El nuevo capítulo de Esther Doña: ya no quiere ser marquesa

Si la vida le asestaba un duro golpe el 20 de marzo del año pasado con la muerte de su marido, parece que poco las cosas empiezan ahora a sonreírle. Cuando ha pasado ya más de un año del fallecimiento de Carlos Falcó a los 83 años víctima del coronavirus, Esther Doña no esconde ya su amor por el magistrado Santiago Pedraz, al que etiqueta como fotógrafo de sus últimos y románticos posados marineros en el Mediterráneo.

"¡Está permitido soñar!", asegura en la última de estas estivales imágenes la malagueña, demostrando la ilusión con la que afronta esta nueva etapa. Pero el cambio en su situación sentimental no es el único que ha experimentado en los últimos días.

Según ha detectado con buen ojo la revista 'Semana', Esther ha cambiado sutilmente la frase que describe su perfil en la cuenta de Instagram que se creó el año pasado y en la que de momento cuenta con poco más de siete mil seguidores.

Al principio se definía como "Marquesa viuda de Griñón", ya que en ese momento el título estaba vacante hasta que no se concediera la carta de sucesión firmada por el rey Felipe VI. Fue en diciembre cuando Tamara Falcó se convirtió oficialmente en marquesa de Griñón, según la orden que publicó el Boletín Oficial del Estado.

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La carta la recibiría la hija de Isabel Preysler tres meses más tarde, como confirmaba en 'El hormiguero'. "Es algo que me ha dejado mi padre y que me hace mucha ilusión tener", aseguraba emocionada en aquel momento.

Pues bien, ahora Esther Doña ha renunciado simbólicamente a su título borrando esas cuatro palabras y sustituyéndolas por una frase optimista y llena de buenos deseos: "Comenzando un nuevo capítulo en mi vida con alegría y vitalidad".

Unas palabras que se encuentran justo encima del link que la andaluza tiene fijado con la entrevista en profundidad que le realizaba Vanitatis hace tan solo unas semanas y donde nos hablaba precisamente de la nueva etapa que ahora emprende.

"En mi nueva vida tengo que valerme por mí misma", confirmaba. "Mi imagen pública siempre ha estado vinculada a mi matrimonio con Carlos. Ahora quiero que las personas me conozcan tal y como soy. Casi sin buscarlo he descubierto mi faceta como comunicadora y me estoy dedicando profesionalmente a ello. No soy una mujer florero y quiero romper estereotipos demostrando que tengo facilidad para conectar con las personas generando empatía y engagement".

Parece que está claro que ahora es su momento para afrontar la vida con una sonrisa porque, como ella misma reconoce en una de las publicaciones de sus renovadas redes sociales, "en ocasiones, la felicidad llega de improviso, y es cuando hemos dejado de buscar y cuando menos la esperamos, que aparece".