Entramos en el apartamento que Marta Ortega le ha comprado a Rafa Nadal

Resulta prácticamente imposible desentrañar el magnífico patrimonio inmobiliario que posee la familia Ortega en España. Grandes inversores, Amancio y sus hijas han amasado en los últimos años una amplia cartera de apartamentos, oficinas y locales de los que rara vez trascienden detalles. No obstante, en esta ocasión hemos tenido suerte. Fuentes del sector inmobiliario confirman a Vanitatis que Marta Ortega ha adquirido uno de los impresionantes apartamentos que Mabel Capital (empresa de la que es socio Rafa Nadal junto a Abel Matutes) acaba de poner a la venta en el centro de Madrid.

No sabemos cuál de los 11 apartamentos a la venta (tan solo quedan disponibles dos áticos de 10 millones de euros) será el de la heredera del imperio Inditex. La verdad es que cualquiera de ellos es un auténtico caprichazo, localizados a escasa distancia de la plaza de Colón, la calle Serrano, la plaza de Cibeles, la Puerta de Alcalá, el parque del Retiro o el museo del Prado.

Más caros que el Four Seasons

Con unos precios que superan los 20.000 euros el metro cuadrado (más alto que los del Four Seasons de Canalejas) y diseñados al detalle por el arquitecto Rafael Robledo, el edificio residencial Mabel Villa de París cuenta con más de una decena de viviendas exclusivas que mezclan el clasicismo de la finca (se trata de un edificio histórico del siglo XIX) y la modernidad de los acabados, de alto nivel.

Cinco alturas en las que se han respetado los 10 balcones por planta (con vistas a la plaza Villa de París, el Tribunal Supremo y la iglesia de Santa Bárbara) y el estilo neoclásico de la fachada.

Un tándem perfecto que tras una nueva distribución de los interiores ha dado lugar a la creación de viviendas de tres, cuatro y cinco dormitorios con unas zonas comunes de lo más atractivas (y poco frecuentes) para el lugar donde se encuentran: el corazón del barrio de Justicia.

3 metros de alto y mucha luz

Las viviendas disponen de luz natural en todas las estancias y de alturas superiores a los tres metros en todas las plantas. Unos techos altísimos que han permitido instalar algunas estructuras que dan a los espacios una apariencia de vanguardia, como los paneles de forja y cristal que separan el salón del despacho.

Todos los techos presentan molduras de estilo clásico en diferentes versiones, y las paredes, panelados de marquetería a medida dignos de cualquier palacio en blanco impoluto. Sin embargo, nada llama tanto la atención como los impresionantes ventanales del suelo al techo de cuarterones negros de estilo industrial por los que la luz entra a raudales.

Un claro ejemplo de ello es la luminosidad del salón, perfecto para recibir a una docena de invitados cuando las restricciones lo permitan.

También son dignos de mención los acabados en mármol tanto en la cocina, minimalista, con electrodomésticos de diseño integrados y una isla diáfana impresionante, como en los baños, donde un toque clásico vuelve a romper con la estética vanguardista de la decoración.

Zonas comunes

A pesar de estar ubicado en el centro de Madrid, la reforma ha permitido incluir zonas comunes en este edificio del siglo XIX como un spa y un gimnasio de estética industrial, con paredes de ladrillo visto y ventanales de forja negra, así como un aparcamiento.

Cada apartamento incluye dos plazas de garaje y, por supuesto, como todos los edificios de lujo, tiene conserjería y servicio de vigilancia y seguridad 24 horas durante los 365 días del año.

No le falta detalle.