Así vivió Isabel Pantoja su reaparición en los escenarios en su peor momento
La cantante ofreció su espectáculo “Enamórate” dentro del VII Festival Tío Pepe. Ni su hijo Kiko ni su hija Isabel estuvieron presentes
Sofisticada, con plumas y estrechísimo vestido de tubo negro dejando los hombros al descubierto, así se presentó Isabel Pantoja en su reaparición en los escenarios.
Año y medio llevaba sin actuar en España. El último fue su concierto en el Wizink Center de Madrid, y esta reaparición era esperada con ganas por ser en Andalucía, y en Jerez de la Frontera, la tierra de su abuelo, Pipoño de Jerez, Antonio Pantoja Jiménez, cantaor que se trasladó a Algeciras, donde nació el padre de Isabel.
La cantante ofreció su espectáculo “Enamórate” dentro del VII Festival Tío Pepe que se celebra en las Bodegas González Byass. Ni su hijo Kiko ni su hija Isabel estuvieron presentes, pero sí lo hizo su sobrina, Anabel Pantoja, quien ya aclaró en televisión que en esta ocasión se supervisarían todos los detalles para que no hubiera fallos de sonido como la última vez: “Ella no tuvo culpa del fallo que hubo en Madrid. Fue un fallo de la mesa de sonido. Este concierto para ella es muy especial porque es en Andalucía”.
Anabel se ha convertido en la principal defensora pública y apoyo de su tía desde el programa de televisión en el que trabaja y también en sus redes sociales. Se ha ganado su sitio por su fidelidad ciega: “Mi tía lleva toda clase de público a sus conciertos, no solo a gente mayor. Tengo muchas amigas que han venido a verla con sus madres”.
Anabel llegó temprano al recinto y ejerció como “corresponsal” on line para su millón y medio de seguidores en las redes. Desde camerinos asistió a los ensayos del grupo flamenco que la acompañaba: Maloko, Curro Carrasco Soto, Juan Grande y Manuel de Cantarote. Estuvo acompañada de su amiga Amor Romeira, y su insistencia en grabarlo todo hizo que uno de los cantaores le dijera a modo de broma: “eres una paparazzi mala”.
En el camerino de Isabel, un ramo de rosas blancas y sus imágenes, que forman parte de su particular santuario. El público animaba a la artista coreando su nombre: “Isabel, Isabel”. Y ella se entregó. Comenzó cantando a la Virgen del Rocío, y su tradicional ‘Marinero de luces’, ‘Se me enamora el Alma’ y ‘Era mi vida él’. Curiosamente el autor de estos temas, José Luis Perales, se había presentado en el mismo escenario unos días antes y dos semanas antes de su actuación se colgó el cartel de “no hay billetes”. Autor e intérprete coincidían en el mismo espacio aunque en distinto tiempo. Perales escribió este disco para Isabel en 1985 para su reaparición artística tras la muerte de Francisco Rivera Paquirri y en él retrata a través de sus canciones el desgarro que sufrió Isabel ante la muerte de su marido en los ruedos. Entre estas canciones se encuentra también la que dedicó a su hijo con el nombre de “Mi pequeño del alma”.
Isabel Pantoja se vino arriba, arropada por el fervor de sus fans. Como es habitual, lanzó un mensaje desde el escenario alusivo a la situación en la que vive, alejada de sus hijos y de muchos amigos. La cantante aseguraba ante las críticas que su forma de ser la ha dejado en soledad: “Antes en la foto salía todo el mundo y ahora salgo con los que tengo, los que han quedado, los de verdad. Somos los que tenemos que estar”.
Y tampoco faltó la copla ni la bata de cola en el espectáculo de la reaparición, lunares negros sobre fondo blanco y adornos en rojos, abanico y esa forma de pasear el escenario que hace única a la artista de Triana.
Isabel había llegado a Jerez desde su finca Cantora, a la que regresó el jueves tras haber pasado unos días en Madrid dedicada a los ensayos con sus músicos. La misma semana en la que ha cumplido los 65 años, la edad de la jubilación, la Pantoja demostró en el escenario que tiene energía y recorrido artístico para muchos años más.
Sofisticada, con plumas y estrechísimo vestido de tubo negro dejando los hombros al descubierto, así se presentó Isabel Pantoja en su reaparición en los escenarios.