Hablamos con Julio José sobre su divorcio, el carrerón de Tamara y lo que busca en el amor
El hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler está en España en un viaje relámpago y hemos aprovechado para preguntarle sobre su situación actual y los planes navideños
Julio José Iglesias se encuentra en Madrid para cumplir con sus compromisos publicitarios. Esta vez se trataba de ser la imagen de la firma Schweppes. Un viaje de ida y vuelta a Miami, donde tiene desde hace años su domicilio habitual, en veinticuatro horas. Es un hombre soltero desde que hace quince días se ratificó su divorcio de Charisse Verhaert. Una separación donde no hay (aparentemente) terceras personas y sí un desgaste afectivo que asegura le ha costado asumir.
Lo que al principio parecía un divorcio contencioso con unas pretensiones económicas, por parte de su exmujer, exageradas, quedó en un ‘hasta luego’ sin resentimientos. Mantienen una relación espléndida y pasaron de ser marido y mujer a amigos incondicionales. De todos los hermanos Iglesias Preysler es el que mejor se lleva con su padre, con el que incluso llegó a compartir escenario. Su carrera musical se paró por la pandemia y ahora ha vuelto a recuperarla. Actuará el fin de año en Polonia y después ya tiene cerradas varias galas en Estados Unidos. Aún no sabe dónde pasará las Navidades, si en España o fuera.
Lo único que es seguro es que la Nochebuena la compartirá con su madre, como siempre. Echa de menos a su abuela, de la que dice: “Era la mujer más buena del mundo”. Con su padre, que vive en Punta Cana, la conexión ha sido telemática hasta hace poco por el covid, al que Julio Iglesias tiene terror. Se siente muy orgulloso de su hermana Tamara, de la que dice es una campeona. Sabe que tiene novio, pero aún no lo conoce. Al año que está por venir solo le pide salud.
¿Cómo te encuentras?
Muy bien y encantado de estar en España. Hacía tres años que no venía a mi país. No pude viajar para despedir a mi abuela y lo sentí. La mujer más buena del mundo, la más adorable, lo mejorcito. Ahora cuando llegué a casa y no estaba para recibirme, me entró mucha pena. Ha sido complicado.
¿Tienes previsiones de poder trabajar en España?
Me encantaría venir este verano y hacer algún concierto. Ojalá se controle este puñetero virus.
Y las Navidades, ¿dónde las vas a pasar? ¿Tu madre, Vargas Llosa, Ana y Verdasco estarán en Miami?
Ni idea, todo puede cambiar. Puede ser que nos vengamos todos a España. Yo canto en fin de año en Polonia, con lo cual me vendría muy bien estar aquí. El 24 siempre lo hemos pasado con mi madre.
Y tu padre, ¿cómo está?
Él vive en Punta Cana. Un día dice que no quiere tener contacto con nadie y al día siguiente piensa otra cosa. A mi padre le ha afectado mucho. Es un hombre al que le encanta viajar, dar sus conciertos, estar con la gente, y el covid lo paralizó todo. Lo importante es que todo esto se acabe y no vivir con esta angustia. En Estados Unidos también van por la tercera vacuna. Es el cuento de nunca acabar.
¿Estás en compás de espera o tienes ganas de tener pareja? Te habrán salido candidatas desde que vuelves a ser soltero.
Pues no te creas. Y no está el tiempo para bollycaos. Quiero conocer gente, pasarlo bien y por supuesto abiertísimo al amor.
¿Qué pides a la mujer de tu vida?
Que sea simpática, divertida, educada y llevarnos bien, que eso se sabe al segundo.
¿Y tú qué aportas?
Soy buena persona, me llevo bien con todo el mundo y conmigo se va a reír mucho.
¿Cómo estás con Charisse?
Tengo una relación maravillosa. Nos hemos separado porque queremos vivir la vida al máximo y cuando con la pareja no se consigue, lo mejor es separarse. Si ella viaja a Miami, se queda en mi casa.
Al final fue un divorcio sin complicaciones económicas. Al menos así habéis acabado a pesar de las peticiones que se publicaron, como una pensión de más de siete mil euros, peluquería y pago del veterinario, entre otras cosas.
Lo que yo quería era que mi mujer estuviera bien. Hemos estado juntos 19 años. Tengo el ejemplo de mi madre, que se ha llevado muy bien con todos sus exmaridos.
¿Te dieron consejos?
Me dijeron que no pasaba nada, que las parejas rompen y que la vida continuaba.
Menudo carrerón el de Tamara.
Estoy encantado. Veo que está arrasando y que la gente la quiere mucho. Es una chica maravillosa y siempre he dicho que conocerla es quererla. Y además es una gran chef, tiene mucho arte. Ha servido para que la gente la conozca.
¿Qué te parece Iñigo Onieva, su novio?
No lo conozco. Lo fantástico es que ella esté feliz.
Ha inaugurado un local tipo Studio 54 de Nueva York. Hasta podrías actuar en directo...
¿Ah, sí? Pues yo encantado.
¿Qué le pides al nuevo año?
Salud para todos. Y volver a España para trabajar y presentar mi último disco.
Julio José Iglesias se encuentra en Madrid para cumplir con sus compromisos publicitarios. Esta vez se trataba de ser la imagen de la firma Schweppes. Un viaje de ida y vuelta a Miami, donde tiene desde hace años su domicilio habitual, en veinticuatro horas. Es un hombre soltero desde que hace quince días se ratificó su divorcio de Charisse Verhaert. Una separación donde no hay (aparentemente) terceras personas y sí un desgaste afectivo que asegura le ha costado asumir.