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"Laura, para ti va a ser más difícil porque eres mujer": las mujeres diplomáticas alzan la voz
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"Laura, para ti va a ser más difícil porque eres mujer": las mujeres diplomáticas alzan la voz

En materia de igualdad, el mundo de la diplomacia es el alumno repetidor. Solo hay un 28% de mujeres en la carrera y la conciliación es una asignatura pendiente que afecta a ambos sexos

Foto: Imagen: EC Diseño.
Imagen: EC Diseño.

Si hay campos en los que las mujeres y los hombres están ya trabajando mano a mano en plena igualdad, sin más condicionantes que sus propios méritos, hay otros donde parece que no ha pasado el tiempo. La carrera diplomática ha sido tradicionalmente una opción profesional liderada por los hombres, y los datos a 2021 son el reflejo de que no está siendo fácil cambiar la inercia. Son las propias diplomáticas quienes están alzando la voz para denunciar situaciones como el hecho de que las misiones más importantes siguen reservadas para ellos o que la conciliación familiar es un asunto pendiente. Lo hacen a través de la Asociación de Mujeres Diplomáticas, creada en marzo de 2019 o la asociación Exteriores Diverso, que defiende la diversidad en la carrera.

Una de estas mujeres es la cónsul general de Mánchester, Laura García Alfaya (Madrid, 1980). Una mujer combativa que, para ser diplomática, tiene un discurso muy rotundo. García Alfaya inició su carrera diplomática por una curiosa anécdota que recuerda con cariño. Como solo se recuerdan los momentos en que uno vislumbra que, si quiere, podría cambiar el mundo.

placeholder Laura García Alfaya. (Ministerio de Asuntos Exteriores)
Laura García Alfaya. (Ministerio de Asuntos Exteriores)

"En verano, mis padres nos mandaban a estudiar fuera a mi hermana y a mí, a Inglaterra o a Francia. Un día en Madrid me corté abriendo una Coca-Cola. Todavía tengo la cicatriz. En el año 1990, las latas en España se abrían con una lengüeta, pero yo sabía que había otra manera de hacerlo porque en Inglaterra ya se abrían hacia dentro. Escribí una carta al director en 'El País' y me la publicaron. Era una carta muy sencilla, y unas semanas más tarde tuvo su respuesta. Todo eso me hizo pensar mucho sobre ecologismo y sobre cómo funcionaban las cosas en otros países y cómo tener experiencias en otros lugares hace que progrese una sociedad".

placeholder Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

El poder que los pequeños gestos pueden tener para cambiar la sociedad. A los 18 años fue la primera vez que se interesó sobre cómo era la oposición a la carrera diplomática. Estudió Derecho, hizo un máster en Periodismo y Comunicación, y luego se encerró a estudiar "como cualquier diplomático" hasta que sacó la oposición en 2008 con 28 años. "Y desde entonces me dedico a esto entusiasmada", explica, sobre todo en el área consular, donde más le gusta.

En la carrera diplomática, tienes que estar un mínimo de dos años en Madrid y una vez que sales puedes estar un máximo de nueve años seguidos fuera. Este es uno de sus grandes atractivos pero también uno de sus handicaps, y quizá explica que solo haya un 28% de mujeres en la carrera (hay 673 hombres frente a 262 mujeres). "La conciliación de la vida familiar y laboral es uno de los grandes temas pendientes para los diplomáticos y en general para todos los miembros del servicio exterior, que está formado por miles de empleados públicos que igual no son tan conocidos pero obviamente a nivel de sacrificio personal pasan por lo mismo que nosotros", describe.

Foto: Imagen: Irene de Pablo.

