Cristina Rodríguez: "Me gustaría ver a doña Letizia haciendo lo que le diera la gana"
La estilista y figurinista opta por sexta vez al Goya por 'Explota, explota' y en estos días trabaja en el vestuario de 'Élite' y 'A mil kilómetros de la Navidad' para Netflix
Cuando en la alfombra roja de los Goya de 2017, le preguntamos a Cristina Rodríguez si se veía ganadora, porque optaba a dos estatuillas en la categoría de mejor vestuario por 'Tarde para la ira' y 'No culpes al karma de lo que te puede pasar por gilipollas', respondía con la espontaneidad que la caracteriza: "No lo sé, pero lo que sí me gustaría es ganarlo cuando todavía no se me hayan caído las tetas". El 6 de marzo vuelve al punto de partida, en esta ocasión, la sexta ya, por 'Explota, explota', pero en el caso de lograrlo no se subirá al escenario del Teatro del Soho CaixaBank de Málaga, pues los nominados no podrán asistir a la ceremonia como medida preventiva por la pandemia.
Cristina nos atiende después de un intenso día de rodaje en Benasque de 'A mil kilómetros de la Navidad', la primera película española de Netflix de este género, y aunque se aprecia un ligero cansancio en su voz, conforme avanza nuestra conversación surge la chispa a la que nos tiene acostumbrados. Responde a todo con una alegría contagiosa y una enorme franqueza. La principal conclusión que podemos sacar es que le apasiona lo que hace: "Tengo mucha capacidad de trabajo, porque no tengo nada más. No tengo perro, no tengo gato, una planta... Todo mi tiempo y mi energía se lo dedico a trabajar y como mi chico también trabaja 800 horas no tenemos ningún conflicto". Pero que sus palabras no llamen a confusión, ya que tiene una vida más que satisfactoria a nivel afectivo y es feliz con su pareja, Raúl García, a quien tiene la intención de dar el 'sí, quiero' el próximo verano si las circunstancias lo permiten.
PREGUNTA: Si finalmente logras casarte en julio, ¿de dónde vas a sacar el tiempo para preparar la boda?
RESPUESTA: Tenía bastantes cosas preparadas cuando nos íbamos a casar en 2020, porque la cancelamos tres meses antes. No me preocupan mucho los preparativos porque soy muy resolutiva y porque tengo una persona que me ayuda, pero me he deshinchado un poco de la boda. Me da rabia porque era la ilusión de mi vida. Ahora hemos puesto el 17 de julio, pero estamos pensando si la retrasaremos a septiembre. No veo factible casarnos sin mascarilla. Al final no es verdad que la haces con mascarilla, porque comes, bailas y te la quitas.
P: Otra opción que os queda es hacer el trámite civil y la celebración cuando se pueda.
R: Estamos en ello... Será lo que hagamos. Al final será cuando sea. Lo bueno de ser mayor es que no te preocupan demasiado esas cosas. Lo que me preocupa es que nos queramos, que nos respetemos, nos ayudemos. Sí era importante estar con mi familia y mis amigos para pasárnoslo bien, pero debe ser de verdad: besarnos, abrazarnos, emborracharnos... Sin que los demás nos censuren, porque aunque hagas PCR y pruebas es muy delicado. Lo que quiero es que nos queramos mucho y besarnos.
P: Cuando trabajabas en 'Cámbiame' recuerdo que agradecías haber encontrado una persona como Raúl porque "en la calle hace mucho frío", ¿cuánto tiempo lleváis juntos?
R: Cinco años y unos meses. Yo he dado muchos tumbos. Me casé con 24 años y me separé con 30, con un tipo maravilloso, pero yo era la que tenía la cabeza en las nubes, siempre la he tenido. A veces las cosas no son cuando tienen que ser, él era estupendo pero quizás nos teníamos que haber conocido más tarde. Siempre he huido del perfil de mi exmarido porque es un tipo muy serio, buena persona, con la cabeza sobre los hombros, nada egocéntrico... ¡Y resulta que Raúl es así! Qué fuerte porque estás huyendo toda la vida de eso porque quieres locura y piensas en cosas superfluas. Por ejemplo, lo quieres sin hijos, pero a mi edad cómo no van a tenerlos.
P: ¿Cuántos tiene Raúl?
