María Barranco: la chica Almodóvar que eligió ser soltera para toda la vida

María Barranco iba para artista. Cualquiera que haya visto a esta malagueña de pro hablar de terroristas chiitas en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' o pregonar aquello de 'soltera pa toa la vida' en 'Las cosas del querer' no tendrá duda de su arte. Y cuesta pensar que su salero malagueño casi es desperdiciado entre tiritas, gasas y curas cuando estudió Medicina. Aunque María habría dado, con casi toda seguridad, grandes alegrías a sus pacientes, pronto se dio cuenta que lo suyo era actuar. Además, su primer compañero de fatigas profesionales fue el mismísimo Antonio Banderas, que a principios de los 80 también formaba parte del grupo malagueño Dintel, formado por actores malagueños que hacían teatro y vivían los últimos estertores de la Transición ejerciendo su arte.

En 1982, una jovencísima María Barranco aterrizó en Madrid dispuesta a comerse el mundo. Y lo cierto es que empezó a hallar fortuna en la capital gracias a su primera representación de 'La venganza de Don Mendo' y a su trabajo como azafata alta y espigada en programas televisivos como 'La chispa de la vida'. También en ese año conoció al que habría de ser su marido durante décadas, el director Imanol Uribe, con el que se casó.

Heredera de las grandes secundarias de nuestro cine, de Laly Soldevilla a Margot Cottens, pasando por María Luisa Ponte, la popularidad de Barranco se debe a su inclusión en el universo Almodóvar. La Candela que interpretó en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' mató de risa a medio planeta. La actriz fue una de las 'chicas Almodóvar' que viajaron hasta Hollywood para ser testigos del éxito de la cinta, que fue nominada al Oscar como mejor película extranjera y recibió ovaciones allá donde se estrenó.

María ganó un Goya como actriz de reparto y ya había encaminado su carrera hacia la comedia con películas como 'Las cosas del querer'. Sin embargo, su versatilidad ha quedado demostrada en cintas como 'Las edades de Lulú', por la que consiguió un segundo Goya, 'La ardilla roja' o 'El viaje de Carol', en la que fue dirigida por su marido, un Imanol Uribe en clave nostálgica.

En 1993 llegó una de sus grandes alegrías, su hija Andrea. Y en 2004, uno de los peores momentos: su separación de Uribe. Esta fue objeto de análisis y debate en numerosos platós de televisión, pero Barranco siguió manteniendo la buena relación con los medios del papel couché que siempre le caracterizó, consciente de que una parte de su trayectoria iría siempre ligada a los mismos. Para entonces, la actriz tenía aún mucha juventud y le quedaban, por tanto, muchas cosas que vivir.

Por ejemplo, su etapa como compañera de piso de la abogada Cristina Almeida, una noticia que en su día fue publicada por este mismo medio. En principio, Almeida la acogió en su casa, pero años más tarde se convirtieron oficialmente en compis de piso. "Yo estaba triste, era una mujer abandonada y ella me prestó su casa. La recuerdo como una de las épocas más divertidas de mi vida. Cristina fue un pilar muy importante para mí, me enseñó muchas cosas. Siempre digo que desde que la conocí soy mejor persona. Me enseñó a reírme de mi sombra”, dijo la actriz en su momento.

Hace unos años, en 2018, María le confesó al periodista Antonio Diéguez que era su hija la que vivía con ella en esos momentos. Con respecto a su situación sentimental, volvió a aclarar que ella es 'soltera para toda la vida'. Y como reza aquella canción que llegó a cantar con un tono humorístico y posmoderno, que habría envidiado la mismísima Concha Piquer, sigue "sin niños, sin marío y sin poblemas".

Actualmente, permanece centrada en su trabajo, a punto de estrenar 'El Refugio'. Una cinta navideña con la que vuelve a las salas de cine, cuya promoción compagina con el tiempo que dedica a su familia y es que, aunque como comentamos, es solamente una la hija que tuvo junto al director, siempre ha considerado a la hija mayor de Imanol Uribe, fruto de su relación con su primera mujer, Ana Gutiérrez, como tal. "Tengo dos hijas. Una es postiza, pero es mi hija", asegura. Ellas han dado a la actriz el motivo por el que, cada día, dedica una sonrisa al mundo: sus tres nietos, de los que asegura "son mi droga" y presume siempre que puede en su perfil de Instagram.