"Cuando tenía 18 años y empecé a mirar las oposiciones, hablé con un diplomático y eso fue justamente lo que me destacó". Recuerda aquella charla como una de las primeras veces en que se dio cuenta de que ser mujer, en su caso, marcaba una diferencia. "Fuimos un amigo y yo, ambos queríamos ser diplomáticos y tuvimos una cita con un diplomatico para que nos orientara. 'Laura, para ti va a ser más difícil porque eres mujer'. Con el idealismo de mis 18 años me pareció fatal que me dijera eso. 'Ojalá no fuera verdad', me dijo, 'pero yo quiero ser realista contigo. La realidad es que es muy difícil, especialmente para las mujeres, que la familia te acompañe y eso te complica a la hora de organizar tu vida".

"Me gustaría vivir en un mundo en el que a un chico que quiere ser diplomático le advierten de que el tema familiar le puede afectar"

"A mí me gusta pensar que esa dificultad de conciliar es para todos. Me gustaría vivir en un mundo en el que a un chico de 18 años que quiere ser diplomático también le advierten de que el tema familiar le puede afectar mucho. Pero, sobre todo, lo que me gustaría sería vivir en un mundo en el que ese problema no existiera. En mi generación y en las siguientes está claro que la enorme mayoría de las parejas trabajan ambos y quieren seguir desarrollando una vida profesional al margen de la carrera diplomática de sus parejas. Es un tema difícil que tenemos que solventar", explica a Vanitatis.

Si además, como es su caso, estás casado con una persona de tu mismo sexo, la cosa puede complicarse, porque todavía hay países en el mundo que no aceptan las relaciones homosexuales. "En algunos países del mundo, como sabes, hay pena de muerte para aquellas personas que tengan relaciones entre personas del mismo sexo. En muchos no está reconocido el matrimonio entre personas del mismo sexo y por lo tanto la acreditación de nuestros cónyuges es difícil, viajan sin la misma protección y las mismas inmunidades que les corresponderían por ser cónyuges de diplomático. Cuando estuve de cónsul en la India, fue el propio Ministerio el que me sugirió que para facilitar la tramitación, solicitara una acreditación como empleada del hogar a mi mujer. Me parece una profesión tan digna como otra cualquiera, ojo, el problema es que una empleada de hogar no tiene la misma protección diplomática que el cónyuge de un diplomático. Las inmunidades son muy muy importantes en el desarrollo de nuestro trabajo. Y más aún en un país que en ese momento contemplaba en su Código Penal la homosexualidad".

placeholder Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

El tema de los cónyuges y la conciliación es uno de los campos en el que más están trabajando las distintas asociaciones de diplomáticos, porque hay muchas casuísticas y "es verdad que es un asunto que desanima mucho a la gente, y especialmente a las mujeres, a la hora de plantearse entrar en la carrera". Pero las carencias de la carrera diplomática en materia de igualdad van mucho más allá de la conciliación. En una entrevista reciente, una diplomática española reconoció que nunca se había enfrentado a actitudes machistas hasta que ingresó en la carrera diplomática. Un titular de 'El País' definía en pocas palabras la situación de la mujer en esta rama profesional: Son "pocas y periféricas".

Foto: Imagen: EC Diseño

Desde los años 1976-1980, el porcentaje de mujeres incorporadas a la carrera ha pasado de 7,44 a 42,85% en la última promoción (2021). De esta, de 35 diplomáticos, 15 son mujeres, y aún queda mucho camino por recorrer en las escalas superiores. Actualmente un 77% de los embajadores son hombres, frente al 21% de mujeres. "Este ha sido durante muchos años un mundo exclusivamente de hombres. La incorporación de la mujer ha sido más tardía que en otros ámbitos. Y sí, hay algunos países que parece como si fueran destinos exclusivos para mujeres. Te invito a que busques en Google algunos países, por ejemplo africanos, en los que siempre ha habido embajadoras mujeres. O a la inversa, busca en Wikipedia cuántas embajadoras de España ha habido en Francia o Reino Unido. Es algo que no pasa en el mundo de la cooperación, por ejemplo", explica.

