Esther Doña, rodeada de los suyos, despide a su padre en su año más triste

Para Esther Doña este está siendo un año muy difícil de olvidar. En marzo fallecía su marido, el marqués de Griñon, por coronavirus. Lo mismo ha ocurrido ahora con su padre, José Doña, según publicaba este lunes 'El Español' y ha podido confirmar Vanitatis a través de fuentes cercanas. Tenía 69 años y la causa de su muerte ha sido también el covid-19. Hace unas semanas, ingresó en el hospital de Málaga donde le diagnosticaron el virus. En este caso no ha podido superarlo, a diferencia de la propia Esther, que a pesar de estar contagiada en su momento, no necesitó acudir a ningún centro hospitalario.

La viuda del marqués de Griñón aparecía triste y abrazada en todo momento a su madre, Marian Morales. Ambas vestidas de riguroso negro en señal de luto y con la pertinente mascarilla como mandan los tiempos que vivimos.

La viuda de Carlos Falcó pasó el confinamiento en el palacio de El Rincón y la posterior cuarentena en solitario. Nadie de su familia pudo estar con ella. Los padres y hermanos (dos mujeres y un varón) viven en Málaga y, dadas las restricciones provocadas por el estado de alarma, no tuvo más compañía que la pareja de empleados domésticos.

Cuando el marqués de Griñon tuvo que ingresar en el hospital, fueron su hija y su marido, Jaime Carvajal (que moría de un infarto fulminante hace un mes), quienes lo recogieron en el domicilio de Aldea del Fresno para trasladarle primero al hospital Quirón y después a la Fundación Jiménez Díaz. Para Esther era imposible acompañarlo porque ya formaba parte del grupo de personas contagiadas. Tampoco estuvo presente en la finca Casa de Vacas, a donde los hijos trasladaron las cenizas de su padre.

Según han confirmado a Vanitatis, Esther Doña viajó a Málaga a finales de la semana pasada para estar cerca de su familia. La viuda del marqués de Griñón estaba muy unida a su padre, que fue uno de los invitados principales en la fiesta de celebración de su boda con Carlos Falcó en octubre de 2017.

Como muchos ciudadanos que han padecido en su entorno afectivo importantes y trágicas pérdidas, para Esther Doña este 2020 será un año que pasará a formar parte de su calendario más triste.