Es noticia
Menú
El puesto en un selecto club secreto que el duque de Alba le ha dejado a su hijo Carlos
  1. Famosos
HISTÓRICO

El puesto en un selecto club secreto que el duque de Alba le ha dejado a su hijo Carlos

Nuevo Club, cuya sede está en Madrid, se creó en 1900 y entre sus máximas está garantizar la privacidad de sus miembros

Foto: Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba, en una imagen de archivo. (EFE/Javier Lizon)
Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba, en una imagen de archivo. (EFE/Javier Lizon)

Hay personalidades, como la del duque de Alba, que la sociedad española conoce desde la cuna, y por ello creemos saber casi en su totalidad la vida que ha llevado. Pero en ese ‘casi’ cabe un mundo de excepciones, y Vanitatis ha tenido acceso a una de esas parcelas más privadas de su vida que resulta, cuando menos, curiosa y se remonta a más de 100 años atrás, ligada a sus antepasados.

En el centro de Madrid, concretamente en la calle Cedaceros, se encuentra el conocido como Nuevo Club, que es precisamente eso, un club muy selecto donde se reúnen personalidades y para el que la privacidad y discreción lo es todo. Solo los hombres pueden ser socios, aunque ahora las mujeres pueden pasar al edificio como invitadas.

Foto: De las Heras, en la azotea del Financiero Génova. (Foto: Héctor G. Barnés)

Vaya por delante que se creó en 1900. La idea es que los jóvenes de las familias más influyentes de la capital tuvieran un lugar donde reunirse sin ser vistos ni molestados. Desde entonces se ha ido heredando la tradición y continúa siendo la nobleza quién capitanea el selecto grupo. Y no, el criterio no es necesariamente económico, va mucho más allá, aunque nunca ha trascendido la normativa escrita que marca quién sí y quién no, y se guarda con mucho celo el listado de nombres de los hombres admitidos en este secreto lugar de encuentro.

placeholder El duque de Alba, en el palacio de Liria. (Chus García)
El duque de Alba, en el palacio de Liria. (Chus García)

En su origen, el nombre de los socios era de carácter estrictamente privado. En 1996, la mayoría de ellos crearon una sociedad desde la que, además de gestionar el club, compraron el edificio en el que se reunían, que sigue siendo el mismo que hoy en día. En principio, esto no supuso un gran problema para mantener su política de privacidad, pues solo accediendo a través de la Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado se podían obtener más datos. Pero, a raíz de que en 2009 se implantó la obligación de publicar el BOE y el BORME de manera electrónica, la tarea se les complicó bastante, y los ceses y nombramientos sucedidos desde entonces son de fácil alcance para cualquier usuario a través de internet.

Nombramiento por cooptación

Y precisamente, a través del Registro Mercantil, Vanitatis ha podido conocer que en este mismo año, el pasado 21 de junio, el conde de Osorno, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, ha pasado a formar parte del Consejo de Administración del Nuevo Club a través de una operación llamada ‘nombramiento por cooptación’. Esto quiere decir que, cuando hay un cese, la ley permite que se nombre para el cargo vacante a otro accionista. En este caso, el titular de la vacante que cesó su actividad en la empresa como consejero en la misma fecha no es otro que su padre, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, el actual duque de Alba. Es decir, su hijo Carlos ha sido su ‘heredero’ en el consejo de este exclusivo lugar en el que disfrutar de ocio y amigos.

placeholder El conde de Osorno, con Belén Corsini, el día de su boda. (EFE EPA/Alejandra Ortiz/Casa de Alba)
El conde de Osorno, con Belén Corsini, el día de su boda. (EFE EPA/Alejandra Ortiz/Casa de Alba)

Pero los suyos no son los únicos apellidos de renombre, son muchos los jóvenes que ahora están cogiendo el testigo de sus progenitores, y es que los movimientos de salida y entrada de nuevos miembros son constantes y los apellidos compuestos parecen casi una obligación. Entre ellos se encuentran, presidiendo la sociedad, Carlos Martínez de Irujo y Crespo, actual duque de Sotomayor; como vicepresidente, Íñigo Arróspide y Valera, duque de Castro Enríquez; Diego de Alcázar Silvela, hermano del marqués de la Romana; el historiador Jaime de Salazar y Acha; el barón de Grado, Martín María González del Valle Chavarri, o el conde de Castelo, Jaime Bermúdez de la Puente y Gonzalez del Valle.

El nombre que no aparece en los registros desde que estos son electrónicos es el de Fernando Fitz-James Stuart, hermano del conde de Osorno, duque de Huéscar y quien heredará el título más importante de la casa, el ducado de Alba. Sin embargo, puestos en contacto con la Casa de Alba nos confirman que también forma parte del club, y es que es una tradición en su familia, que ha sido partícipe desde su fundación, que los miembros varones pasen a formar parte del mismo en su juventud.

Presencia de mujeres

A pesar de ser un lugar exclusivamente masculino, se admite, al menos ahora (en los inicios no era así), la presencia de mujeres. De hecho, Vanitatis ya informó en exclusiva de una fiesta que tuvo lugar entre las paredes de Cerecedo 2 en diciembre de 2009, en la que algunas de las invitadas fueron Ana García Obregón, Cristina Pedroche o Arantxa del Sol. Es más, las dueñas del restaurante del edificio, que tienen dos premios de gastronomía, son mujeres también.

Y es que el secreto cada día es menos secreto. Poco a poco ha ido siendo más complicado ocultar la existencia del lugar y las reuniones que allí se citan y ahora mismo, aunque no es fácil acceder y todo sigue un rígido protocolo, ya no existe esfuerzo alguno por negar su existencia, tanto es así que aparece en Google con solo teclear el nombre. Este digital se ha querido poner en contacto con ellos para poder conocer más detalles y, aunque muy amablemente, nos han dejado claro que la privacidad de los socios es una regla inquebrantable.

Hay personalidades, como la del duque de Alba, que la sociedad española conoce desde la cuna, y por ello creemos saber casi en su totalidad la vida que ha llevado. Pero en ese ‘casi’ cabe un mundo de excepciones, y Vanitatis ha tenido acceso a una de esas parcelas más privadas de su vida que resulta, cuando menos, curiosa y se remonta a más de 100 años atrás, ligada a sus antepasados.

Exclusiva
El redactor recomienda