Es noticia
Menú
El gambito de dama de Enrique Ponce sobre el tablero de Paloma Cuevas
  1. Famosos
JAQUE DEL TORERO A SUS DOS REINAS

El gambito de dama de Enrique Ponce sobre el tablero de Paloma Cuevas

El diestro bebe los vientos por Ana Soria, pero no es menos cierto que sale y entra cuando quiere de la casa de su ex, dejando la sensación de que esa puerta sigue muy abierta

Foto: Enrique Ponce y Paloma Cuevas. (Getty)
Enrique Ponce y Paloma Cuevas. (Getty)

Sobre el tablero de ajedrez, todas las piezas, las blancas y las negras. Bueno, todas ya no, porque el divorcio, por muy amistoso que haya sido, se ha llevado por delante la cabeza de alguna que otra torre y algún que otro alfil. Siempre pasa. Las blancas, las que maneja Enrique Ponce, mueven primero. El torero ha sido el que ha llevado la iniciativa casi siempre en esta partida. Y, a tenor de lo visto y oído a la luz de los taquígrafos y en la intimidad de sus hogares, parece que se le dan bastante bien el gambito de dama y otra serie de jugadas maestras, casi siempre defensivas, que parecen tener un objetivo claro: mantener contentas a las dos reinas sobre este tablero, su exmujer, Paloma Cuevas, y su actual pareja, Ana Soria.

Desde que la revista ‘Semana’ publicara la crisis matrimonial Ponce-Cuevas, en julio de 2020, al finalizar el confinamiento entre el torero y la economista (no hay que olvidar este dato profesional para entender la partida), las informaciones relativas a esta separación han fluctuado de una manera sorprendente. La pareja representaba la estabilidad matrimonial tras veinticuatro años de matrimonio, tres de noviazgo y con unas bodas de plata en ciernes con fiesta por todo lo alto en 2021. De ahí que esta ruptura se convirtiera en la noticia de la desescalada. Muy a pesar de Cuevas, que nunca traspasó la línea roja de publicitar sus sentimientos. Ponce sorprendió a su entorno familiar, amistoso y taurino, al visibilizar a la joven Ana Soria, una bella estudiante de Derecho de veinte años con la que aparecía en sus redes sociales con mensajes del tipo “Te quiero más que a mi vida, forever” y similares, y compartiendo pandilla ‘teenager’.

placeholder Ana Soria y Enrique Ponce, en sus redes sociales. (Instagram @anasoria)
Ana Soria y Enrique Ponce, en sus redes sociales. (Instagram @anasoria)

Estas declaraciones de amor no habrían resultado tan sorprendentes si el torero hubiera firmado su divorcio y, por lo tanto, estuviera libre para empezar una nueva vida. En este sentido, de un separación legal nada que objetar como afirmaba Bertín Osborne, amigo de Victoriano Valencia, ya que su familia y la de los padres de Paloma llegaron a compartir vecindario en Madrid. “Primero te divorcias y después haz lo que quieras”. Más o menos esta fue la respuesta que dio el cantante cuando le preguntaron por el tema. Pero ¿se ha separado tanto Ponce de Cuevas como esas imágenes hacían presagiar? Algunos en su entorno piensan que no, que el diestro está con Ana Soria pero que no descuida tampoco a la que va camino de ser su exmujer.

Divorcio firmado (a medias)

En esta separación mediática y con explosión publica de su vida afectiva por parte de Ponce eran poco entendibles las razones de no rubricar definitivamente un divorcio de mutuo acuerdo. Como adelantó en exclusiva Vanitatis, sí estaba firmado por Paloma Cuevas, que, al fin y al cabo, era la parte agraviada y la que tenía que administrar y procesar la nueva vida del torero ante sus hijas. Un puzle donde había que encajar la vida matrimonial de más de dos décadas, un confinamiento en familia (con todo lo que significa) y unas hijas a las que había que explicar la nueva situación sin agraviar la reputación de un padre que, de pronto, se convierte en adolescente. En este sentido, el entorno de Paloma Cuevas siempre ha sido muy generoso: “Enrique ha sido un padre espléndido loco por sus hijas”.

A punto de cerrar un año muy difícil para ella, con un divorcio en tablas porque el diestro no quiere firmar hasta que no acabe el año fiscal y con las dos damas del tablero en posición de alerta, el portal Eurotoro se colocaba en este juego de ajedrez como una pieza importante con un rey y dos reinas. Anunciaba, ante el estupor mediático, que Ponce estaría dispuesto a dejar atrás su amor adolescente con Ana Soria y volver a su vida familiar con Paloma y sus hijas. El perdón de Cuevas sería la jugada fundamental que, por ahora, no tiene respuesta. “Enrique puede haber comentado a su entorno algunas confidencias que podrían interpretarse como que después de la pasión, hay más cosas. Hay muchas lecturas y una de ellas sería echar de menos una estabilidad ambiental. El verano lo ha pasado toreando y compartiendo el ocio con los amigos veinteañeros de Ana que han vuelto a la universidad. Llega el invierno y el entorno es diferente. Paloma era el hogar, la tranquilidad, las niñas...”, explican amistades que saben de la situación.

placeholder  Cuevas y Ponce, en una imagen de archivo. (Getty)
Cuevas y Ponce, en una imagen de archivo. (Getty)

Aseguraban en el mundo taurino que Ponce querría retomar una estabilidad emocional. De hecho, estos últimos meses en su red social, igual que la de la joven Soria, no ha compartido con sus seguidores ninguna actividad afectiva. La última ha sido la entrada de un nuevo protagonista, un perrito beagle que da la réplica a la mascota que Paloma regaló a sus hijas. La repercusión de esa información han sido las palabras de Cuevas en la revista ‘¡Hola!’, que explicaba lo que hace un mes confirmó Vanitatis: el divorcio seguía adelante a falta de la firma de Ponce. En el caso de la revista, lo plasmaba en primera persona la economista. Un comentario, que según han confirmado a este medio, se debía más a una cuestión de amistad que a una razón legal.

Si hubiera que comparar esta historia sentimental a tres bandas con elementos colaterales como si fuera una partida de ajedrez emocional con peones, alfiles, torres, caballos y demás figuras, el juego de Ponce es complicado. Paloma Cuevas no va a echar marcha atrás y se mantiene en su divorcio rubricado, como así confirman a Vanitatis. Y Ana Soria es tan joven que tiene aún muchos tableros en los que colocarse para jugar.

Sobre el tablero de ajedrez, todas las piezas, las blancas y las negras. Bueno, todas ya no, porque el divorcio, por muy amistoso que haya sido, se ha llevado por delante la cabeza de alguna que otra torre y algún que otro alfil. Siempre pasa. Las blancas, las que maneja Enrique Ponce, mueven primero. El torero ha sido el que ha llevado la iniciativa casi siempre en esta partida. Y, a tenor de lo visto y oído a la luz de los taquígrafos y en la intimidad de sus hogares, parece que se le dan bastante bien el gambito de dama y otra serie de jugadas maestras, casi siempre defensivas, que parecen tener un objetivo claro: mantener contentas a las dos reinas sobre este tablero, su exmujer, Paloma Cuevas, y su actual pareja, Ana Soria.

Ana Soria