Los hosteleros más famosos de la tele y el covid: uno salva los muebles, el resto no

Son los chefs más famosos de la tele y podríamos decir que del país. Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera vuelven a las pantallas este lunes y entran en las casas de miles de espectadores que ya los ven como miembros de la familia. El tirón mediático de los miembros del jurado de ‘MasterChef’ es muy potente aunque la pandemia ha golpeado con fuerza a su sector, el de la restauración, y solo uno de ellos ha podido salvar los muebles en uno de sus negocios.

Jordi Cruz y su restaurante L’Angle, situado en el hotel Cram del centro de Barcelona, es el único negocio que ha presentado cuentas con resultados positivos tras el covid. Es, además, la única empresa en la que Cruz tiene implicación como socio y administrador. El resto de restaurantes y negocios de los ‘masterchefs’ han sufrido los efectos de la pandemia y no han logrado salir a flote. No por el momento.

L’Angle es una sociedad constituida en 2008, con sede social en el domicilio del chef catalán, que pese a haber tenido que cerrar durante meses, ha logrado ingresos y beneficios. Con un activo de 1,2 millones de euros, la empresa solo facturó 134.000 euros en 2020, una cifra muy pobre si tenemos en cuenta qué tipo de negocio es. Pero logró subsanar la situación y los beneficios netos fueron de 121.000 euros. Inyectó, además, 400.000 euros en el negocio que han servido para cerrar el ejercicio con las cifras cuadradas.

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Porque, además de ser la empresa de Cruz que gestiona su restaurante con dos estrellas Michelin, es también una sociedad que “tiene como actividad principal el asesoramiento a negocios de hostelería". "No obstante lo anterior, la sociedad puso en marcha en 2019 la actividad de comercio online de artículos textiles y complementos para la moda de uniformes de trabajo en el sector hostelero y hotelero”, tal como se lee en el ejercicio contable de 2020, presentado en marzo de 2021.

Sin suerte en ABaC

Mientras, el otro restaurante en el que Cruz da la cara casi a diario y que se ha convertido en su marca, ABaC, donde no tiene ni acciones ni cargo más que dirigir la cocina, ha tenido que pedir créditos a las administraciones española y catalana para poder subsistir los embates de la crisis. La cantidad pública inyectada ha sido de 1.590.000 euros para sanear unas cuentas que no se han presentado todavía.

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Una situación parecida, aunque más crítica incluso, es la que ha vivido Samantha Vallejo-Nágera. Hay que tener en cuenta que si el sector de la hostelería ha vivido uno de sus peores momentos durante la pandemia, los caterings han sufrido hasta casi desaparecer. Si el propietario del ABaC, Josep Maria González, lograba varios créditos ICO y de la Generalitat para intentar salvar su negocio, Samantha ha tenido que hacer lo propio y ni siquiera sabe si podrá salir a flote. Su empresa, el catering que lleva su nombre, recurrió a los préstamos avalados por el ICO para conseguir 800.000 euros y "asegurar y reforzar su fondo de maniobra a corto plazo". Sin olvidar que, en 2019, Samantha ya había solicitado otro crédito a Bankia por importe de 400.000 euros, y empleaba en su catering a cerca de 50 personas.

Nuevo restaurante

La empresa se ha enfrentado a "una bajada drástica" de la producción y, por consiguiente, de la facturación (en torno a un 65% menos) que "compromete de manera importante la viabilidad" del catering que fundó la empresaria en el año 1995. La empresa ya ha tenido que tomar algunas medidas 'dolorosas' a lo largo de estos meses, prescindiendo de parte de su personal. Se "ha visto obligada a amortizar determinados puestos de trabajo y a ajustar los salarios de parte de la plantilla", señala el informe de las cuentas anuales. Además, solicitó un ERTE en marzo del año pasado por fuerza mayor.

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Con estas cifras, por ahora, Samantha da por desaparecido su catering. Quizás por este motivo, la chef decidió dar una patada hacia arriba y abrió su nuevo negocio en plena crisis sanitaria. Se trata de su propio restaurante en Pedraza (Segovia), Casa-Taberna, en el que se han implicado ella y su pareja. Un negocio que no le ha dado un respiro ni en verano y que espera que ayude a salvar los muebles de su economía, aunque 'MasterChef' ha supuesto un flotador gigante para todos.

Pepe, al límite

Lo admitía Pepe Rodríguez, quien ha dicho en varias ocasiones que si no fuera por el programa de televisión, no sabe qué habría tenido que hacer. “Si solamente tuviésemos los restaurante, estaríamos hablando de otra cosa y sufriríamos de otra manera. No lo quiero ni pensar, hemos tenido suerte”. Según la patronal hostelera, han cerrado 85.000 bares y restaurantes por la pandemia y Rodríguez ha visto a su empresa en el precipicio.

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