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Ricky Rubio, de su inoportuna lesión a la muerte que marcó su vida
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ESTRELLA DEL BALONCESTO

Ricky Rubio, de su inoportuna lesión a la muerte que marcó su vida

En uno de sus mejores momentos deportivos, el jugador de la NBA ha sufrido una lesión que le hará perderse el resto de la temporada. Repasamos su trayectoria

Foto: Ricky Rubio, durante un partido con la selección española. (Getty/Gregory Shamus)
Ricky Rubio, durante un partido con la selección española. (Getty/Gregory Shamus)

Ricky Rubio es considerado una de las grandes estrellas del deporte de nuestro país. El jugador de baloncesto es un ejemplar infrecuente en su mundo, donde la competición -y a veces la exhibición- centra las vidas de la mayoría de los deportistas. Rubio, padre primerizo y orgulloso, marcado por la muerte de su madre, no es como la mayoría de deportistas. Él es un avezado lector, un tipo que reflexiona, medita, hace yoga y comparte sus pensamientos hasta cuando hace un anuncio.

“Eres lo que haces, no lo que dices que harás… Lema que aplico en mi día a día y gracias al que consigo las metas que me marco. Valores como la valentía, el coraje, el esfuerzo y la confianza en uno mismo me han hecho convertirme en quien soy”. Así presentaba una de sus campañas publicitarias. No obstante, la vida es injusta y no deja de ponernos obstáculos, y la piedra en el camino de Ricky Rubio ha sido una inoportuna lesión que le lleva a perderse el resto de la temporada, junto a su equipo de la NBA los Cleveland Cavaliers, así como a dejar en el aire su participación en el EuroBasket 2022, que comenzará el próximo septiembre.

En su último partido ante los New Orleans Pelicans, Rubio se resbaló en una penetración y se dio cuenta de que algo iba mal en su rodilla izquierda. Tras abandonar la cancha sin poder apenas caminar, le confirmaron que sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Una grave lesión para la que hará falta un largo proceso de recuperación que se puede extender hasta los nueve meses, por lo que le será muy difícil volver a competir.

Volcado con su madre

No en vano, su filosofía de vida le hará, a buen seguro, anteponerse a las circunstancias y es que no puede desvincular su fuerte personalidad de su día a día. Y todo, en gran parte, por los golpes que ha sufrido más allá de esta lesión: en especial, la muerte de su madre, Tona Vives, uno de los grandes apoyos del joven. Vives murió a los 56 años, víctima de un cáncer de pulmón. Rubio viajó entonces a Barcelona para pasar los últimos días de vida con su madre y cuidarla, como ella había cuidado de él.

Cocinaba, la bañaba, le daba todo el amor que podía. Y tras su muerte, su vida y sus objetivos vitales cambiaron: “Comprendí que perder un partido pasaba a ser una minucia. Vi que, más allá del dolor que te pueda generar una derrota, hay espacio para mucho más dolor. Y por eso tienes que modificar tu escala de valores. Para mí se abrió un proceso que podía haberme destrozado”. Las sinceras palabras las pronunció en una entrevista publicada en 2019 en 'La Vanguardia'. “Decidí planteármelo como un reto. Pero es un reto que se toma su tiempo y que, en realidad, no termina nunca. La vida no es un guion escrito”.

Para superar el duelo, la estrella de la NBA hizo terapia, meditación y se volcó en la lectura y las labores solidarias, en las que centra gran parte de los beneficios económicos que obtiene de su profesión. Rubio vive entregado a esas causas solidarias, algo que considera más importante que el deporte y los triunfos que ha logrado como jugador. Y lo hace a través de varias entidades, en especial de la Ricky Rubio Foundation, organización dedicada a la lucha contra el cáncer de pulmón y a la ayuda de niños con pocos recursos y con discapacidades.

Afincado en Estados Unidos, el jugador impresiona a quienes le conocen. Con su profunda mirada de grandes ojos marrones, un discurso elaborado a base de lecturas y experiencias, el campeón impregna de misticismo todo lo que hace. Fue padre en enero de 2020, un niño fruto de su relación con Sara Colomé. “Es algo que nunca había experimentado. Mucha gente que ya había sido padre me decía lo increíble que era, pero hasta que no lo vives no lo sientes -comentó ante el nacimiento del pequeño-. Cada persona es diferente y cada uno tiene una experiencia. Para mí es lo mejor que me ha pasado en la vida. La primera vez que me puse a mi bebé en mi pecho... no hay palabras para describirlo”.

Rubio vive ahora al día, con un lema que repite a sus amigos como un mantra: “Cada día, al menos durante diez minutos, haz algo que te haga feliz”. A sus 31 años, quienes le conocen lo dicen, se ha convertido en una especie de gurú para los suyos. También a base de sufrir.

Ricky Rubio es considerado una de las grandes estrellas del deporte de nuestro país. El jugador de baloncesto es un ejemplar infrecuente en su mundo, donde la competición -y a veces la exhibición- centra las vidas de la mayoría de los deportistas. Rubio, padre primerizo y orgulloso, marcado por la muerte de su madre, no es como la mayoría de deportistas. Él es un avezado lector, un tipo que reflexiona, medita, hace yoga y comparte sus pensamientos hasta cuando hace un anuncio.

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