Santi Taura: un chef sin ego, la boda de Nadal y la tostada que entusiasmó al emérito

Casi sin darnos tiempo a recuperarnos de las emociones de la última edición, el reality más popular de cocina de la televisión está de nuevo de estreno. Tras superar un duro casting, solo los cincuenta mejores candidatos de entre los 70.000 inscritos lucharán en las cocinas de ‘MasterChef’ por conseguir el delantal que les acredite como concursantes de la novena edición. En el primer programa, los aspirantes viajarán a Mallorca para llevar a cabo un cocinado solidario y allí les acompañarán dos chefs de prestigio, Maca de Castro y Santi Taura, ambos con una estrella Michelin.

Estos dos cocineros ganaron atención mediática en 2019 al formar parte del catering de la boda que más titulares generó, la de Rafa Nadal y Mery Perelló, celebrada por todo lo alto y con grandes medidas de seguridad en Sa Fortalesa.

Del festín del que disfrutaron los 350 invitados, se dijo que al rey don Juan Carlos le entusiasmó especialmente la tostada de sobrada, un guiño a la gastronomía balear, de Santi. En su restaurante la sirve con melaza de encina, y de ella asegura que "nos recuerda a aquellas verbenas tan típicas de la isla, como es San Sebastián o San Antonio, a los olores a fiesta, a las brasas y al humo, un sabor singular y muy de nuestra memoria".

El joven chef, que también ha sido elegido en alguna ocasión para la elaboración de la recepción que sirven los Reyes en el palacio de la Almudaina en verano, acaba de empezar una nueva etapa de su carrera, tras cerrar su restaurante de Lloseta, con la fusión del restaurante Santi Taura y DINS en Palma, pero que no deja de ir en la misma línea que su compañera Maca de Castro. Su cocina se basa de nuevo en el recetario tradicional mallorquín y mediterráneo y en el producto de temporada.

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Nacido en Lloseta, un pequeño pueblo de Mallorca cercano a la sierra de Tramontana, es un autodidacta de los fogones. Santi trata de no seguir el camino de otros y asegura que escogió la cocina porque quería ser diferente de sus compañeros del colegio y no estudiar lo que estudiaba la mayoría. Aunque si no hubiera optado por la cocina, quizá habría sido actor, o herrero como su padre.

En su restaurante, este chef interpreta la gastronomía mallorquina desde un punto de vista actual sin olvidar las raíces. Y buena prueba de su buen hacer es que ha llegado a ser el establecimiento con más lista de espera de España, empatado con el Celler de Can Roca.

Un trabajo que también combina con la televisión, ya que ha participado en el espacio 'Cuina i guanya' de IB3, programa en el que también aparecen otros cocineros reputados de la isla.

Pese a todo, tiene las ideas muy claras sobre el concepto de los chefs reconvertidos en estrellas mediáticas. En una entrevista para el 'Diario de Mallorca' afirmaba que "el que se mete a cocinero para salir en la tele no sabe nada de dónde se ha metido. Lo que sí creo es que hay chefs que hacen muchos fuegos artificiales perdiendo un poco de vista que esto es un negocio. El cocinero ha de tener muy claro que su ego está por debajo del restaurante".

Con el lema "haciendo las cosas bien se puede ir a todos lados", adoptado de una frase que siempre le dice su madre, emula a otros chefs como Jamie Oliver en su preocupación por la buena nutrición de los más pequeños. "Es importante que en los colegios se enseñe a comer a los niños porque la tasa de obesidad infantil es preocupante", decía también al 'Diario de Mallorca'.