La otra 'viuda' de Manolo Santana: Otti Glanzielus, la segunda madre de Alba Santana
La modelo rehízo su vida con Goran, el empresario que le ha dado la calma
Lejos del ruido, Otti Glanzielus ha conjugado siempre el verbo equilibrar. Alba Santana la adora. Es un hecho. La modelo sueca, tercera esposa de su padre, ha sido su segunda madre. La que la crió y la educó en valores, en tiempos difíciles en los que Mila Santana no podía cuidar de ella. El matrimonio de Mila y Manolo duró solo tres años, de 1983 a 1986, cuando se divorciaron poco después de tener a su hija Alba. Ella no quiso ir nunca de ex de Santana. Siempre puso por delante con orgullo su Ximénez Cisneros y cuando se habló del tema económico de la separación, la sevillana no pidió pensión ni domicilio, ni nada que la mantuviera vinculada a su ex por un tema pecuniario.
En aquella época se partió el pecho por conseguir un trabajo digno en la profesión. Y empezó a colaborar en varios medios de comunicación. Así consiguió llegar al programa de Encarna Sánchez. Fue la época en que, como la misma Mila decía, "los demonios se apoderaron de ella". Y como una excelente madre que era, quiso salvar de esa quema a lo que más amaba en el mundo: Alba.
De esa manera no puso obstáculos para que Manolo Santana acabara consiguiendo la custodia de Alba, que fue criada por su recién estrenada esposa, Otti Glanzielus, que quiso a Alba como una auténtica hija. En esa etapa, que esta periodista vivió en primera persona, Mila viajaba a Marbella, pero nadie la veía. Su presencia era solo para su Alba, la niña de sus ojos, que se colgaba a su cuello nada más entrar por el porche de la casa de Nueva Andalucía en la que vivía con Manolo Santana y Otti. "Ya estoy feliz con mi pequeño monito", decía cuando la tenía en sus brazos.
Una señora
La misma Mila reconoció a Otti como una auténtica señora, definición que coincide con todas las opiniones de las personas que han estado cerca de la modelo sueca. Desde que se casaran en 1990 hasta su divorcio 18 años después, el matrimonio era la imagen de la pura perfección. Manolo Santana solo ha tenido para Otti buenas palabras en toda su vida. Después de separarse de ella llegó a decir públicamente que fue la persona que le dio la estabilidad en su vida.
En el año 2008, de la noche a la mañana, el tenista hizo oficial para los medios de comunicación el final de su matrimonio con la top sueca. "Por respeto y consideración con todos los medios de comunicación social, os hacemos partícipes de nuestra común decisión de poner fin a nuestra relación de convivencia matrimonial y vivir separados". Así rezaba el enigmático comunicado de una pareja que en todos los círculos sociales de Marbella estaba considerada como bien avenida.
Nadie sabía entonces el porqué, pero con el tiempo se conoció la verdadera causa de la separación y se abrió la 'caja de los truenos'. El tenista había conocido a Claudia Rodríguez, una amiga de Otti con la que terminaría casándose en 2013. Después de aparecer las primeras imágenes de la colombiana con Manolo Santana, a Otti le ofrecieron cantidades millonarias en las televisiones por hablar de su ruptura, pero la tentación nunca la rozó.
Vida de paz y sosiego
Una gran señora y siempre fiel a sus principios, la modelo sueca decía en Vanitatis: “Realmente llevo una vida de paz y sosiego junto a mi pareja, mis animales y la naturaleza y no necesito más, estoy muy tranquila así”. Nunca quiso entrar en nada que tuviera que ver con el vocablo polémica. Pocos meses antes de la boda de la que fue su amiga y su exesposo, manifestó a Vanitatis con gran elegancia y discreción que no quería saber "nada" de lo que estaba pasando. "Me voy en verano a Suecia con mis dos perros y estaré al margen de todo de lo que ocurra en España. No me importa nada que se case Manolo o lo que haga con su vida. Yo estoy al margen de todas esas cosas desde hace mucho tiempo”.
El karma dice que acaba siempre premiando a las buenas personas. Y ahora el bien que hizo Otti le ha revertido en su nueva vida. Unos años después de separarse encontró el amor en Goran, un empresario sueco que le devolvió la sonrisa. Muchos le conocieron el día de la despedida a Manolo Santana en el Hospital de la Misericordia de Marbella. Otti, sin separarse de su brazo ni un solo momento, tuvo el gesto digno y amable de darle el pésame a la que fue su amiga y a su hijo.
Goran no la soltó. Los dos son ahora el tándem perfecto. Ambos ya jubilados, pasan el invierno en Marbella y el verano en Suecia. Los que le conocen en Marbella definen a Goran como un hombre "culto, atento, conversador y educado" al que se le da muy bien cocinar. Frente al féretro de Manolo Santana, el sueco también tuvo una oración para el ex de su mujer.
"Le querrá toda la vida"
"Otti ha querido mucho a Manolo. Y le querrá toda la vida”, dice una de sus mejores amigas a este medio. La exmodelo se ha prodigado poco en eventos en Marbella desde que dejó su relación con Manolo Santana. Solo se la ha visto en alguna que otra gala de los Rotarios, inauguraciones de exposiciones de amigos o tomándose un mojito en el alternativo Sonora Beach de Marbella.
Su gesto adusto se fue volviendo más amable con el tiempo. “Eso me dice todo el mundo, que ahora parezco más simpática”, comentaba a Vanitatis. La última aparición, en el Hospital de la Misericordia, nos devolvió una imagen tibia y calmada de Otti, una estampa idílica sacándose un beso de los labios y depositándolo con la mejor de sus caricias en el féretro del que ha sido, sin duda, uno de los grandes amores de su vida: “Me quedo con todas las cosas buenas. Son muchos años juntos, han sido 22 años de mi vida, como entenderéis es mucha tristeza".
Lejos del ruido, Otti Glanzielus ha conjugado siempre el verbo equilibrar. Alba Santana la adora. Es un hecho. La modelo sueca, tercera esposa de su padre, ha sido su segunda madre. La que la crió y la educó en valores, en tiempos difíciles en los que Mila Santana no podía cuidar de ella. El matrimonio de Mila y Manolo duró solo tres años, de 1983 a 1986, cuando se divorciaron poco después de tener a su hija Alba. Ella no quiso ir nunca de ex de Santana. Siempre puso por delante con orgullo su Ximénez Cisneros y cuando se habló del tema económico de la separación, la sevillana no pidió pensión ni domicilio, ni nada que la mantuviera vinculada a su ex por un tema pecuniario.