Rocío Carrasco y la (¿maliciosa?) frase del equipo legal de Antonio David

Son más de 1.700 folios a los que Vanitatis tuvo acceso para publicar la exclusiva periodística en febrero del año pasado en la que desvelamos que Rocío Carrasco había sido agredida por su hija Rocío Flores y esta a su vez había sido condenada por el Tribunal de Menores. Una documentación que ha sido desgranada en los doce capítulos de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.

Son muchos los litigios judiciales entre Antonio David Flores y Rocío Carrasco, pero el que mayor trascendencia ha tenido, y sigue teniendo, es la denuncia interpuesta por presuntas lesiones psicológicas, que ha sido sobreseída provisionalmente por el Supremo y que solo podría reabrirse si se aportasen nuevas pruebas a la causa.

Son muchos los informes psiquiátricos aportados por Rocío Carrasco a la causa, y el equipo legal del ex guardia civil intentó desacreditarlos de distintas maneras, una de ellas aduciendo que eran de parte y realizados por profesionales privados. Ella misma habló de este asunto en el documental en los siguientes términos: "Nosotros aportamos dentro del procedimiento todos los informes míos psiquiátricos hasta el año 2011, pero, además, presentamos un peritaje de un perito oficial y pedimos al Juzgado de Violencia que por favor, independientemente de que hayamos aportado toda esa información psiquiátrica, queremos que sea la Unidad de Valoración de Violencia de Género la que me estudie y emita un veredicto. Esa prueba la pido yo, aunque la debería haber pedido él".

En este contexto, debemos destacar una frase del equipo legal de Antonio David Flores, que los abogados de Rocío Carrasco interpretan como malintencionada: "Que la medicación que se recomendó a la paciente está contraindicada con la ingesta de alcohol y, por supuesto, con la ingesta de otras sustancias".

TE PUEDE INTERESAR

Rocío Carrasco: el motivo por el que su abogado, Javier Vasallo, es una apuesta segura

J. R. López

El abogado de Rocío Carrasco responde, en la documentación a la que hemos tenido acceso: "(Es una) manifestación cuando menos sorprendente, indignante y fuera del protocolo profesional que debe presidir en el ejercicio de la profesión de la abogacía. ¿Qué pretende indicar, gratuitamente, el letrado defensor del investigado, que mi representada es consumidora de alcohol y de otras sustancias análogas? ¿Cuáles? ¿En algún momento se ha probado algo o es fruto de la rabia, de la indignación o de ejecutar la 'teoría del ventilador' arrojando porquería a todo el mundo sin criterio?".

Y prosigue: "Resulta impropio de un profesional que se precie y ello puede ser perfectamente objeto del ejercicio, por esta parte, de las correspondientes acciones legales contra este profesional, dado que no puede consentirse ese tipo de circunstancias lanzando 'tiros al aire' sin ningún tipo de pruebas ni contenido que lo sustenten con el mero efecto, salvo que se esté tratando de preconstituir prueba para, el día de mañana, regresar a un plató de televisión o a una revista a efectuar la correspondiente publicación".

La conclusión del letrado de Rocío es muy contundente: "¿Qué pretende decir el letrado del investigado? ¿Por qué introduce esta 'mera sospecha', que, además, desde el punto de vista jurídico-procesal penal sustantivo carece, por ejemplo, de relevancia? Es como afirmar, sin más, que la querellante o la denunciante circulaba a 200 kilómetros por hora, por poner un ejemplo. ¿Qué se pretende de contrario, o se 'le coló' de algún otro procedimiento judicial?".