Jesulín de Ubrique cuenta emocionado cómo conoció a María José Campanario

Si el pasado mes de septiembre el extorero se emocionaba en el canal autonómico andaluz recordando a su padre, fallecido este verano, su visita de ayer a Canal Sur tuvo un tono más distendido. Junto a Bertín Osborne, Jesulín de Ubrique vivió una noche divertida hablando sobre sus múltiples facetas en el ruedo, frente a los micrófonos o incluso en sus inicios como futbolista.

Jesús Janeiro recordó, por ejemplo, cómo conoció a María José Campanario, a cuyo lado lleva ya dos décadas. "La vi por primera vez en un restaurante. La invité al campo". Un día en el que él mismo narró llegó a decirle a su ahora mujer: "De esta cara no te vas a olvidar en la vida". Meses después, en septiembre de 2001, el diestro sufrió un grave accidente de coche cuando volvía a Ambiciones tras una cacería y ella fue su apoyo en esos duros momentos. "Cuando tuve el accidente ya estábamos saliendo juntos, y al año siguiente nos casamos", añadía emocionado.

Imposible pasar por alto también su hit 'Toda'. "Casi 30 años han pasado y todavía se acuerda la gente de la canción", revelaba Jesús. Pese a que el tema se hizo muy famoso, Jesulín entendió que perjudicaba a su trabajo en el ruedo y, según le había confesado al propio Bertín en 2015, "viendo que aquello no me había beneficiado y que yo estaba ya delante de un toro con los pitones metidos en la barriga y la gente no me echaba cuenta por el tema este del disco... Lo suspendí todo. Pero suspenderlo todo y afrontar los gastos de todo aquello. Fueron cincuenta y tantos millones de pesetas. Pagué y a tomar por culo. Yo me rajé porque vi que me perjudicó".

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M. Guerrero

La figura de la recordada Rocío Jurado también jugó un papel importante en la entrevista al recordar el ex de Belén Esteban lo importante que fue para su posterior carrera taurina. De hecho, según él, "fue el trampolín para que fuese torero".

El de Ubrique contó su padre montó una fiesta de famosos. "Tenía la esperanza en Rocío, pero no le fue bien. No teníamos dinero para pagarle porque no había funcionado el evento". Entonces Umberto Janeiro iba a vender el campo para poder pagar las deudas, pero él le dijo "yo me hago torero y el campo no se vende", y empleó sus primeras ganancias como matador para pagar a la de Chipiona.

"Un padre es un padre y mi padre siempre ha estado", decía recordando emocionado la figura de su fallecido progenitor antes de decir "en gloria esté". Tampoco podía faltar el recuerdo a su exótica mascota, el tigre Currupipi, sobre la que contó una divertida anécdota con Manuel Benítez, el Cordobés, como protagonista.

"Llegó el maestro un día al campo, que estábamos haciendo una pretemporada y se le arrancó el tigre. Manuel no tuvo otra idea que tirarse a la piscina y el tigre, que le gustaba mucho el agua, fue detrás de él", recordó.