Detalles exclusivos de la boda de Felipe Cortina: iglesia, finca, invitados, catering...

Castilla-La Mancha es la comunidad que más fincas privadas de sagas vinculadas al poder aglutina. En concreto, Ciudad Real es el epicentro de esta comunidad autónoma. Este fin de semana, la localidad de Retuerta del Bullaque se vestirá de gala para acoger la boda de Felipe Cortina y Amelia Millán (de la que dio la primicia Vanitatis) con la asistencia de gran parte de la jet patria.

La finca Villagarcía, propiedad de Alfonso Cortina desde 1993, ahora pertenece a su viuda, Miriam Lapique, y a sus dos hijos, Felipe y Carlos. Esta finca y las bodegas Pago de Villagarcía, que el empresario levantó para sacar rentabilidad al terreno, fueron un sueño hecho realidad para Cortina, quien falleció el año pasado a consecuencia del covid. Pero la familia Cortina no solo concibe la finca Villagarcía como un proyecto empresarial. También es el hogar en el que han disfrutado de muchos fines de semana y vacaciones en familia, destino de escapadas con amigos y un sitio donde practicar la caza, un deporte que apasionaba a Alfonso Cortina. Un lugar que sin duda siempre les recordará a él y que con ilusión gestionan juntos Miriam, Felipe y Carlos para continuar con su legado.

Este fin de semana, Villagarcía acogerá a los invitados de la boda del hijo mayor, Felipe Cortina, con la arquitecta Amelia Millán. Aunque en un primer momento los novios habían elegido la villa mallorquina donde pasan los veranos, Villa Cortina, como escenario de la boda, cambiaron de planes hace unos meses y se decantaron por la finca familiar situada en Retuerta del Bullaque, en los Montes de Toledo y junto al Parque Nacional Cabañeros. La ceremonia religiosa se celebrará en dicho pueblo, concretamente en la iglesia San Bartolomé Apóstol, que data del siglo XVI.

En los jardines de la finca se crearán tres espacios diferenciados, uno de ellos albergará el cóctel, otro la cena y otro la fiesta posterior. Para la fiesta, en la que se servirá barra libre y recena, han contado con el buen hacer del catering de la prima del novio, Caritina Goyanes. El aperitivo y la cena serán servidos por el chef Iván Cerdeño, que regenta el restaurante toledano Cigarral del Ángel. El chef ha sido galardonado en dos ocasiones con una estrella Michelin y obtuvo el Premio Nacional de Hostelería a la Innovación 2018.

Entre los invitados ilustres que se espera que asistan a la boda de Felipe y Amelia figuran varios de los llamados cachorros de la jet. Alonso Aznar, íntimo amigo del novio, acudirá previsiblemente junto a su novia Renata Collado; Ramón Hermosilla y Karla Covarrubias; la heredera de Inditex Marta Ortega y su marido, Carlos Torretta, que están viviendo un intenso verano de boda en boda (habrá que estar pendientes de su look); Álvaro Falcó e Isabelle Junot, o Marta de la Rica Entrecanales también forman parte de la lista de invitados, así como Tamara Falcó y la modelo Eugenia Silva, acompañada de su marido, Alfonso de Borbón. No acudirán, a pesar de estar invitados, Belén Corsini y Carlos Fitz-James Stuart por encontrarse en la localidad cántabra de Comillas en la boda de Inés Pérez-Pla y Alberto Pablos.

Entre los familiares que no se perderán tan importante acontecimiento destacan el tío paterno del novio, el empresario Alberto Cortina, actualmente casado con Elena Cué, y los hijos de su primer matrimonio con Alicia Koplowitz: Alberto Cortina Koplowitz, marqués del Real Socorro; Pedro, casado con la decoradora Bárbara Chapartegui, y Pelayo Cortina Koplowitz, esposo de Jane Coppée y conde de San Fernando de Peñalver. Por el lado materno, Cari Lapique y su marido, Carlos Goyanes, así como sus hijas Cari Goyanes, que acudirá junto a su marido Antonio Matos, y Carla Goyanes, casada con Jorge Benguría.

Sin amigos de los padres

No estarán, sin embargo, los amigos de toda la vida de Miriam Lapique y Alfonso Cortina. La familia prepara esta boda con sentimientos encontrados, por un lado la alegría de la celebración, pero por otro la emoción de echar de menos a quien ya no está. Se pretende que sea una boda sencilla y sin ostentaciones porque la familia sigue de luto emocional.

Felipe, el novio, estuvo viviendo unos años en Nueva York, donde en 2014 abandonó el banco donde trabajaba y fundó junto a un amigo la exitosa marca de calcetines Jimmy Lion. La idea que tenían era ofrecer calcetines originales y de primera calidad a un precio razonable. El éxito no tardó en llegarles convirtiéndose en una de las marcas de calcetines por excelencia en la jet y entre los apasionados de la moda. Actualmente, Felipe compagina este trabajo con la dirección de la bodega familiar Pago de Villagarcía. Es un hombre extremadamente discreto que huye de la etiqueta de 'hijo de' o 'sobrino de' y ha sabido labrarse un futuro prometedor independientemente de su familia. Por su parte, Amelia Millán, nieta de los condes de Villaflorida, es una emprendedora que hace meses creaba su propia empresa de arquitectura Villalonga Millán S.L junto a su socia Mariana Villalonga.

El enlace será un desfile de caras conocidas que celebrarán una boda que, según ha podido saber este medio, ha servido de bálsamo a Miriam Lapique tras perder a su marido. Además de ejercer como madrina y llevar a su hijo al altar, Miriam se está encargando personalmente de todos los detalles para que todo salga a la perfección en el que será el día más importante de la vida de su hijo mayor.