R: Dos, una de 19 y otro de 16, con los que me llevo estupendamente. Como te decía, en aquel entonces yo quería a alguien exitoso, que viviera en una casa estupenda en el barrio de Salamanca... Mi chico, sin embargo, vive a las afueras de Madrid y tiene mucho éxito, pero es discreto. Es maravilloso para mí porque como soy tan protagonista y hago el show siempre. Toda la vida había huido de la normalidad porque me daba miedo y resulta que la normalidad no es que llegues de trabajar, te plantes las pantuflas y te pongas a ver el fútbol. La normalidad es tener sentido común, no montar pollos, no hacer dramas y que te quieran como eres. Porque he tenido esos perfiles que te decían que no te peinaras o te vistieras de determinada manera o te comportaras de otra y yo soy como soy. Casarse no es lo importante, sino que estemos enamorados.
P: ¿A qué se dedica, porque he leído que es empresario?
R: No lo es. Es director de Renting del grupo Fiat (Leasys). ¡No es Agnelli! -dice, divertida a propósito del fundador del mítico fundador de la empresa automovilística-. Dentro de esta pandemia, los dos tenemos mucha suerte porque le va bien y ha conservado su trabajo, que le encanta. Es muy bueno eso porque nunca hay conflictos por cuestiones laborales. Siempre me dice que disfrute del mío, que me lo pase bien porque, además, estoy con gente. Soy muy afortunada porque yo con el teletrabajo me suicido. Estoy acostumbrada a estar en la calle, a ir de compras, a estar en los rodajes, a comer el bocadillo en la acera... ¡Me apasionan el frío, el calor..., la calle! Tengo la profesión que necesito para la estabilidad emocional, aunque también es una profesión inestable.
P: ¿Eres hormiguita?
R: No, soy gastona. Por eso tengo que hacer varios proyectos a la vez. Cuando trabajaba en 'Cámbiame', me vine arriba y me compré una casa, porque cuando estás en televisión ganas mucho más que en el cine, aunque no me considero mal pagada, para nada. Porque la tele no solo es el sueldo, te da muchas cosas colaterales. Me compré un piso que yo creo que está por encima de mis posibilidades, así que tengo que trabajar mucho para poder pagarlo. La ilusión de mi vida era tener una casa bonita y grande. Mi casa no es que sea una mansión, pero me encanta. Vivo en Atocha, en el centro, y tiene mucha luz. Al final lo afronto todo sola, pero no me importa. Merece la pena cuando llego, abro la puerta y la veo.
P: ¿Vives con tu pareja?
R: No, y no vamos a vivir juntos. Él vive en Colmenar Viejo, a las afueras de Madrid, y yo soy muy urbanita, me apasiona el centro y el bullicio. Raúl tiene custodia compartida y creo que no es bueno tener a tu madrastra todo el día pegada a ti, porque yo soy muy pesada y muy disciplinada, del esfuerzo, del trabajo... Nos llevamos todos mejor viéndome poco. No me importaría que viviéramos juntos y estoy segura de que nos llevaríamos muy bien, pero él tiene su familia. Aunque sus hijos me conozcan y me adoren y yo a ellos, no dejo de ser una extraña. Además, acabarían teniendo un padre, una madre, un padrastro y una madrastra. ¿Cuatro personas dándote el coñazo? Ya con dos es mucho...
Creo que es mejor que nos veamos en el ocio, que salgamos a comer, que vayamos al cine, al teatro, que nosotros vamos mucho. Y aun así también soy pesada en los momentos de ocio. Así que imagina que estuviera diciéndoles todo el rato que se esfuercen, que sean el número uno... Porque yo soy mucho del esfuerzo, me he criado en esa idea. Me gusta la gente que se esfuerza. No me interesa la gente a la que le regalan las cosas. Creo que viven una realidad que no es real, al menos para mí. A mí todo me ha costado y lo he conseguido, pero he visto muchas veces a gente que ha perdido las cosas por no esforzarse.
P: Ahora se habla mucho del ascensor social, ya que si partes de muy arriba por tu familia o porque tienes dinero lo sueles tener mucho más fácil que otra gente que empieza desde abajo y tiene muchas más trabas para llegar o incluso no lo logra aunque se esfuerce.
R: Claro que hay gente que es 'hijo de' se esfuerza y aumenta su patrimonio, pero en mi sector también hay actores que tienen éxito con 18 o 20 años, ganan mucho dinero, pero luego no les va bien. Es muy difícil tener la cabeza fría, no cometer excesos, escuchar a unos y no escuchar a otros. Hemos visto todos cómo a algunos les ha ido fenomenal al principio, pero luego han acabado desapareciendo precisamente por eso que te comento, por no esforzarse.
