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Uno de los momentos más trágicos en la vida de Cristina e Iñaki 'cumple' 15 años
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TRISTE ANIVERSARIO

Uno de los momentos más trágicos en la vida de Cristina e Iñaki 'cumple' 15 años

El campeón de waterpolo Jesús Rollán, uno de los grandes amigos y amores de la Infanta e íntimo de Urdangarin, se quitó la vida víctima de una depresión el 11 de marzo de 2006

Foto: La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en el funeral de Jesús Rollán. (Gtres)
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en el funeral de Jesús Rollán. (Gtres)

Eran sus disciplinas favoritas y las dos ganaron oro, así que allí estuvo ella, en primera fila, para felicitarlos a todos. La infanta Cristina saltó y cantó para celebrar el oro del equipo masculino de waterpolo y los dos de vela en los JJOO de Atlanta ‘96. Una celebración que se repitió en Barcelona en septiembre y sirvió para que conociera a su futuro marido, Iñaki Urdangarin.

Uno de los celestinos de la pareja fue Jesús Rollán, íntimo de ambos, un jugador especial, un tipo único que había enamorado a la Infanta años antes. El mismo que le presentó al amor de su vida. Otro motivo para la tragedia que sucedería 10 años más tarde. Aquel 14 de marzo de 2006, tres días después de la muerte de Rollán, en su funeral, Iñaki y Cristina no se separaron, entraron en su funeral cogidos de la mano, muy fuerte, como para sostenerse el uno en el otro. Los entonces duques de Palma despedían a su íntimo amigo.

placeholder El waterpolista Jesús Rollán. (Cordon Press)
El waterpolista Jesús Rollán. (Cordon Press)

A Rollán lo adoraban quienes lo conocían y su suicidio conmocionó a todos. Había sido el portero de aquella selección española de waterpolo que tocó el cielo, y muchos dicen que había sido además “el alma del equipo”. El documental ‘Agua, infierno, cielo’, dirigido por Joan Soler en 2012, recorre la historia del ‘dream team’ del waterpolo patrio y todos tienen palabras para Rollán.

"Me acuerdo cada día"

Miki Oca, Toto García Aguado, Chiqui Sans, Dani Ballart... coinciden en hablar de Rollán como “uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos”, en palabras de Ballart; “el mejor portero de waterpolo de la historia”, en palabras del polémico entrenador Dragan Matutinovic. Y uno de los mejores compañeros con los que podían soñar: “Me acuerdo de Jesús cada día”, dice un emocionado Salva Gómez.

Foto: El Príncipe y Urdangarin, 'juntos pero no revueltos' durante la final del Mundial de balonmano

Así lo describen todos los que le conocieron: alegre, buen compañero, activo y valiente. Rollán llegó a participar lesionado en el Mundial de Roma de 1994, a donde llegó con muletas, tras someterse a una intervención quirúrgica. Parecía que nada podría nunca con él hasta que llegó el momento de su retirada y como pez fuera del agua, su espíritu se fue apagando.

No ayudaron, nada, sus adicciones, las que arrastraba desde hacía años y que finalmente decidió tratar. El Comité Olímpico Español fue el encargado de sufragar los gastos de la clínica de desintoxicación, en La Garriga, en la que decidió quitarse la vida. Un 11 de marzo de hace ahora 15 años, Jesús Rollán saltó la vacío. Había caído en una fuerte depresión y decidió terminar con su vida.

Mujer e hija

En aquellos momentos, además, estaba lejos de quien fue la mujer de su vida, Leticia, con quien tuvo a Asia, su hija -este año cumple 18-, a la que veía poco, algo que le pesaba en el alma, como su divorcio. Lo cuentan en decenas de entrevistas quienes le conocían y lo corroboran a Vanitatis algunos de ellos. Como corroboran la dulce relación que vivió con la infanta Cristina cuando eran muy jóvenes.

placeholder Iñaki Urdangarin, en un partido de balonmano. (EFE)
Iñaki Urdangarin, en un partido de balonmano. (EFE)

Durante un tiempo, Rollán vivió en la Residencia Blume, donde también conoció a un joven Iñaki Urdangarin, alojado en la misma institución. Quién iba a decirles que su futuro estaría unido, y no solo por deporte y las medallas olímpicas (la selección masculina de balonmano ganó un bronce den Atlanta ‘96). La infanta Cristina tenía buenos amigos en la residencia y la visitaba con frecuencia, lo que la llevó a caer rendida ante los encantos de Rollán, ese joven pizpireto madrileño que lideraba a los juerguistas de la época. Fue algo bonito que culminó en una gran amistad.

La estancia de Urdangarin en la Blume se alargó casi tres años, tiempo en el que entabló amistad con los deportistas de la vela y el waterpolo. “Allí estaban todos los juerguistas y crápulas de la época”, recuerda un deportista que triunfó también en aquel momento, “eran los más golfos pero eran los mejores del mundo en lo suyo, nadie les podía decir nada”.

La perdición

Lo contaba también Toto García Aguado, después presentador de ‘Hermano Mayor’, en su libro ‘Mañana lo dejo’, quien recuerda que para aguantar las juergas y los entrenamientos entró en el mundo de la cocaína, su perdición absoluta. Hablamos de jóvenes que se querían comer el mundo, alegres y fuertes, con cuerpazos (Rollán medía 1,87 y pesaba 87 kilos) y mucho dinero, jóvenes perdidos en un mundo de exaltación. Fueron unos cuantos, entre ellos Rollán, quienes se desmadraban, sobre todo con las familias lejos. No todos hicieron lo mismo aunque todos sufrieron la misma presión, y eso también pesaba en la culpa y la depresión de Rollán.

Foto: Jesús Rollán, el waterpolista que enamoró a la infanta Cristina

Pocos podían imaginar que 10 años después de aquel verano de 1996, el desenlace sería fatal. En los juegos olímpicos, la vela y el waterpolo españoles tocaron el cielo con sus oros. En septiembre lo celebraron con una gran fiesta en el restaurante El Pou, en el pasaje Pellicer, local de moda en Barcelona cuyos socios fundadores eran Iñaki Urdangarin y Fernando Barbeito (balonmano) y Manuel Doreste (vela). En la fiesta se unieron los del balonmano, sí, porque habían ganado un bronce en Atlanta ‘96. Allí cuando la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hablaron por primera vez más allá del saludo. “¿Quién es ese rubio?”, preguntó ella. El resto es historia.

Eran sus disciplinas favoritas y las dos ganaron oro, así que allí estuvo ella, en primera fila, para felicitarlos a todos. La infanta Cristina saltó y cantó para celebrar el oro del equipo masculino de waterpolo y los dos de vela en los JJOO de Atlanta ‘96. Una celebración que se repitió en Barcelona en septiembre y sirvió para que conociera a su futuro marido, Iñaki Urdangarin.

Infanta Cristina Iñaki Urdangarin
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