García Alfaya rememora dos experiencias (dentro del ámbito profesional) en las que ha vivido en primera persona la discriminación de género. Una la recuerda de forma negativa y otra de forma positiva, ambas fueron "impactantes". "La primera fue nada más ingresar, con menos de 30 años acompañé a mi primer jefe a una reunión de países iberoamericanos, había muchos delegados de otros países y llevábamos trabajando todo el día en temas muy técnicos. En esas reuniones hay una mesa en la que los delegados están en la primera parte y los que vamos a ayudarles nos sentamos en una silla un paso más atrás, tomando notas y soplándole al oído. Durante un descanso, se acercó un delegado importante de otro país a saludarnos. Le dijo a mi jefe la suerte que tenía de trabajar conmigo, pero por cuestiones físicas y por mi edad. Entonces se produjo una situación muy positiva, porque mi jefe le respondió inmediatamente con seriedad que la suerte de trabajar conmigo era por mis cualidades intelectuales y profesionales, de las que hizo una descripción. No me lo esperaba de él y fue muy emocionante".

Foto: Imagen: EC Diseño.

La otra experiencia, esta sí más negativa, tiene que ver con la maternidad. "Viví mi primer embarazo en la India y después regresé a España. Estando aquí salió la oportunidad de ir en una misión cortita al exterior. Eran dos meses y poco. El trabajo era superinteresante y, de cara a mi carrera, muy importante. Presenté mi candidatura. Poco después recibí una llamada telefónica de un compañero también diplomático, bastante joven, de personal: 'Hola, Laura, te llamo para comprobar si efectivamente te presentas. ¿Estás segura, no? Por lo que veo aquí, hasta hace poco estabas de permiso por maternidad. He imaginado que tienes un bebé muy pequeño". Me quedé tan en shock que no dije nada. Luego volví a hablar con él y le dije: 'Oye, mira, te agradezco enormemente que te preocupes por temas de conciliación familiar, pero no sé si les haces esta llamada a todos los hombres que solicitan puestos'. Él me dijo que le estaba malinterpretando, 'yo lo digo porque vas a estar mucho tiempo fuera y yo sé cómo sois las madres. Luego igual echas de menos al bebé y no quiero que te arrepientas'. Me pareció una actitud absolutamente machista, paternalista". Al final me dieron el puesto, pero todo aquello me generó mucha inseguridad, me hizo repensar la decisión que ya tenía tomada".

"Es muy importante que vean que se puede y que el sacrificio familiar que se hace en algunas profesiones también lo hacen los hombres, aunque ellos no sean juzgados por eso"

Hoy se queda con la lección aprendida y quiere servir de referente a las niñas que tengan dudas sobre este tema. "Es muy importante que vean que se puede, que hay otras mujeres que lo hacemos y que el sacrificio que se hace en algunas profesiones respecto a la familia también lo hacen los hombres, aunque ellos no sean juzgados por eso. Por eso es tan importante que las mujeres que estamos en puestos con algo más de visibilidad transmitamos que se puede hacer, se puede tener hijos y ser un profesional implicado en tu carrera".

Pocos incidentes han puesto el foco en la situación de la mujer en la carrera diplomática como lo ocurrido el pasado mes de abril en una reunión entre el presidente turco, el presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen se sintió "sola y herida" durante aquel encuentro, tras ser relegada a un sofá. "Por mi carácter, creo que me habría quedado de pie esperando. Y cuando todo el mundo siguiera mirándome, habría lanzado miradas a los diferentes equipos de protocolo para hacerles ver que necesitaba una silla. Y si me hubieran dicho que no, que mi sitio era el sofá, les hubiera dicho: 'Bueno, si ustedes no quieren hablar conmigo, supongo que me tengo que retirar de la sala. Pero piensen bien si quieren o no hablar conmigo'. Eso es lo que yo pienso ahora, claro, pero debió de ser muy violento. Lo que es más importante es el discurso que hizo ella después, que transmite entusiasmo y ganas de cambiar las cosas. Ese discurso tiene muchísimo poder".