P: Un ejemplo de todo lo contrario es Maribel Verdú, que empezó jovencísima y sigue siendo una estrella.
R: Claro, yo soy muy amiga de Maribel y cuando trabajas con ella te das cuenta por qué ella sigue... Es una persona que no genera conflictos, si la citan a las 6 de la mañana, está a menos cinco esperando a que la recojan, nunca se retrasa nada por ella, se lo sabe todo a la perfección. Cuando tiene que hacer una secuencia difícil con mucho texto se coge un coach para prepararla y que le dé la réplica.
Al final, la gente que está lo está por algo. Aparte de ser una actriz espléndida, pero también hay actores espléndidos que luego no trabajan. Muchas veces no se dan cuenta de que los técnicos, desde el chófer, el becario, el director de foto, opinamos mucho. Cuando se hacen los castings, en numerosas ocasiones el equipo ya está formado y preguntan por un actor o por otro, y contamos nuestra experiencia, que no siempre es buena, porque no son puntuales, porque no tratan bien a sus compañeros... Y eso que decimos sin querer hacer daño, el director lo escucha y piensa: "Pues en lugar de ese, voy a coger a este otro que es igual de bueno y va a ser fácil trabajar con él". Hay que tener los pies en la tierra. El éxito hay que medirlo con cuidado.
P: Cuando llegas a 'Cámbiame', en Tele 5, aunque ya tenías tu trayectoria consolidada, de repente pasas a ser muy popular de la noche a la mañana. ¿Cómo viviste ese momento de que pasaran a reconocerte por la calle?
R: Nosotros contábamos nuestra vida todo el rato, era un programa muy emocional, así que sabían todo de nosotros. Para mí fue maravilloso, porque tenía la popularidad justa. Me reconocían por la calle, pero todo era bueno. Igual un día estabas muy cansada y te tenías que hacer una foto, pero también ibas a un restaurante y te daban la mejor mesa, te pasaban la primera... La popularidad es maravillosa. Está claro que si te conocen en el mundo entero porque eres Penélope Cruz, pues no tanto. La gente me reconocía por mi trabajo, que era un programa amable, me decían cosas fabulosas, tipo 'estaba malita y me has ayudado a estar mejor', 'mis hijas son feministas por ti'. Eso no te pasa nunca en la vida. Para mí fue todo maravilloso. Ahora que lo mismo que llega, se va.
P: Por cierto, ¿qué tal tu vuelta a televisión en 'Mask Singer'?
R: ¡Ha sido muy guay! Lo hicimos Raúl Madrid Manso y yo, y estamos ya con la segunda temporada. Los looks que estamos preparando son maravillosos. Ha sido difícil, porque no habíamos hecho nada igual antes, pero al mismo tiempo muy bonito.
P: Este año optas al Goya por sexta vez, pero en esta ocasión no va a haber alfombra roja y lo vas a vivir en la distancia porque no van a poder asistir los nominados. ¿Lo vivirás con la misma emoción?
R: Pues no lo sé, porque como tengo tanto trabajo, no tengo ni tiempo para pensar ni qué me voy a poner, pero luego me digo que qué me voy a poner si solo se me va a ver de cintura para arriba, suponiendo que se me vea. Estoy relajada con eso. Me da un poco de pena si me lo dan al no estar allí, lo que le da un componente de emoción maravilloso. Me enteré de los Goya telemáticos cuando íbamos a hacer un coloquio de la película con Verónica Echegui y Milu Cabrer, pero llamamos para preguntar y su hija nos dijo que la habían ingresado.
P: Su muerte fue un golpe durísimo, era una maquilladora respetadísima en el sector y al igual que tú está nominada al Goya este año por 'Explota, explota'.
R: Durante esos días estuve pensando que la tenía que llamar y al final, como siempre estoy muy liada, se me olvidó hacerlo. Su muerte ha sido muy desconcertante, no lo tengo asumido. Puse para despedirnos una cosa de Jaime Gil de Biedma: "La vida iba en serio". Y así es, va en serio y no nos damos cuenta.
