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Duelo en la familia Raventós (Codorníu): fallece Isabel Negra, la matriarca
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Duelo en la familia Raventós (Codorníu): fallece Isabel Negra, la matriarca

Era viuda de Josep Maria Raventós, uno de los impulsores de la DO Cava y heredero de la familia Codorníu. Juntos vivieron en Sant Sadurní d'Anoia y tuvieron 11 hijos y 43 nietos

Foto: Isabel Negra Valls, viuda de Josep Maria Raventós. (Cortesía)
Isabel Negra Valls, viuda de Josep Maria Raventós. (Cortesía)

Nada más difícil en la vida que dejar huella cuando llega la muerte. Es algo que logró Isabel Negra Valls, matriarca de la familia Raventós, fundadores de Codorníu y después de Raventós i Blanc, fallecida a principios de marzo tras no superar las infecciones respiratorias provocadas por el covid. El legado es aquello que dejamos a nuestro paso, y más allá de la familia y de quienes la conocieron, cualquiera podrá recordar a Isabel Negra con una copa de vino en la mano.

Una copa del caldo que lleva su nombre y que su hijo Manuel y su nieto Pepe le dedicaron hace unos años. Garnacha, cariñena y sumoll para dar fuerza a un vino que, pese a todo, no era su favorito.

placeholder Isabel Negra. (Cortesía)
Isabel Negra. (Cortesía)

Mujer de carácter, querida y respetada por todos, era la viuda de Josep Maria Raventós i Blanc, uno de los impulsores de la DO Cava que tanto costó sacar adelante. Su familia estará siempre relacionada con las bodegas Codorníu, de Sant Sadurní d’Anoia, a donde ella se mudo al casarse.

Vivía en una bonita casa en el paseo de la Bonanova y lo dejó todo por su marido. Se habían conocido jugando a tenis y la chispa surgió rápido. La pareja tuvo 11 hijos, y Negra era la abuela de 43 nietos y bisabuela de 39 biznietos. El pasado viernes 5 de marzo fallecía a los 97 años.

Al mercado cada semana

Negra era una matriarca en el mejor sentido de la palabra, una mujer que disfrutaba sentando a la mesa a sus 11 hijos cada lunes para comer. Ya no vivía en su querido Sant Sadurní, aunque hacía lo posible por ir cada semana y llenar su alacena del producto fresco y delicado del mercado del pueblo. Allí había vivido durante más de cincuenta años y allí criaron a los 11 hijos Raventós Negra, en la casa familiar de Can Codorníu. Fue ella quien dio vida a una masía que se antojaba algo gris cuando llegó.

placeholder Isabel Negra y su nieto Pepe Raventós. (Cortesía)
Isabel Negra y su nieto Pepe Raventós. (Cortesía)

La torre, que es como se llama a las casas en Cataluña, es un conjunto arquitectónico que engloba la vivienda y las cavas y que diseñó el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch. Totalmente renovada a principios de siglo pasado, el arquitecto construyó además el porche de prensas, la bodega grande y el pabellón de expediciones (1904), y rehízo la masía o Torre de Can Codorniu (1906). La Casa Codorníu se contruyó sobre la antigua masía y está rodeada de jardines para separarla de las construcciones industriales.

Durante años, Josep Maria Raventós dirigió esta bodega y fue uno de los grandes artífices de su máxima expansión y éxito. Isabel Negra, a su lado, criaba a sus 11 hijos. En 1982, Raventós i Blanc(‘hereu’ de la saga familiar) renunció a su cargo. Fallecía unos años después, en 1986.

Apoyo fiel

Tras la muerte de su marido, Isabel decidió seguir su vida en la misma casa. Lo decíamos, durante mucho tiempo, cada jueves, a pesar de sus más de 90 años, ‘subía’ a Sant Sadurní d’Anoia a pasear por los viñedos, pasar ratos con su hijo, nieto y bisnietos, y a comprar –como siempre ha hecho– en el mercado local.

Foto: Las cavas de Codorníu. (Cortesia de Codorníu)

Cuando su hijo Manuel decidió crear la bodega Raventós i Blanc, ella los apoyó sin preguntar, fan incondicional de la nueva bodega. Defensora de la comarca del Penedés como si fuera propia, siempre ha sido un pilar básico para su familia, que ha vivido su pérdida con mucho dolor. Porque siempre fue un fiel apoyo para sus hijos, como Manuel y su nieto Pepe Raventós, a quienes acompañó siempre en toda su trayectoria al frente de esta finca familiar.

Querida y respetada por todos, por muchos admirada; fue siempre un ejemplo de positividad, fuerza, buen humor y generosidad. Ante todo, un ejemplo de persona. Así es como la recuerdan en casa.

Nada más difícil en la vida que dejar huella cuando llega la muerte. Es algo que logró Isabel Negra Valls, matriarca de la familia Raventós, fundadores de Codorníu y después de Raventós i Blanc, fallecida a principios de marzo tras no superar las infecciones respiratorias provocadas por el covid. El legado es aquello que dejamos a nuestro paso, y más allá de la familia y de quienes la conocieron, cualquiera podrá recordar a Isabel Negra con una copa de vino en la mano.

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