Susi Díaz: una 'top chef' solidaria, 'llorona' y con sus abuelas como referentes

Tras primero la expectación y luego la explosión de alegría que supuso la esperada consecución del bote de 'Pasapalabra', la vida y la tele siguen con nuevos concursantes y nuevos invitados. Tras el adiós al tinerfeño Pablo Díaz, con sus 1,8 millones de euros bajo el brazo, toca recibir a nuevos aspirantes al rosco a los que acompañarán rostros tan conocidos como el de la chef Susi Díaz.

Esta ilicitana es desde su fundación en 1984 propietaria del prestigioso restaurante La Finca, ubicado en la Costa Blanca de la Comunidad Valenciana. Desde muy pequeña ha estado unida a la gastronomía gracias a sus mayores referentes y maestras: sus dos abuelas, que la enseñaron a escoger el producto y a cuidarlo. Ambas la educaron además en los valores del esfuerzo y la tenacidad. Unos valores muy necesarios en una infancia difícil, ya que el fallecimiento de su padre la obligó a ponerse a trabajar con tan solo doce años para ayudar a la economía familiar.

Una familia que sigue muy presente ahora en su negocio, ya que montó su restaurante junto a su marido, José María. "Él está muy pendiente de los clientes, los mima, mi hija Irene es sumiller, mi hijo Chema ayuda en la gestión", comentaba la cocinera alicantina en una entrevista concedida a 'El Mundo'.

Sin haber pisado nunca una escuela de cocina, se enorgullece de ser autodidacta y su cocina es el fiel reflejo del Mediterráneo. Su carta se caracteriza por cítricos, hierbas aromáticas y flores cultivadas en su jardín, con los que acompaña pescados y mariscos autóctonos. La creatividad e innovación presente en sus fogones queda patente en su forma de combinar los sabores tradicionales con las últimas tendencias de la cocina internacional.

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"Para mí, la cocina es mi vida, es todo, me levanto pensando en cocina, paso el día pensando en cocina y me acuesto pensando en ello", contaba a Vanitatis en una entrevista que nos concedía mientras aún duraba su etapa como jueza televisiva junto a Alberto Chicote en 'Top Chef'.

En las cuatro temporadas que duró el programa, además de ganarse el cariño del público, se ganó cierta fama de 'llorona' cuando había algún momento emotivo con los concursantes. Como nos confesaba, algo hay de verdad en eso. "Cuando no me sale algo lloro de impotencia. Yo lloro fácil. También de tristeza: más de una vez he estado sentada en un taburete de la cocina llorando, porque no me salía algo. Te sientes mal, crees que te falta algo, la impotencia frustra".

Entre los mayores logros de esta enamorada de la cocina italiana, por ser la más parecida a la nuestra, está la estrella Michelin que obtuvo en 2006 y sigue manteniendo, así como dos soles en la guía Repsol. Además, hace dos años fue galardonada con el premio Nacional de Hostelería a la Cocinera Empresaria concedido por Hostelería de España.

En 2011, debutaba en el mundo de la escritura con su primer libro de cocina, 'Sentidos'. Una obra que según reza su contraportada "nos ayudará a descubrir la gastronomía de esta mujer que ha irrumpido con fuerza en la cocina española y cuyas elaboraciones, en constante contacto con una espectacular lonja de pescados y mariscos situada a pocos kilómetros del restaurante, pueden sentirse en cada una de las páginas de este libro".

Cuando se aleja de los fogones, además de en 'Top Chef' la hemos podido ver y oír en 'Las mañanas de Pepa Fernández' de RNE y en 'Proteína marina' y 'Si las quieres las comes' de Canal Cocina. Y cuando quiere evadirse de todo encuentra su refugio en Galicia, concretamente en la Ribera Sacra, relajándose en una aldea de trescientas personas, donde solo hay castaños.

Su faceta más solidaria se ha puesto también de relieve cuando viajó junto a otro de nuestros chefs más prestigiosos, Paco Roncero, y ACNUR hasta los campos de refugiados de Ghana para rodar un documental que reflejaba sus precarias condiciones de vida. Además, en 2017 pasó a ser embajadora de la Fundación Quiero Trabajo, que apoya a mujeres en riesgo de exclusión social.