Este incidente conduce a uno de los temas que se tratan habitualmente cuando se habla de la mujer en el ámbito de la diplomacia. ¿Qué hacemos con los países en los que la situación de la mujer no está equiparada a la de los hombres? ¿El hecho de ser mujer puede entorpecer en ese tipo de países la labor diplomática? "Mi opinión es muy clara. Hay que mandar a las mujeres diplomáticas a esos países sí o sí. El ejemplo es fundamental. Si en España defendemos que una mujer puede ejercer cualquier cargo, una manera de demostrarlo es mandar como embajadora a una señora a un sitio donde no es a priori muy recomendable hacerlo".

Se acuerda del caso concreto de la embajada de España en Arabia Saudí, cuando en 2010 una mujer ocupó por primera vez la segunda jefatura de la delegación. "Aquello generó mucho debate en los pasillos. Había gente, incluso mujeres, que no lo veían bien, creían que no era práctico. Pero al final, ¿sabes qué? Si el país que sea quiere tener una interlocución con España, la tiene que tener con el que esté. Porque resulta que esto les pasa con España, con Suecia, con Nigeria y con Francia, por poner un ejemplo. En el fondo, si tú tienes la mano que va a firmar el contrato, les interesa hablar contigo tengas el sexo que tengas".

placeholder Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

El ejemplo, el paso inexorable del tiempo, la igualdad que se va imponiendo, y sin embargo tanto por hacer. Hay mucha controversia en torno al tema de las cuotas, por ejemplo, pero ¿qué políticas funcionan mejor para fomentar la igualdad? "Al principio era absolutamente contraria a las cuotas, pero ahora creo que en algunos casos pueden ser necesarias. Hay un ejemplo que escuché a una profesora francesa cuando era estudiante que me marcó. Si un niño o una niña ven en la televisión un Parlamento que está lleno de hombres y corbatas, pensarán automáticamente que es un sitio para hombres, y eso tiene más poder que cualquier otra política que hagas. 'Hay que cambiar la fotografía para cambiar la mentalidad', dijo aquella profesora. Y para mí eso es absolutamente real. Pero ¿cómo lo hacemos?".

Foto: Imagen: EC Diseño.

Además, en su opinión "es muy importante la formación, hay programas muy interesantes donde las embajadoras visitan los colegios y trasladan una imagen potentísima. Y, por supuesto, es importante el papel de los medios de comunicación. Que el periodismo no busque siempre las mismas firmas o las mismas fuentes. Son siempre los mismos diplomáticos los que un día escriben sobre el Brexit y otro sobre el conflicto de Oriente Próximo, cuando a lo mejor hay una mujer superexperta en temas africanos que va a hacer un artículo maravilloso sobre eso".

Una vez más, sale a relucir ese dichoso asunto de la 'cobardía' femenina. La cónsul no es ajena al hecho de que las mujeres no saben 'venderse', la ambición femenina está mal vista y es incluso penalizada por la sociedad. Es algo muy femenino. "Eso lo he percibido mucho en la carrera, he visto mujeres muy discretas que le daban mil vueltas a sus compañeros. Es algo que se desprende del lugar que la sociedad reserva a las mujeres. Pero, si estás preparada profesionalmente, ¿por qué no vas a ir a por todas?"

Si hay campos en los que las mujeres y los hombres están ya trabajando mano a mano en plena igualdad, sin más condicionantes que sus propios méritos, hay otros donde parece que no ha pasado el tiempo. La carrera diplomática ha sido tradicionalmente una opción profesional liderada por los hombres, y los datos a 2021 son el reflejo de que no está siendo fácil cambiar la inercia. Son las propias diplomáticas quienes están alzando la voz para denunciar situaciones como el hecho de que las misiones más importantes siguen reservadas para ellos o que la conciliación familiar es un asunto pendiente. Lo hacen a través de la Asociación de Mujeres Diplomáticas, creada en marzo de 2019 o la asociación Exteriores Diverso, que defiende la diversidad en la carrera.

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