Adiós a Verónica Forqué: aplausos, palabras emotivas y una dolorosa (pero comprensible) ausencia

"Es una actriz que escondió el dolor que llevaba, como un payaso triste. Yo solo puedo trasladar el cariño y el respeto del mundo del cine".

Muchas han sido las frases (como esta del director Mariano Barroso) que hemos escuchado a lo largo de este triste miércoles, 15 de diciembre, en el que la ciudad de Madrid y todo el país, en realidad, daba el último adiós a Verónica Forqué. La actriz, que se quitó la vida el pasado lunes, ha congregado a miles de personas en el Teatro Español, situado en la plaza de Santa Ana, que le querían dar las gracias por los buenos momentos que la actriz les hizo pasar.

Por la capilla ardiente que se abría a las 11 de la mañana y se cerraba poco después de las 16:00 han pasado, además de muchos ciudadanos anónimos, multitud de amigos y compañeros de Verónica que solo tenían palabras de cariño para la desaparecida actriz. “Los 80 y los 90 no se entienden sin ella. Es la última persona que hubiera imaginado que le pasara algo así”, comentaba Pedro Almodóvar, director con el que Verónica trabajó en tres ocasiones.

Otros rostros conocidos como el ministro Iceta o la cantante Massiel no solo tenían palabras de recuerdo, sino que también incidían en la necesidad de hablar sobre la importancia de la salud mental. En la misma línea se expresaba el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida: “La salud mental tiene que estar en el debate”.

En su encuentro con los medios, Almeida recordaba que se guardará un minuto en el próximo pleno del ayuntamiento, el que se celebrará el martes de la semana que viene, en recuerdo de la actriz, mientras son muchos los que piden una calle para ella.

“Era una mujer sensible”, “siempre tenía una sonrisa”, “estamos todos en estado de shock”, eran algunas de las frases más repetidas entre los asistentes, aunque los había también incapaces de hablar como Tito Valverde, su compañero en ‘Pepe y Pepa’, al que se le ha roto la voz cuando ha intentado atender a los medios de comunicación que se habían congregado allí.

Se da el caso de que en la misma plaza, junto al teatro donde estaba situada la capilla ardiente, hay una estatua de Federico García Lorca, autor de ‘Doña Rosita la soltera’, obra que la propia Verónica había interpretado en alguna ocasión. Allí, enganchado a la figura del escritor, alguien ha dejado un mensaje de despedida para la actriz, un fragmento de la obra: “Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca”.

Como decíamos, han sido miles los asistentes a este último adiós público y, sin embargo, se ha producido una importante y dolorosa ausencia: la de su hija María Forqué. Aunque en la tarde del martes, María pudo acercarse al tanatorio de su madre, donde los amigos y familiares la arroparon en estos momentos tan duros para ella, la presión, el dolor y la ausencia han imposibilitado que estuviera presente en su capilla ardiente.

Pasadas las cuatro de la tarde, el féretro abandonaba el Teatro Español para dirigirse al crematorio de El Escorial. Era entonces cuando cientos de manos rompían el silencio en un aplauso que simbolizaba el amor y la gratitud por una mujer que se ha ido demasiado pronto.