70. Unas piezas increíblemente bonitas y lujosas que disfrutó durante más de 30 años hasta que llegaron al joyero de Corina Larssen, como ya analizó nuestra compañera Núria Tiburcio.

Foto: Corinna, con las joyas de la condesa de Romanones. (Getty)

Su origen se remonta a 1909, cuando la joven bailarina y actriz malagueña Anita Delgado se casó con Jagajit Singh, el maharajá de Kapurthala en la India tras conocerse en Madrid. Un multimillonario noble indio (con títulos como Raja i Rajgan -rey de reyes-) que regaló a su quinta esposa piezas tan lujosas como estas.

Así lo narraba Elisa Vázquez de Gey, autora de cuatro libros sobre Delgado, descubriéndonos que estas dos creaciones fueron un presente del maharajá por el 19 cumpleaños de su mujer española.

placeholder Las fotos oficiales de las joyas, facilitadas por la casa de subastas Sotheby's. (EFE)
Las fotos oficiales de las joyas, facilitadas por la casa de subastas Sotheby's. (EFE)

La maharaní española y Jagajit Singh tuvieron solo un hijo en común en sus casi 20 años de matrimonio, Ajit Singh, que vendió varias piezas del joyero real que había recibido de su madre en los años 70. Llegando así a manos de la condesa de Romanones a través del conocido joyero Luis Gil, que modernizó el diseño.

Aline Griffith se decidió a subastarlas en la sala Sotheby's de Ginebra en mayo de 2011 junto a cinco piezas más entre las que se encontraban un reloj de diamantes que le regaló Wallis Simpson, duquesa de Windsor. Una idea que vino dada no por motivos de dinero sino por el cambio de hábitos de los jóvenes.

"No las vendí por problemas económicos"

Madre de tres hijos y abuela de 13 nietos, ella misma quiso explicar los motivos de esta decisión. "No las vendí por problemas económicos como se ha dicho, sino porque yo ya no voy a ese tipo de fiestas y mis nietas tampoco. Tengo otras guardadas", confesó entonces a 'El Mundo' la aristócrata.

Una subasta con la que ganó en total 1.300.000 dólares (unos 930.000 euros). Obteniendo por la venta del collar y de los pendientes unos 275.000 euros. Dos joyas excepcionales que fueron a parar a unas manos desconocidas... al menos hasta tres años después.

placeholder Natalia Vodianova, Allen Sanginés-Krause, Corinna Larsen y el príncipe Paolo Borghese, en Rusia. (Getty)
Natalia Vodianova, Allen Sanginés-Krause, Corinna Larsen y el príncipe Paolo Borghese, en Rusia. (Getty)

Nos trasladamos hasta San Petersburgo, tras el viaje de las esmeraldas y de los diamantes de Kapurthala a Madrid y a Ginebra, para visitar el Palacio de Invierno de la ciudad de los zares. Un enclave también fabuloso (y fastuoso) donde tuvo lugar el 21 de julio una gran fiesta, el Festival Noches Blancas, que contó con invitados como la modelo Natalia Vodianova y el empresario Juan Villalonga, expresidente de Telefónica.

Una lista de asistentes repleta de rostros conocidos de la cultura, el deporte y los negocios, donde también brilló Corinna Larsen, la 'amiga entrañable' del rey Juan Carlos. Curiosamente, solo unos días antes había sido la proclamación de Felipe VI como jefe de Estado.

"Muy feliz con que Corinna lleve mis joyas"

Aún quedaban meses para que la relación y negocios entre el monarca emérito y la antigua princesa (por el origen noble de la familia de su exmarido, la Casa de los Zu Sayn-Wittgenstein) diera sus mayores escándalos, pero sí fue llamativo ver a la empresaria con estas joyas de origen español. Al no conocer el nombre del comprador de Sotheby's, no podemos saber si fue un regalo, lo adquirió ella misma o lo compró después.

Aunque la condesa de Romanones estuvo muy satisfecha al vérselas lucir. "Estoy encantada, muy feliz con que Corinna lleve mis joyas. La conozco mucho y es una mujer muy guapa", confesó la exespía a 'El Mundo'. Unas declaraciones que dejaban patente la buena relación entre Aline Griffith y Corinna Larsen, que además de conocidas fueron familia política un tiempo.

placeholder La condesa de Romanones, posando con sus joyas en una fotografía de los años 70. (Imagen de archivo).
La condesa de Romanones, posando con sus joyas en una fotografía de los años 70. (Imagen de archivo).

El exmarido de Corinna, Casimir Zu Sayn-Wittgenstein, era sobrino de Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno (o sea, Aline era su tía política), a los que visitaba muy a menudo. Además, su segundo hijo (Luis de Figueroa Griffith, conde de Quintanilla) estuvo casado con Theresia Zu Sayn-Wittgenstein (tía por parte de padre de Casimir, el exmarido de Corinna).

Así, el collar y los pendientes parecían seguir en la familia (más o menos). Al menos, eso pensamos porque, sea por casualidad o no, desde entonces no se ha vuelto a ver a Corinna Larsen luciéndolos en público. Por eso, no podemos saber a ciencia cierta qué afortunado joyero guarda piezas tan exquisitas como estas esmeraldas y diamantes con más de cien años de vida.

A menudo hablamos de joyas históricas y muy valiosas que pasan de generación en generación. Tanto entre la realeza, como es el caso de los diamantes de Alfonso XIII que luce la reina Letizia, como en otras familias.

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