Amaia Salamanca y los logros laborales con los que levantará su empresa en pérdidas
La actriz, que durante el último ejercicio presentó pérdidas en su empresa, se encuentra inmersa en diferentes proyectos de lo más solventes con los que capear el temporal
Si ahora mismo alguien teclea en cualquier buscador el nombre de Amaia Salamanca, tenderá a pensar, sin duda, que está viviendo un muy buen momento en su profesión. Y es que, aunque hace algún tiempo que no la veíamos, ahora vuelve a la escena y lo hace no con uno sino con dos proyectos.
Por un lado, está rodando ahora mismo ‘Dos años y un día’, una nueva ficción para Atresmedia en la que Arturo Valls y Adriana Torrebejano son sus compañeros de elenco. Y, por otro, protagonizará la nueva adaptación para el cine de Arturo Pérez Reverte, ‘La piel del tambor’.
Pero no se trata solo de su faceta como actriz. También está de nuevo en alza su imagen como personaje público: ha cerrado de nuevo contrato para continuar siendo embajadora de Codorníu, el cava que lleva confiando en ella desde la campaña de Navidad de 2020.
A pesar de ello, y de no haber dejado de trabajar desde que la mayoría del público la conociera en su papel de Cata en ‘Sin tetas no hay paraíso’, los resultados no se ven del todo reflejados en su empresa, dada de alta en 2008, a la que puso el curioso nombre de No Insistas SL y cuya actividad está tipificada como ‘actores de cine y teatro’.
Las últimas cuentas presentadas pertenecen al ejercicio de 2020, año que se cerró en negativo, concretamente con unas pérdidas de poco más de seis mil euros. Nada demasiado significativo si tenemos en cuenta que se trata del año álgido de la pandemia, que afectó en alto grado al sector de la cultura, y que la empresa está valorada en más de trescientos mil euros en total.
No, a Amaia Salamanca en cuestión de números, a pesar del resbalón, no le va mal, y con los proyectos que está firmando ahora parece altamente probable que el 2021 le reporte resultados más que positivos. Sobre este extremo y sobre sus nuevos proyectos hemos intentado hablar con ella antes de la publicación de estas líneas, pero, tal y como nos han indicado en su agencia de representación, ahora mismo está inmersa en el rodaje y no dispone de tiempo para poder atendernos.
No cabe duda de que la actriz está viviendo momentos muy dulces en los últimos años. Tras sus tres embarazos e incluir en su vida el papel de madre, lo cual exige mucho tiempo y dedicación, no ha dejado de encadenar un proyecto detrás de otro, y por ello da las gracias siempre que se le pregunta y tiene un micrófono delante. El tema laboral es casi el único del que se siente cómoda hablando en público, en lo que a su familia y a su vida privada respecta es mucho más comedida y prefiere mantener los detalles en la intimidad.
Sin embargo, no ha dudado en mostrar su orgullo ante el último hito de su marido, Rosauro Varo, en los negocios. El joven se ha convertido en consejero de Acciona, un puesto de gran relevancia que pone en valor la larga carrera como empresario que lleva a sus espaldas a pesar de su juventud. Así hablaba de él en julio, poco después de conocerse la noticia, en la presentación de la nueva temporada de una conocida marca de gafas de sol: “Yo siempre me he sentido superorgullosa de él y que en su profesión vaya adquiriendo cada vez más cargos importantes. Me gusta, porque él está contento. Él es una persona muy trabajadora y me siento feliz de que todo vaya bien”.
¿Vuelta a Madrid?
Este éxito de Rosauro que, como todos, viene de la mano de mucho trabajo y una gran responsabilidad, unido a los continuos viajes que exigen los rodajes de Amaia, han provocado que la pareja se haya planteado volver a Madrid. Una ciudad que dejaron hace dos años cambiando su residencia familiar a Marbella y que ahora podrían abandonar en busca de una ciudad con unas conexiones mucho más cómodas y mayores facilidades a la hora de conciliar vida laboral y personal con el nuevo cargo del empresario.
Volver sería regresar al lugar donde se consolidó su historia de amor después de haberse conocido el verano de 2010 en Ibiza. En Madrid continúan teniendo la casa de La Moraleja donde comenzaron a vivir juntos diez años atrás y desde la que se mudaron a Guadalmina, en Marbella.
Aunque Amaia es madrileña, Rosauro creció en Sevilla y todo su entorno es andaluz. Así pues, aunque ahora las exigencias laborales les mantengan en Madrid, lo que es seguro es que la impresionante villa que se construyeron en 2018 en la exclusiva urbanización malagueña será testigo de muchos de sus grandes momentos familiares.
Si ahora mismo alguien teclea en cualquier buscador el nombre de Amaia Salamanca, tenderá a pensar, sin duda, que está viviendo un muy buen momento en su profesión. Y es que, aunque hace algún tiempo que no la veíamos, ahora vuelve a la escena y lo hace no con uno sino con dos proyectos.