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Ágata Lys: mito erótico, musa de Umbral y retirada por decisión propia
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OBITUARIO

Ágata Lys: mito erótico, musa de Umbral y retirada por decisión propia

Aunque estudió Filosofía y Letras, la vida le deparó otro destino: el de convertirse en uno de los iconos de la época del destape en nuestro país

Foto: Ágata Lys, en una imagen de archivo. (Getty/Cover/Quim Llenas)
Ágata Lys, en una imagen de archivo. (Getty/Cover/Quim Llenas)

Su familia directa ha mantenido el silencio desde que Ágata Lys falleciera el pasado 12 de diciembre. Se alejó de la vida pública y no quería saber nada de glorias pasadas que para ella eran efímeras. Durante un tiempo se recluyó en su casa de Boadilla del Monte y desde ahí viajaba a menudo a Benalmádena hasta que decidió montar su cuartel general en la ciudad malagueña.

Tenía una vida cómoda y sin tensiones económicas. Lo único que quería era desligarse de su historia profesional. Sus amigos nada tenían que ver con el mundo del artisteo, donde ella fue una de las musas del cine erótico festivo de la Transición. “No se ha escondido su muerte. Lo que ha hecho la familia es cumplir con sus deseos. Ágata no quería volver a retomar una notoriedad que libremente había elegido dejar atrás”, cuentan a Vanitatis. Entre las disposiciones que dejó estaba precisamente el no comunicar su fallecimiento. Si con el tiempo se filtraba, era porque así tenía que ser. Y es lo que ha sucedido.

Ha sido la actriz Valeria Vegas la que ha comunicado a través de su Instagram la noticia en la que informa que su última aparición fue en la serie ‘Amar en tiempos revueltos’. En este mensaje cuenta parte de la historia de la actriz en estos últimos años. En lo que no acierta Vegas es en definir el silencio mediático ante su desaparición de injusto.


La realidad, como han explicado a Vanitatis sus amistades, es que no quería saber nada de los medios de comunicación. Dejó sus perros al cuidado de esos amigos que han sido sus últimos compañeros de viaje de una vida que definía como feliz y tranquila. Una decisión muy parecida a la que eligió Pepa Flores, con la que sí tuvo hace tiempo contacto. Coincidieron por casualidad un par de veces en locales de Málaga y ambas se reconocieron en esa nueva vida sin foco público. Ya no era Ágata Lys, sino Margarita García, una señora amable que paseaba con sus perros por las calles de Benalmádena.

De Valladolid a la noche madrileña

Ella fue la actriz exuberante que durante años se convirtió en la réplica doméstica de Marilyn Monroe a raíz de un reportaje publicado en ‘Interviú’. A partir de entonces se quedó con ese cliché. Había nacido en Valladolid, como Concha Velasco, y esa coincidencia les servía a ambas de colegueo. Lo que no se sabía era que había estudiado Filosofía y Letras en la universidad de su ciudad. Un detalle que puso en valor Francisco Umbral. Ágata fue siempre una de sus “negritas” preferidas en sus columnas periodísticas. Se querían y se respetaban. Era habitual que coincidieran en Bocaccio, una sala de fiestas cerca de la plaza de Colón donde se reunían a partir de la una de la madrugada artistas, políticos, escritores, periodistas y fauna variopinta del mundo nocturno. Para Umbral, era la señorita exuberante de Valladolid. Un título que también recayó en Concha Velasco, pero el escritor suprimía el adjetivo físico.

placeholder Ágata Lys. (EFE/Archivo/Toni Albir)
Ágata Lys. (EFE/Archivo/Toni Albir)

Ágata era fija de esas noches lúdicas y solía compartir mesa con María Asquerino, Charo López, Jose Luis Balbín, Paco Umbral y otros personajes que en aquellos años 80 eran el centro de atención. Un circuito de vino y rosas que comenzaba en Casa Gades, un restaurante de comida italiana propiedad del bailarín Antonio Gades y Pepa Flores. Allí comenzaba la noche para tomar después la primera copa en Oliver, el local que se encontraba frente a la pizzería. Después, continuaban la noche en Bocaccio, donde también se festejaban los estrenos de teatro y cine.

La actriz trabajó en más de sesenta películas. ‘Mala uva’ fue la última que rodó, en 2004, a las órdenes de Javier Domingo. Posteriormente solo intervino en la serie de televisión ‘Amar en tiempos revueltos’. Una vez que finalizó, ya no quiso saber nada del mundo que le había dado fama, amigos y una posición económica holgada. Rehuía homenajes, premios y entrevistas.

Su vida sentimental fue discreta y, aunque se la relacionó con periodistas importantes, directores de cine y compañeros de profesión, nunca quiso una vida amorosa estable. Margarita García San Segundo hizo mutis por el foro hace quince años. Los que la conocieron y la trataron la recuerdan como una mujer buena. Quizá el adjetivo más importante que define a las personas.

Su familia directa ha mantenido el silencio desde que Ágata Lys falleciera el pasado 12 de diciembre. Se alejó de la vida pública y no quería saber nada de glorias pasadas que para ella eran efímeras. Durante un tiempo se recluyó en su casa de Boadilla del Monte y desde ahí viajaba a menudo a Benalmádena hasta que decidió montar su cuartel general en la ciudad malagueña.

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