Respecto a lo de los Goya telemáticos, pues en principio no me parecía justo no poder ir, pero mi chico me dijo, con toda la razón, que nosotros teníamos la oportunidad de dar un ejemplo, que trasmitiéramos el mensaje de que en el mundo nos esforzamos. Y así lo creo. El mundo de la cultura se ha esforzado mucho, los cantantes, lo músicos, los actores de teatro... Han sido muchos los sectores que lo han hecho, pero hablo del que yo conozco. Se han hecho canciones, cortometrajes, obras de teatro gratis. Nos estamos esforzando por sacar las cosas adelante y además somos muy sensatos. Se nos hacen PCR o antígenos todas las semanas. Somos el sector más testado de todos. No te puedo decirte cuántos llevo, dos o tres a la semana. ¡Más que Cristiano Ronaldo seguro! Espero que los demás nos apoyen cuando nosotros lo necesitemos.
P: Este año el Goya de Honor lo recibe Ángela Molina, con quien trabajaste en 'Gimlet', de José Luis Acosta. Más allá de sus grandes cualidades de actriz, se subraya mucho cómo está sabiendo envejecer y se la destaca como referente de estilo.
R: Ella es maravillosa, no voy a descubrir nada. Me parece muy bien la gente que se retoca, de hecho siempre he pensado que voy a ser una señora mayor operada, pero ella no se ha tocado nada. Me encanta que no lo haya hecho porque en este sector es muy complicado operarte pues hay papeles a los que no tienes acceso, porque se nota cuando estás muy retocada. Además, ella lleva un pelo largo con sus canas. Cuando escucho que las mujeres a partir de cierta edad no pueden llevar el pelo largo me indigna.
P: Te refieres a las declaraciones de Carolina Herrera.
R: Claro. Es una chorrada y no es relevante su opinión, pero nos estamos poniendo trabas a nosotras mismas. Me da rabia que lo haya dicho una mujer inteligente, con talento, trabajadora... Ángela Molina es espectacularmente elegante, con el concepto clásico de la elegancia, porque para mí el concepto de la elegancia es otro. Me gusta que sea un referente y un icono de moda sin querer serlo, porque ella no quiere ser nada, quiere ser Ángela Molina. Los iconos lo son cuando no quieren serlo. A ella le viene en los genes, son una familia alucinante de artistas. Este Goya es muy merecido porque hay que reconocer el trabajo en vida.
P: Ahora que hablas de canas, la reina Letizia también se las ha dejado. Por cierto, que tú te encargaste del vestuario de la serie 'Felipe y Letizia' de Tele 5...
R: ¡Sí, así es! Pues no sabía que se las estaba dejando, no me entero de nada. La Reina me gustaba cuando el Rey se fijó en ella. Pensé que era un soplo de aire fresco. Me encantó que se casara con alguien profesional, con una trayectoria, que viene de abajo. Sí me parece interesante que se deje las canas, porque a veces hemos creído que doña Letizia se había convertido en alguien lejano al pueblo, a la gente normal. Con todo lo que se la ha criticado entiendo también su postura, pero ahora ya se tendría que poner el mundo por montera y hacer lo que le dé la gana, porque ya ha demostrado que es trabajadora, seria y que ha tenido mucha más cabeza en ocasiones que el resto de la familia real. Me gustaría ver a doña Letizia haciendo lo que le diera la gana, por supuesto sin delinquir.
P: Has hecho muchísimas cosas, hasta has trabajado ocasionalmente de actriz y has publicado un libro. ¿Hay algo que se te haya resistido o te gustaría hacer en un futuro?
R: Estudié interpretación durante cinco años ya de mayor, cuando tenía 27 o 28 años. Siempre pido papeles, pero no me dan nada. Es difícil ser actriz y ya a estas alturas.... Si tuviera que pedir un deseo, que es algo que no voy a conseguir porque no estoy enfocada en eso, es ser productora. Yo quiero mandar, me gusta mucho. Y sí que me gustaría volver a la tele, porque me encanta. Esos serían mis dos deseos.
Cuando en la alfombra roja de los Goya de 2017, le preguntamos a Cristina Rodríguez si se veía ganadora, porque optaba a dos estatuillas en la categoría de mejor vestuario por 'Tarde para la ira' y 'No culpes al karma de lo que te puede pasar por gilipollas', respondía con la espontaneidad que la caracteriza: "No lo sé, pero lo que sí me gustaría es ganarlo cuando todavía no se me hayan caído las tetas". El 6 de marzo vuelve al punto de partida, en esta ocasión, la sexta ya, por 'Explota, explota', pero en el caso de lograrlo no se subirá al escenario del Teatro del Soho CaixaBank de Málaga, pues los nominados no podrán asistir a la ceremonia como medida preventiva por la pandemia.