Ana Obregón comparte un entrañable recuerdo junto a Álex en Miami

Entre la tristeza que aún perdura en su corazón por el fallecimiento de su hijo y la alegría por evocar los recuerdos bonitos junto a él, los posts en Instagram de Ana Obregón llevan meses dedicados de una u otra forma a Álex Lequio. Incluso cuando hacía referencia a su presencia en las Campanadas de este año aseguraba que "me emociona despedir este año tan difícil para España y para mí, de esa forma espero poder agradecer el gran apoyo y cariño que he recibido por todos".

Ahora ha vuelto a acudir a las redes para recordarnos un momento importante en la vida del joven, el final de su etapa universitaria en Estados Unidos. La marcha de Álex Lequio a Estados Unidos supuso también que su madre se instalara con él al otro lado del charco. Allí el joven se matriculó en la prestigiosa Universidad de Duke, donde estudió Filosofía y Ciencias Políticas. Esta doble licenciatura llenó de orgullo a su progenitora.

"Tal día como hoy hace 7 años en Miami a punto de graduarte de tus dos carreras. Cuando las lágrimas no eran rojas sino de felicidad", comienza a recordar Ana sobre aquella etapa feliz.

"Cuando reíamos con ilusión ante tu brillante futuro", continúa, antes de finalizar con una demoledora frase. "Cuando no podía ni imaginar que llegaría un maldito momento en que mi único esbozo de sonrisa es saber que cada día que pasa es un día menos para estar juntos".

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La actriz y bióloga abría por fin su corazón hace unos días en una entrevista para '¡Hola!' donde narraba el infierno que para ella ha sido este último año. "Los primeros cuatro meses estaba muerta por dentro. Aunque he estado en Mallorca, no he salido de mi casa. Los tres primeros meses casi no podía ni salir de la cama", confiesa.

"Todavía no he tenido fuerzas para hacer lo relacionado con su testamento. Menos mal que lo han prolongado seis meses. Es que no tengo fuerzas... Me piden certificado de defunción... ¡Cómo voy a hacer eso!". La artista también menciona una terrible coincidencia: que su hijo y su gran amor, Fernando Martín, muriesen a la misma edad: 27 años. "Pero no es lo mismo perder a un amor que perder un hijo. Porque un amor es sustituir, aunque sea por un simulacro de amor, pero un hijo no. Y un hijo único, menos".

Ana reconoce en las páginas de la revista que en este tiempo le ha costado seguir hacia adelante, con declaraciones conmovedoras: "Ya hace seis meses que ni me arreglo ni me peino, me cuesta hasta ducharme cada día. Pero, cuando estaba con él, yo me maquillaba, me ponía de punta en blanco cada vez, para que me viera bien, para que me viera guapa".