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Historias de amor, amistad y anécdotas de los clubs deportivos privados de nuestro país
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Historias de amor, amistad y anécdotas de los clubs deportivos privados de nuestro país

No todo el mundo, por mucho empeño o dinero que tenga, puede entrar a formar parte de ellos. Esto ha motivado que entre sus participantes se cuenten vips de la sociedad de entonces, así como la aristocracia y la propia realeza

Foto:  El rey, jugando al tenis en La Granja. (Ediciones El Viso)
El rey, jugando al tenis en La Granja. (Ediciones El Viso)

Los clubs privados siempre han estado relacionados con cierta exclusividad y vinculados a la aristocracia y la monarquía. La mayor parte de ellos se desarrollaron a mediados del siglo XIX contagiados de la moda que venía del norte. Y fue en el siglo XX cuando se popularizaron y llegaron a su máximo esplendor gracias al apoyo de los entonces reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, amantes de la vida al aire libre y grandes deportistas e impulsores del deporte en nuestro país.

Pertenecer a un club, afirma el libro 'Clubs históricos de España', de la periodista Patricia Espinosa de los Monteros, en su prólogo, es catalogarse de algún modo. “Reservados para unos pocos son muchos los que se sienten atraídos por ellos convirtiéndolos en objeto de deseo. En cualquier caso depende de una Junta y de su criterio que se admitan nuevos miembros. No todo el mundo, por mucho empeño o dinero que tenga, puede entrar a formar parte de ellos”. Precisamente esa exclusividad ha motivado que entre sus participantes consten miembros vip de la sociedad de entonces, así como la aristocracia y la propia realeza. Vanitatis recoge algunas de las anécdotas relacionadas con todos ellos.

Sociedades y clubs

La Sociedad Bilbaína presume de que contó con la presencia del célebre músico y compositor Bob Dylan jugando al golf, y cuentan que además no lo hacía mal. El estadounidense aprovechó el posado en dicho club para una sesión de fotos para la edición americana de la revista 'Rolling Stone' para jugar unos hoyos en el campo español.

placeholder La imagen de Bob Dylan. (Ediciones El Viso)
La imagen de Bob Dylan. (Ediciones El Viso)

En el Club de Regatas de Santander se organizó la primera regata de vela en España. Un deporte que más tarde quedó arraigado en nuestro país y vinculado a la familia real. El presidente de honor de dicho club era el rey Alfonso XIII. Otro deporte real es la equitación, concretamente el polo fascinaba a Alfonso XIII, que vio cómo el Real Club de Polo de Jerez se convertía en el primero de España para disfrutar de esta afición. También fue su presidente de honor y, como jugador, destacó Ignacio Domecq Urquijo, uno de los mejores jugadores de polo de España, y familiar de toda una estirpe de jugadores que aún hoy practican este deporte hípico.

El tiro es otro de los deportes que tradicionalmente se vincula a la realeza. Por ello no es de extrañar que la Sociedad de Tiro de Madrid Somontes haya contado con las hábiles escopetas de varios monarcas. También destaca el conde de Barcelona, padre de Juan Carlos I, Francisco Franco, el conde de Teba y la familia Morenés. Fue fundado por el entonces duque de Huéscar junto a otros aristócratas amigos de Alfonso XII, quien fue nombrado presidente de honor y cedió unos terrenos de la madrileña Casa de Campo para su construcción.

El Real Club Náutico de Barcelona es un lugar que contaba hasta hace poco con la constante presencia de don Juan Carlos y la familia Borbón. Tanto el rey don Felipe como las Infantas han heredado la afición de su padre por la vela; no es el caso de la reina Letizia, quien prefiere acudir al Náutico solo a visitar a su marido. En este lugar se inició la saga de los barcos Bribón, que aportó uno de los amigos más fieles de don Juan Carlos, José Cusí, al club catalán y que serían patroneados muy frecuentemente por el propio Rey emérito.

No solo hombres

Por su parte, la reina Victoria Eugenia era una gran deportista. Experta amazona y buena jugadora de tenis, sentía debilidad por el golf. Había aprendido cuando era niña en la Isla de Wight. Su médico privado diseñó el campo de golf del Club de Campo El Tiro, situado en La Granja de San Idelfonso. En una ocasión que el rey don Alfonso y ella jugaban precisamente contra el doctor, el rey escribió en un marcador: ”San Idelfonso. La Granja. Muy difícil”. Un recuerdo que aún se conserva con cariño en el club. En este lugar, cuenta Espinosa de los Monteros, era donde los monarcas se permitían algunas libertades con sus amigos de la niñez.

placeholder La reina Victoria Eugenia. (Getty)
La reina Victoria Eugenia. (Getty)

Aristócratas y actrices

Curiosas son las visitas que recibió el Real Club de Tenis de Gran Canaria. El duque de York (futuro rey Jorge VI), quien era un gran tenista, y la escritora Agatha Christie mientras escribía 'Miss Marple y los 13 problemas' o la actriz Ava Gardner. Rita Hayworth, por su parte, visitó el exclusivo Real Club de la Puerta de Hierro de Madrid a principios de los años 50. El club tuvo sus comienzos como campo de polo creado por varios caballistas como sugerencia del rey en 1901. Una de las máximas promotoras del bridge en este club fue la infanta María Cristina de Borbón y Battenberg. Entre sus miembros, en la actualidad, figura lo más granado de la sociedad madrileña y se celebran bodas de postín.

