Tacos, playas paradisiacas y mucho amor: la escapada mexicana de Carlos Sainz y su novia

Carlos Sainz Jr. y su novia, la experta en moda Isabel Hernáez Fuster, descansan desde hace unos días en un recóndito y paradisiaco rincón de México. Alejados del estrés de la competición de la Fórmula 1 en la que el joven piloto ha conseguido consolidar su plaza en Ferrari, la pareja ha podido dar rienda suelta a su amor disfrutando de unos días de sol y playa a miles de kilómetros de su casa.

Una escapada romántica en pleno puente de Todos los Santos que coincidía con un parón en el calendario del mundial de automovilismo en el que participa. El momento, sin duda, era perfecto para ambos. Isabel trabaja en Scalpers en Madrid, por lo que estos días de puente resultaban de lo más oportunos para organizar unas vacaciones lejos del mundanal ruido.

Tal y como ellos mismos han compartido en sus redes sociales, nada puede sacarles del estado de felicidad y paz en las idílicas playas mexicanas que han elegido para esta pseudo luna de miel.

Además de pasar largas jornadas tumbados sobre la arena blanca y bañándose en las templadas aguas turquesas típicas de la zona, la pareja también ha aprovechado para hacer excursiones y disfrutar de la naturaleza local.

Una de las cosas que más divirtió al hijo del piloto de rally fue la naturalidad con la que los monos se acercaban a ellos y campaban a sus anchas por el complejo en el que se encontraban. Ubicados en lo que parece el corazón de un manglar, los monos seguro que no han sido los únicos habitantes de la zona que han tenido la oportunidad de conocer durante su estancia.

No obstante, además de los tacos y demás exquisiteces de la gastronomía tradicional mexicana, si disfrutaron de una experiencia inolvidable fue la del Día de Muertos, uno de los eventos más venerados de la historia del folclore nacional. Una velada llena de emociones que incluso llegó a inspirar uno de los últimos grandes éxitos de la factoría Pixar, 'Coco'.

Durante la velada, pudieron conocer más de las tradiciones locales en un restaurante en el que no solo degustaron varias recetas de la zona, sino que disfrutaron del ambiente festivo típico de este día a través de las decoraciones de colores y los grupos de música disfrazados para la ocasión que amenizaron la noche.

Una escapada de amor y lujo que han vivido en una villa con piscina privada y unas vistas inmejorables al mar de la que seguro les costará volver.