'Volver', 15 años de la película que reconcilió a Almodóvar y Carmen Maura (y gustó incluso a Boyero)

"En cuanto me dio la primera indicación, la clavé". Los aficionados a la mitología almodovariana conocen de sobra esta frase de Carmen Maura. La actriz explicaba así lo que sintió cuando se volvió a poner tras las cámaras en una película de Pedro Almodóvar. Aquello ocurrió en el rodaje de 'Volver', que tuvo lugar en el verano de 2005. La película, que se estrenó en marzo de 2006, hace ahora quince años, acabó ganando premio para sus actrices (Penélope Cruz, Blanca Portillo, Lola Dueñas, Yohana Cobo y la propia Maura) en el Festival de Cannes.

También se convirtió en el mayor éxito de taquilla en la carrera del manchego. Lo sigue siendo: 10.243.096 de euros recaudados solo en España dan fe del éxito de esta historia de madres fantasma, amas de casa de barrio y oscuros secretos familiares. O lo que es lo mismo: el universo femenino de Almodóvar multiplicado por mil y enaltecido por el retorno a sus raíces.

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Para Carmen Maura, 'Volver' significó el retorno a la filmografía del director que, Fernando Colomo aparte, le dio sus primeros días de gloria; la reconciliación con un amigo al que vio dar sus primeros pasos como director, esos que van desde 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón' a 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', la película en cuyo rodaje se rompió el buen entendimiento entre director y actriz.

La propia Maura explicaba en el documental '¡Ay, Carmen!', de Fernando Méndez Leite, por qué las cosas fueron tan mal cuando encarnó a la Pepa enamorada y desesperada de aquella cinta. "Es una película a la que yo le he tenido manía durante mucho tiempo, hasta que me di cuenta que no estaba mal, que yo estaba bien". Según la actriz, durante la filmación Almodóvar le decía, delante de todo el equipo, que estaba a medio gas o demasiado impostada. Paula Ponga, su biógrafa, recordaba que durante el rodaje, Maura tenía que ponerse hielo en los ojos para que no se notase que había estado llorando. Aquello acabó beneficiando la interpretación de un personaje herido, víctima del desamor y la poca consideración de un hombre. Aunque fuese en clave de comedia.

Los años pasaron, y también evolucionaron las chicas Almodóvar: Victoria Abril, Emma Suárez o Penélope Cruz. Nadie imaginaba que Carmen Maura, que en 2005 ya se había convertido en un icono en Francia y acumulaba premios y buenas críticas gracias a Saura ('¡Ay, Carmela!') o De la Iglesia ('La comunidad'), volviese a trabajar con un director que, en tiempos, había sido íntimo suyo. Ya era considerada la mejor actriz del cine español. Lo de ser musa almodovariana era parte importante de su carrera, pero no la única.

La propia Maura contaba cómo fue aquel reencuentro con Pedro en una entrevista de Juanra López publicada por este medio. "Fue muy gracioso porque hacía mucho tiempo que no nos veíamos, veinte años. Me llamó y me preguntó: '¿No te importa hacer de destrozada?'. Y yo le dije: 'Menuda pregunta me estás haciendo, qué me va a importar a mí'. Creo que me llamó porque era un papel muy delicado. Llevémonos como nos llevemos, los dos sabemos que el otro lo hace bien. Porque esta misma historia me la ofrece otro director... Han dicho de mí cosas maravillosas por este personaje, como si hubiera tenido yo que hacer un estudio... Y fue una de las cosas más cómodas que he hecho en mi vida. No llevaba maquillaje, me ponía la bata, me ponía un poquito más gorda de lo que estaba, el pelo sin tratar, con zapato plano... Fue facilísimo porque entiendo muy bien lo que escribe", nos contaba.

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Maura y Almodóvar se habían conocido haciendo teatro en los años 70, cuando él ansiaba hacer cine y abandonar su puesto de trabajo en Telefónica. "Él acaba de decir en el documental '¡Ay, Carmen!' algo que yo no he dicho jamás y que nunca se lo oí decir, ‘Carmen fue la que me descubrió’. Y me encantó, porque realmente fue así. Estábamos en un grupo de locos que era la Movida y yo era como un bicho raro, pero, como un camaleón, me amoldaba a todo. Me parecía gente tan divertida que cada uno hacía y se vestía como le daba la gana", dijo en 'Harper's Bazaar'.

Aquellos inicios amateur les llevaron a una relación amistosa y profesional que alcanzó su cénit en 'La ley del deseo', en la que ella interpretaba a una mujer transgénero. El éxito de 'Volver' amainó el temporal, pero tras la tournée publicitaria y de premios, volvió la tormenta. Unas declaraciones de la actriz en 2012 volvieron a levantar ampollas y a crear un cisma entre director y actriz. Cuando Carmen Maura declaró su preferencia por Álex de la Iglesia, Agustín Almodóvar, productor y hermano de Pedro, le respondió en Twitter con rotundidad: "Tranquila, no pensamos llamarte".

El tiempo, gran sabio, ha recolocado las piezas donde tenían que estar. Hoy por hoy, Pedro Almodóvar y Carmen Maura no son íntimos (ella suele reconocer que ahora que es un cineasta 'serio' tienen mucho menos que ver), pero sí se han reunido públicamente en los últimos años y han mostrado que, inevitablemente, sienten cariño el uno por el otro. La revista 'Fotogramas' los juntó en un homenaje y, tal y como mencionábamos en este artículo, Pedro fue muy elogioso en la entrevista que incluye el documental sobre Maura rodado en 2019. Lo quieran o no, son parte de un todo y ambos dieron lugar a películas que forman parte de nuestra cultura popular y de la historia del cine.

La última de ellas, 'Volver', sale directamente del ADN de Almodóvar y quizá por eso es su mayor éxito en taquilla. Hasta uno de sus eternos detractores, Carlos Boyero, se deshizo en elogios hacia la película. "Una hermosa película", señaló el crítico de 'El País'. No son pocas las veces que el director ha dicho que no aceptaba la muerte de su madre. Su intención era la de 'devolverla' al mundo de los vivos a través de esa madre fantasma que encarnó la que una vez fue su musa. La película es también un abismo de proximidad hacia la muerte; un relato autobiográfico con el que, curiosamente, es más fácil empatizar que, por ejemplo, con el de la también magnífica 'Dolor y gloria'. Son más identificables esas madres y abuelas, esos fines de semana de regreso al pueblo, al origen familiar, que las cuitas existenciales de un director de cine. Quizá por eso 'Volver' es una película que, tres lustros después de su estreno, amenaza con ser eterna.