Tras la fundación de la Real Sociedad Hípica Club de Campo toman las riendas, nunca mejor dicho, los hermanos Gamazo, Satrústegui y Álvaro Aguilar. Además de un centro de donde salieron jinetes destacables y olímpicos como Luis Álvarez Cervera (padre de Eduardo Álvarez Aznar) o el hijo de la duquesa de Alba, Cayetano Martínez de Irujo, destacó por construir la primera piscina importante de Madrid.

placeholder Portada del libro. (Ediciones El Viso)
Portada del libro. (Ediciones El Viso)

De Santander a Sevilla

Santander, en época de Alfonso XIII, fue una ciudad destacable. En 1913, la familia real llegaba al recién inaugurado palacio de la Magdalena, y desde entonces reyes e infantes practicaban tenis en la Real Sociedad de Tenis de la Magdalena. Del mismo modo celebraban bailes y asistían a los campeonatos internacionales de tenis para repartir los premios a los clasificados como hicieron los infantes doña Beatriz y don Jaime o los propios monarcas en otras ocasiones. En la misma ciudad, otro de los epicentros deportivos estaba situado en el Real Club Marítimo de Santander, fundado gracias a Alfonso XIII y su declarado amor por la vela. Muchos de los hombres del club terminaron siendo grandes amigos del rey por la convivencia deportiva, tal y como recoge el libro en la siguiente anécdota: “En una regata el rey apremiaba a Don Luis Huidobro sin parar:

- ¡Caña, caza más! ¡Caña tensa la escota! ¡Caña larga! ¡Caña…!

Harto de tanta orden urgente, Huidobro le dijo al monarca:

- Majestad, ¿cómo queréis que os trate aquí hoy como rey de España o como amigo?

El rey le contestó sin dudar:

- ¡Como amigo, coño, como amigo!

A lo que Huidobro sentenció:

- Pues entonces Alfonso vete a freír puñetas".

Del también cántabro Real Club de Golf Pedreña situado en la parte opuesta a la bahía de Santander, salió uno de los mejores golfistas de todos los tiempos: Severiano Ballesteros. El campo fue inaugurado y estrenado por la reina Victoria, gran amante de este deporte, como mencionábamos antes, y sus hijos los infantes don Juan y doña Beatriz, quienes estrenaron el campo dando los saques de honor y sus primeros golpes. Entre los jugadores de este campo figura la familia Botín, especialmente las hermanas Ana Patricia y Paloma, asi como Javier Ballesteros Botín, hijo de Carmen Botín y Severiano Ballesteros.

Y, por último, destacar el Real Club de Andalucía, el Aero, un paradigma de progreso y modernidad donde aprender a pilotar aviones, incluidas las mujeres, lo que para la época era chocante. Es un club que ha dado grandes momentos a la prensa social con portadas de los príncipes Rainiero y Grace de Mónaco, Soraya de Persia, la condesa de Romanones o los entonces príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía. El presidente de honor es el rey Felipe VI y figuran de modo especial el rey Guillermo de Holanda o el príncipe Pablo de Grecia. De hecho, fue en la caseta del club en la Feria de Abril de Sevilla donde el entonces príncipe heredero Guillermo de Orange conoció a la joven argentina Máxima Zorreguieta.

placeholder La caseta del club Aero en Sevilla, donde se conocieron Guillermo de Orange y Máxima Zorreguieta. (Ediciones El Viso)
La caseta del club Aero en Sevilla, donde se conocieron Guillermo de Orange y Máxima Zorreguieta. (Ediciones El Viso)

La autora

Patricia Espinosa de los Monteros, bajo el sello de Ediciones El Viso, publica 'Clubs Históricos de España'. En él recoge la historia y anécdotas de 32 clubs deportivos y sociales. Todo ello aderezado con fotografías actuales e históricas, así como las ilustraciones del siempre genial BARCA. Historias de amistad y amor se entrelazan en las historias de estos clubes con valores comunes, con la unión que solo el deporte sabe fraguar y una historia que mira al futuro pero respetando al pasado.

Los clubs privados siempre han estado relacionados con cierta exclusividad y vinculados a la aristocracia y la monarquía. La mayor parte de ellos se desarrollaron a mediados del siglo XIX contagiados de la moda que venía del norte. Y fue en el siglo XX cuando se popularizaron y llegaron a su máximo esplendor gracias al apoyo de los entonces reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, amantes de la vida al aire libre y grandes deportistas e impulsores del deporte en nuestro país.