Muere Adrián Campos, 'padre' de Fernando Alonso: divorcio, hijos y un secuestro de ETA
El descubridor y después mánager del campeón de Fórmula 1 descendía de una adinerada familia valenciana. Su abuelo, quien marcó su vida, fue víctima de un secuestro en 1981
Desde niño soñaba con ser quien era hoy, hasta su muerte: uno de los personajes más poderosos en el mundo de la Fórmula 1 en España. Pero lejos de ser un tipo mediático y famoso, Adrián Campos prefería pasar su tiempo entre coches, en boxes, viendo su pasión desde dentro. Fue esa pasión la que le llevó a descubrir a Fernando Alonso, de quien puede decirse que es su padre deportivo. Y esa misma pasión es la que le hizo descuidar su matrimonio. Divorciado, deja cuatro hijos, alguno de ellos también dedicado al mundo del motor.
Campos pudo volcar su vida en sus sueños porque tenía pasión, talento y una familia adinerada que le apoyó siempre. Sus padres son Adrián Campos Bialcanet y Carmen Suñer Picó, dos miembros de la alta sociedad valenciana, empresarios y herederos habituales en las fiestas llamadas de ‘alto copete’ de la Costa Blanca. Su abuelo era Luis Suñer, uno de los empresarios valencianos más importantes del pasado siglo, un visionario en los congelados que logró encabezar las listas de los más ricos de España. Y fue secuestrado por ETA en 1981 durante tres meses, un secuestro que Adolfo Suárez convirtió en asunto de Estado.
Antes de aquel suceso, Adrián Campos ya trabajaba en Avidesa, la empresa del abuelo, donde empezó vendiendo helados hasta llegar a tener su propio despacho. Campos recordó en alguna ocasión cómo le decía a su abuelo, el hombre que más influencia tuvo en su vida, que quería ser piloto, que no quería pasarse la vida encerrado en un despacho. Pero Luis Suñer nunca se recuperó del secuestro y en 1989 su nieto le sucedió al frente del imperio familiar.
La muerte del patriarca
En 1990 moría el patriarca y sus descendientes vendían sus empresas para consagrarse a sus sueños y a emprender por su cuenta. Hacía algunos años que Campos se dedicaba a los coches, y fue cuando se deshicieron de las empresas familiares cuando pudo volcarse completamente.
Eso sí, jamás abandonó su faceta de empresario: en 1992, tras retirarse de las carreras, fundó su propia escudería. Por aquel entonces, además de crear empresas relacionadas con el motor, creó otras como Resuñad SL (un juego de letras con su nombre y su apellido materno), dedicada al negocio inmobiliario, que cuenta con más de cuatro millones de activos. Su nombre aparece más de 40 veces en el Registro Mercantil relacionado con hasta 14 empresas diferentes. Muchas veces es solo el administrador o apoderado, otras es el fundador y único socio.
Como decíamos, su faceta de empresario tuvo siempre tanto peso como la de piloto y apasionado del motor. Esa pasión de la que hablamos le condujo a ser también comentarista en TVE y, lo más importante, a conocer al dedillo un mundo del que siempre formó parte. Se lo contábamos unas líneas más arriba: fue el descubridor de Fernando Alonso. Pero fue mucho más que eso.
Agag, Ecclestone, Briatore
Íntimo amigo de Alejandro Agag, otro de los hombres poderosos del motor internacional, conocía también a Bernie Ecclestone y Flavio Briatore, de quienes ha aceptado grandes consejos y con quienes forjó la carrera de Alonso hacia el estrellato total. Quien fuera mánager del piloto asturiano fue su ‘padre deportivo’.
Era uno más en la familia Alonso, que ha llorado su muerte como algo propio. Adrián Campos había tocado el cielo en el mundo del motor, donde no escasean las estrellas. Y eso que él quería ser piloto de motos. Pero en su pueblo, Alzira, había un chico muy bueno sobre dos ruedas -Jorge Aspar- y Campos se dijo que mejor probar suerte sobre cuatro. Y acertó.
Desde niño soñaba con ser quien era hoy, hasta su muerte: uno de los personajes más poderosos en el mundo de la Fórmula 1 en España. Pero lejos de ser un tipo mediático y famoso, Adrián Campos prefería pasar su tiempo entre coches, en boxes, viendo su pasión desde dentro. Fue esa pasión la que le llevó a descubrir a Fernando Alonso, de quien puede decirse que es su padre deportivo. Y esa misma pasión es la que le hizo descuidar su matrimonio. Divorciado, deja cuatro hijos, alguno de ellos también dedicado al mundo del motor.