Iria Fernández Tapias, de ojo derecho de su abuelo a apoyar a su padre en la guerra familiar
La joven hija de Fernando Fernández-Tapias Jr. fue durante años la nieta favorita de Fefé. El empresario incluso bautizó con su nombre a uno de los barcos de su naviera
Las tensiones familiares que asolan a los Fernández Tapias no solo afectan a don Fernando y a sus vástagos, también a los miembros más jóvenes de la familia. Nuria González, además de ser el mejor apoyo de su marido en estos complicados momentos, vela por los intereses económicos de sus dos hijos, Iván y Alma, menores de edad aún, e intenta protegerles, en la medida de lo posible, de las desavenencias familiares.
Su nieta favorita
Otra de las perjudicadas es la nieta de Fernando Fernández Tapias, Iria. La joven fue el ojo derecho del empresario durante mucho tiempo y ahora nota el desencuentro entre su abuelo y su padre. Hija de Fernando Fernández-Tapias Jr., hijo mayor de Fefé y su primera mujer, la desaparecida Victoria Riva (Chiqui), es uno de los hermanos que han iniciado el proceso judicial para incapacitar a su progenitor.
Su padre, Fernando Jr., quien fue administrador único de F. Tapias Desarrollos Empresariales S.L., fue relegado de su cargo, aunque continúa, al igual que el resto de sus hermanos (incluidos los pequeños, representados por Nuria González) siendo apoderado de ese holding creado en 2004. A sus 55 años, Fernando Jr. no tiene registrada ninguna empresa a su nombre salvo Irivicky S.L., en la que figura como apoderado, y como administradora su mujer, Mercedes Cañizares. Constituida en 1998 estaba destinada al alquiler de bienes inmobiliarios pero permanece inactiva desde 2017.
Un barco con su nombre
Como decíamos, Iria fue durante mucho tiempo el ojo derecho de Fefé, a la que colmaba de regalos y mimos. De hecho, bautizó un petrolero de la Naviera F. Tapias con el nombre de Iria Tapias, como ya hiciera con los nombres de sus hijos y de su mujer Nuria, pero de ningún nieto más, lo que demuestra la relación especial que mantenían nieta y abuelo. El barco, valorado en 60 millones de euros, fue construido en Corea del Sur y adquirido por el empresario en marzo de 2001.
Iria saltó a la prensa en 2017, cuando se la relacionó sentimentalmente con Felipe Marichalar, hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar; pero el tiempo se encargó de demostrar que eran solo amigos. Ambos estudiaban en la misma universidad, The College of International Studies, junto a otros cachorros de la jet que forman parte de su grupo de amigos. Previamente, Iria había ido al prestigioso British Council School de Pozuelo de Alarcón, cercano a la casa donde vive con su familia. Tras su paso por dicha universidad, Iria se marchó a Reino Unido para estudiar Relaciones Internacionales en la Regents University de Londres.
Una pandilla de la jet
Dicen los que la conocen que es una joven “muy divertida aunque con genio y superdisfrutona”, además de “muy amiga de sus amigos”. En su Instagram se define a sí misma: “Soy una pequeña princesa con carácter”. Su mejor amiga es Almu Lapique, la influencer y modelo sobrina de Cari Lapique y prima de Carla y Caritina Goyanes, con quien coincidió en The College of International Studies y se hicieron inseparables. También es amiga de Tana Rivera, la hija de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, o de Alba Díaz Martín, la hija de Vicky Martín Berrocal y el Cordobés.
Apasionada de la moda, hizo prácticas en Zadig&Voltaire o Brandy Melville y entre sus hobbies figuran viajar, montar a caballo, esquiar y el fútbol (probablemente afición heredada de su abuelo, quien es vicepresidente primero del Real Madrid). Desde el verano del año pasado sale con Gonzalo González, con quien incluso ha compartido un viaje romántico a París, regalo del joven a su novia. Los veranos los pasa en la casa familiar de Marbella y es una incondicional del festival Starlite, aunque suele organizar también alguna escapada con sus amigas.
Gesto cómplice con su padre
El pasado 19 de marzo, Día del Padre, Iria colgaba una foto en su Instagram felicitando al suyo adornando el texto con varios corazones. En la foto aparecen los dos en 1998, su padre al volante de un coche descapotable, ella mirándole y acariciándole la cara con mimo. Un gesto de cariño a su progenitor que cobra más importancia que nunca debido a la situación familiar que atraviesan.
Las tensiones familiares que asolan a los Fernández Tapias no solo afectan a don Fernando y a sus vástagos, también a los miembros más jóvenes de la familia. Nuria González, además de ser el mejor apoyo de su marido en estos complicados momentos, vela por los intereses económicos de sus dos hijos, Iván y Alma, menores de edad aún, e intenta protegerles, en la medida de lo posible, de las desavenencias familiares.
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