Paloma Cuevas, preocupada por la educación y el futuro de sus hijas: su reflexión en redes
La empresaria ha vivido uno de los años más complicados de su vida tras la separación del que fue su pareja durante más de un cuarto de siglo
Paloma Cuevas termina este 2020 echando la vista atrás pero poniendo sus objetivos en el futuro que les depara a sus hijoa y a los niños que “heredarán el mundo”. La empresaria, que está a punto de poner punto y final (o seguido, que aún hay capítulos que no están del todo cerrados, como el de su divorcio de Enrique Ponce todavía sin firmar) a un complicado año, ha echado mano de sus redes sociales para hacer una reflexión sobre lo que realmente importa en esta vida: la educación de las pequeñas y cómo se construye.
“Una de mis grandes pasiones es viajar, algo que han heredado mis hijas” empezaba escribiendo la andaluza junto a una imagen en la que la vemos con la estampa de la ciudad de Nueva York al fondo. “Me encanta viajar y asombrarme al descubrir tantas maravillas que atesora el mundo, desde grandes capitales hasta los más pequeñitos pueblos. Nuestros niños heredarán el mundo, por eso es tan importante que lo conozcan, que se maravillen de todo lo que las diferentes culturas pueden ofrecer. Viajar es muy educativo, abre la mente, aporta diferentes perspectivas de vida, nos ayuda a vencer miedos, nos conecta con otras formas de vivir, es enriquecedor para el desarrollo personal,... Dicen que la mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos es una buena educación y enseñarles el mundo de nuestra mano enriquece sus vidas, a la vez que “construimos recuerdos” imborrables en su memoria. Los lazos que se crean al compartir experiencias con los niños son mágicos”.
Precisamente el futuro de sus hijas, y también el presente, ha sido una de las preocupaciones de la cordobesa, especialmente en los últimos meses. Desde que se dio a conocer la ruptura de su relación con el torero y el nuevo romance de este con la almeriense Ana Soria, Paloma siempre ha intentado proteger a las pequeñas del torrente de información que se produjo, especialmente en los primeros momentos en los que se dio a conocer este nuevo romance. También el bienestar de las pequeñas ha estado siempre por delante de cualquier tipo de tensión que se hubiera podido producir entre ellos y que, finalmente, como el tiempo ha ido demostrando, no ha sido tal. La cordialidad entre Ponce y Cuevas ha sido una tónica habitual hasta el punto de que es habitual que el diestro visite la casa que fuera en su día domicilio conyugal para disfrutar de la compañía de las niñas, ya sea a mediodía o por la tarde. Antes de que Andalucía estuviera confinada perimetralmente, han disfrutado de fines de semana en el campo de Jaén.
“La normalidad impera en esta familia. Se llevan muy bien”, explicaban a Vanitatis. La prueba de ello es que hace unos días Ponce y Paloma acudían al colegio para la celebración de Santa Cecilia, como adelantaba 'Informalia' y pudo confirmar después Vanitatis: “Ese día es habitual que los alumnos preparen actividades relacionadas con la música a las que pueden acudir los padres. Este año, el encuentro fue al aire libre y cumpliendo con todas las medidas sanitarias. Alumnas y familiares con mascarillas y demostrando que la música sigue siendo un punto de unión”.
Paloma Cuevas termina este 2020 echando la vista atrás pero poniendo sus objetivos en el futuro que les depara a sus hijoa y a los niños que “heredarán el mundo”. La empresaria, que está a punto de poner punto y final (o seguido, que aún hay capítulos que no están del todo cerrados, como el de su divorcio de Enrique Ponce todavía sin firmar) a un complicado año, ha echado mano de sus redes sociales para hacer una reflexión sobre lo que realmente importa en esta vida: la educación de las pequeñas y cómo se construye.