Telecinco vuelve a las drogas: Olga y el honor perdido de Rocío Carrasco
"Rocío y Olga se tiran los trastos a la cabeza, Antonio David Flores (supuestamente vetado en la cadena) recibe un cheque por persona interpuesta y Paolo Vasile acaricia un gatito"
Imagine usted que estamos en 1981 y Pablo Escobar anuncia que deja el cartel de Medellín y ficha por la DEA para liderar la guerra contra las drogas. Lo fliparíamos en colores, pero, oye, volantazos biográficos más raros se han visto, vamos a darle un voto de confianza al chaval...
Pero, ¡ay!, tras meses participando en redadas, visitando el Proyecto Hombre y cargando contra narcos y consumidores con la furia del converso, se filtra un vídeo de Escobar con la cabeza metida en un saco de cocaína, pegando bombazos y diciendo disparates sobre la nieve que quema…
En una palabra: ¡SORPRESÓN!
Ahora, mandanga
Pues eso es lo que ha pasado con Telecinco y el especial ‘Ahora, Olga’, en el que la mujer de Antonio David Flores, tras ganar ‘Supervivientes’, ha resucitado el discurso sobre Rocío Carrasco como mala madre en prime time, es decir, lo que Telecinco prometió que nunca volvería a hacer...
En efecto, en su docuserie sobre Rocío Carrasco, Telecinco llevó a todos los hogares conceptos como 'violencia vicaria', reparó el honor perdido de la hija de 'la más grande' y se fustigó de lo lindo por veinte años de vapuleo mediático; un antes y un después en la narrativa sobre violencia de género en España.
En uno de los giros narrativos más espectaculares desde que Jiménez Losantos cambió el maoísmo por la derecha canalla, Telecinco había abrazado no ya el feminismo, sino la regeneración de la prensa rosa tras años de abusos deontológicos. Todo con gran ardor moral. Un poco como si Chimo Bayo se convirtiera de pronto en el zar antidiscotecas: él sabrá, pero igual mejor hacerlo con discreción, porque si Chimo se pone a la cabeza de la manifestación diciendo “yo inventé la lucha contra las discotecas”, igual es un poco canteo. Pues Telecinco con el feminismo parecido.
Moraleja: reinvenciones siempre bienvenidas, más si es por una buena causa, pero que la cabra de Telecinco iba a subir otra vez al monte totalmente enloquecida era impepinable...
Que la cabra de Telecinco iba a subir otra vez al monte totalmente enloquecida era impepinable
Si bien las productoras de ‘Ahora, Olga’ y ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ son diferentes, y el pique televisivo está ahí, no es menos cierto que a río revuelto, Telecinco siempre gana; en concreto, 85 millones de euros de beneficios en el primer semestre de 2021, un 22% más que el año anterior.
¿Qué podemos decir de ‘Ahora, Olga’? Que Olga arrancó con un clásico absoluto del cuore más desahogado: “No vengo a hablar de Rocío Carrasco”, dijo... y acto seguido procedió a hablar de Rocío Carrasco los siguientes 225 minutos, porque, claro, ¿de qué iba a hablar si no? ¿Del producto interior bruto de Camerún?
Pero el momento cumbre del programa fue el 'piojogate': tras ver un vídeo de Rocío Carrasco diciendo que sus hijos llegaban siempre con piojos de casa de su padre, Olga respondió: “Por respeto a estos niños no voy a entrar en esto”. En efecto, puedes pasarte años echando bilis y vendiendo interioridades sobre la expareja de tu marido, pero hablar de los piojos de los niños, no, ¡hasta ahí podríamos llegar!, eso sería caer en terrible lodazal moral...
En resumen: Rocío y Olga se tiran los trastos a la cabeza, Antonio David Flores (supuestamente vetado en la cadena) recibe un cheque por persona interpuesta y Paolo Vasile acaricia un gatito. Telecinco vuelve a las drogas (duras).
Imagine usted que estamos en 1981 y Pablo Escobar anuncia que deja el cartel de Medellín y ficha por la DEA para liderar la guerra contra las drogas. Lo fliparíamos en colores, pero, oye, volantazos biográficos más raros se han visto, vamos a darle un voto de confianza al chaval...
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