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La inmobiliaria de la familia García Obregón remonta y 'solo' pierde un millón
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La inmobiliaria de la familia García Obregón remonta y 'solo' pierde un millón

La compañía familiar, Niesa, acaba de actualizar cuentas y remonta con fuerza los resultados negativos de años anteriores. En verano de 2019 consiguieron salir del concurso de acreedores

Foto: Celia y Ana García Obregón, en el funeral por Aless Lequio. (Cordon Press)
Celia y Ana García Obregón, en el funeral por Aless Lequio. (Cordon Press)

La familia García Obregón ha sido golpeada por la vida con dureza en los últimos tiempos. Al prematuro fallecimiento de Aless Lequio que tanto conmovió a España, se sumó en mayo la muerte de la matriarca, doña Ana, una mujer entrañable que constituía una referencia para toda la familia. Sin embargo, en el plano profesional las cosas han ido un poco mejor, tal y como desvelan las cuentas de la principal empresa inmobiliaria del clan, que acaban de hacerse públicas. Los Obregón 'pierden' cerca de un millón de euros pero, por paradójico que parezca, es bueno. Lo explicamos.

Aunque ahora la edad le tenga ya apartado de los negocios y de la vida pública, Antonio García, famoso para el vulgo por ser el padre de la actriz Ana García Obregón, fue uno de los protagonistas del boom inmobiliario de España. Un hombre hecho a sí mismo que, siendo veinteañero, se casó con la hija única de Juan Obregón Toledo, un acaudalado empresario que puso el 50% de la financiación para fundar Jotsa, su primera inmobiliaria. Se trataba de una empresa familiar, que en poco tiempo se hizo importante en el mercado.

Su mayor golpe de efecto fue en La Moraleja. A mediados del siglo XX, La Moraleja era una finca privada de 1.150 hectáreas propiedad de José Luis de Ussía y Cubas, conde de los Gaitanes y leal amigo de don Juan de Borbón. Los terrenos habían sido en tiempos coto de caza del rey Carlos III, también a Franco le gustaba visitar la zona para cazar. "En 1969, mi amigo, el conde de los Gaitanes, que en paz esté, me concedió una opción de compra de las acciones (95%) de Niesa, propietaria de los terrenos de lo que hoy es La Moraleja. Opción que, por su elevado coste, opté por asumir en nombre de la sociedad Prosa con la compañía belga Tractebel y la española Vías y Construcciones. La operación rondó los 700 millones de pesetas (unos 4,2 millones de euros). Teníamos muy claro que era la ubicación perfecta porque el desarrollo de la capital miraría al norte", contó el constructor en la prensa.

Éxito absoluto

El éxito fue absoluto, se hicieron de oro. Vendieron parcelas de 10.000, 2.500 -la mayor parte- y 1.500 metros cuadrados. "Se vendían en el momento". Antonio reservó una parcela para él y su familia, donde construyó varias casas para tener cerca a sus cinco hijos: Ana, Celia, Amalia, Javier y Juan Antonio. Hasta que llegó la crisis financiera de 2008.

Foto: Ana Obregón y Raúl Castillo presumen de su amistad en Instagram. (Instagram, @armandoraul)

Hoy la mayoría de ellos, con Celia García Obregón a la cabeza, sigue en el negocio familiar, aunque en estos años la tormenta económica lo ha reducido considerablemente. Por el camino, la familia ha perdido empresas y hasta alguna obra de arte como 'Las tres hermanas en la playa', de Joaquín Sorolla, que tuvieron que subastar en 2015 por problemas económicos.

La gran inmobiliaria, Niesa

Del conjunto de sociedades que maneja la familia, la que cuenta con un mayor activo sigue siendo Niesa. La entidad ha pasado por varias vicisitudes en los últimos años, incluida una suspensión de pagos voluntaria en 2016 que tuvo su final feliz el 13 de junio de 2019, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid declaró concluido el procedimiento concursal y archivó las actuaciones. La compañía logró que el 100% de sus acreedores se acogiera a su propuesta de pago: el 50% se abonaba mediante un pago único y para el 50% restante se propuso una quita.

placeholder Ana García Obregón, con sus padres, Ana y Antonio. (Gtres)
Ana García Obregón, con sus padres, Ana y Antonio. (Gtres)

En las cuentas de 2019, la inmobiliaria declaraba unas pérdidas de cerca de dos millones y medio de euros. Ahora acaban de actualizar los números del ejercicio 2020 y, aunque declaran pérdidas cercanas al millón, es significativa la reducción de sus números rojos. Además, como explica un experto en el sector inmobiliario, es habitual que las inmobiliarias tengan resultados negativos mientras se encuentran en proceso de construcción de las promociones "y no se recapitalicen hasta que las vendan". De ahí que en 2017 declararan unas ventas superiores a los 13 millones de euros, pero en los últimos datos facilitados al Registro Mercantil no declaren más de 20.000 euros por el mismo concepto.

Optimismo

En el informe de cuentas de los García Obregón se abordan las dificultades económicas que han vivido y se invita al optimismo: "Como consecuencia, principalmente, de la desfavorable evolución de la demanda del mercado inmobiliario en los últimos ejercicios, que ha ralentizado las ventas de Niesa, así como del peso de su carga financiera, la evolución de los flujos de efectivo de la Sociedad durante 2016 y ejercicios anteriores fue negativa, lo que provocó una importante disminución de su fondo de maniobra y dificultad para hacer frente a las obligaciones, por lo que se procedió a la solicitud de concurso voluntario de acreedores", comienzan.

"Los Administradores de la Sociedad consideran que los activos inmobiliarios y las inversiones en el patrimonio de empresas del grupo que la Sociedad mantiene al 31 de diciembre de 2020 reflejan adecuadamente su valor y generarán los recursos necesarios para garantizar la continuidad de sus actividades", afirman.

Foto: Celia y Ana García Obregón, en el funeral por Álex Lequio. (Cordon Press)

A lo largo de estos años de travesía en el desierto, Niesa ha tenido que deshacerse de varios activos desde 2017, reduciendo su patrimonio. A modo de ejemplo, en 2018 vendieron un chalé en Madrid por 425.000 euros, y en febrero de 2019 otro de similar precio. También en 2018 vendieron once parcelas en San Agustín de Guadalix por 1.400.000 euros, pudiendo con ello cancelar un préstamo hipotecario asociado. Siguen teniendo otros intereses inmobiliarios en El Molar o Guadalix de la Sierra. A pesar de esto, en 2019 se vieron obligados a despedir a cuatro trabajadores, con los que tuvieron que negociar y pagarles una indemnización de 195.000 euros. En 2021 tuvieron que despedir a otro empleado más, con un coste por indemnización de 141.000 euros.

Como consecuencia de estos despidos y la salida de algunos empleados históricos, la entidad ahora reconoce solo cuatro empleados fijos y ha llevado a cabo una reestructuración interna con el nombramiento de Javier García Obregón como nuevo gerente de Niesa. Javier, que estudió en el CEU y en Georgetown, ha desarrollado prácticamente la totalidad de su carrera profesional en las empresas familiares, ya fuera en la gran compañía del clan o en otras promociones de la familia.

Celia García Obregón, presidenta actual de la compañía, explicaba entonces a Vanitatis que no se trataba de un movimiento de calado: "No hemos tenido ningún cambio en la administracion de nuestra sociedad Niesa, Nueva Inmobiliaria Española, S.A. desde hace varios años. Mi hermano Javier es consejero, al igual que mi hermana Amalia, del Consejo de Administración". Ana García Obregón está desvinculada de la gestión de las empresas familiares.

La familia García Obregón ha sido golpeada por la vida con dureza en los últimos tiempos. Al prematuro fallecimiento de Aless Lequio que tanto conmovió a España, se sumó en mayo la muerte de la matriarca, doña Ana, una mujer entrañable que constituía una referencia para toda la familia. Sin embargo, en el plano profesional las cosas han ido un poco mejor, tal y como desvelan las cuentas de la principal empresa inmobiliaria del clan, que acaban de hacerse públicas. Los Obregón 'pierden' cerca de un millón de euros pero, por paradójico que parezca, es bueno. Lo explicamos.

Ana Obregón