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Las bombas de Julián Muñoz, frase a frase
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TRAS AÑOS DE SILENCIO

Las bombas de Julián Muñoz, frase a frase

El inicio de su relación con Isabel Pantoja, la traición a Maite Zaldívar, su obsesión, su desesperación en la cárcel.... Julián Muñoz lo cuenta todo

Foto: Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)
Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)

Julián Muñoz ha sido el último en apuntarse a la nueva moda de las docuseries en las que un famoso ofrece el testimonio en primera persona de los episodios más íntimos y desconocidos de su vida.

Primero fue Kiko Rivera, quien dio a conocer la cara menos amable de su madre y todos los problemas de la relación entre él e Isabel Pantoja en ‘Cantora, la herencia envenenada’. Luego fue Rocío Carrasco quien, con ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, ocasionó una auténtica revolución televisiva tras décadas de silencio. Ahora es el turno de Julián Muñoz, quien ha decidido destapar los episodios más oscuros de su vida. Asegura el exalcalde de Marbella que no como venganza con Isabel Pantoja, sino con la intención de que, por fin, se sepa toda la verdad. Es por este motivo por el que su docuserie, que ha visto la luz en 'Telecinco' durante la noche del este viernes 14 de enero, se ha titulado ‘No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad’.

Foto: Isabel Pantoja. (Getty)

Muñoz representa el vértice de dos historia paralelas que ocuparon cientos de titulares en los medios. Una, la trama política con la que se destapó el caso de corrupción urbanística más sonado en nuestro país, la que salpicó al ayuntamiento de Marbella en la 'era Gil'. Otra, el triángulo amoroso formado por él mismo, su mujer, Maite Zaldívar, e Isabel Pantoja.

placeholder Julián Muñoz, en una imagen de archivo. (EFE/Foto: Jorge Zapata)
Julián Muñoz, en una imagen de archivo. (EFE/Foto: Jorge Zapata)

Con su testimonio, ahora se destapan los entresijos de lo que entonces solo conocieron los protagonistas. Amor adictivo, traiciones, infidelidades, celos, despecho, ambición… El cóctel de aquella historia pasional destapó todo un entramado corrupto a nivel político por el que los protagonistas principales acabaron en prisión.

El testimonio de Julián Muñoz adquiere, pues, un doble valor. Por un lado, habla sin filtros de cómo se gestó aquel triángulo amoroso en el año 2003 y cómo lo vivieron todas y cada una de las partes. Por otro, esclarece detalles muy reveladores, quince años después del caso Malaya, sobre una trama política y un modus operandi que refleja a la perfección la podredumbre interna de la época que manchaba a algunos de los que ocupaban puestos de poder.

Julián Muñoz dedicó mucho tiempo a escribir sobre todo y sobre todos mientras estuvo en la prisión de Alhaurín de la Torre. Adicción a la tonadillera, arrepentimiento por la traición a su mujer, culpa, su intoxicación por el veneno del poder, las visitas de Isabel Pantoja a la cárcel… Sus declaraciones no dejan títere con cabeza, siendo la suya propia la primera que sirve en bandeja. Tampoco Isabel Pantoja sale bien parada, como era de esperar. Esa adicción a la cantante, asegura, destruyó su vida.

placeholder Julián Muñoz e Isabel Pantoja, en 'No es hora de la venganza'. (Mediaset)
Julián Muñoz e Isabel Pantoja, en 'No es hora de la venganza'. (Mediaset)

A continuación, mostramos, frase por frase, todas las declaraciones más relevantes y esclarecedoras que Julián Muñoz ha realizado en ‘No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad’. En este primer capítulo, el expolítico se centra en su historia de amor y sus vivencias en la cárcel. Será la semana que viene cuando Muñoz hable de poder, corrupción y el caso Malaya.

Conoce a Isabel Pantoja

Julián Muñoz relata cómo conoció a Isabel Pantoja y cómo comenzaron la relación: "La conocí en dos conciertos, a través de un amigo. Yo tenía el restaurante en Puerto Banús. La vi cantar y después la traje a Marbella a cantar. Pero nuestra historia de amor llegó mucho más tarde. Todo surge por culpa de Ruiz Gallardón. Cuando nombra como imagen de Madrid a Ana Belén, yo en la campaña pensé que era una buena idea. Pensé en Isabel Pantoja para imagen del ayuntamiento de Marbella. La llamé. Se me podía haber caído el teléfono y no haber hablado nunca con ella".

placeholder Isabel Pantoja y Julián Muñoz. (CordonPress)
Isabel Pantoja y Julián Muñoz. (CordonPress)

"Después de eso empezó un poquito el 'roneíto', cuando paseábamos con ella por Marbella. En el día de Andalucía, en 2003, la invité a que viniese a levantar la bandera para compensar que finalmente no había sido imagen de Marbella. Veo esas imágenes y me resulta desagradable porque veo a Maite. En ese momento, nosotros ya teníamos conexión. Maite en ese momento ya era una mujer traicionada, aunque yo lo negaba. Mi hipocresía y mi poca vergüenza fue consentir todo eso. Entonces era el rey del mambo, hoy siento vergüenza y dolor. El único culpable de todo aquello era yo. Maite no tuvo ninguna culpa".

Su amor secreto

Continúan con su idilio en secreto y coinciden en Fitur en el año 2003: "Ella me dijo ahí que se quería comprar un apartamento en Guadalpín. En la compra se hizo un descuento muy importante de casi un 50%. No fue un regalo mío. En ese momento, nos veíamos a escondidas. La primera vez que me acosté con ella fue en Guadalpín".

Muñoz confiesa su absoluta locura de amor por la tonadillera: "En ese momento, yo no veía nada. Las consecuencias fueron terribles por el daño que hice a mi gente".

Cuando el rumor de un idilio entre Muñoz y Pantoja salta, el entonces alcalde de Marbella ofrece una comparecencia ante los medios: "La rueda de prensa ni venía al caso. Esa representación de que yo no traiciono a mi mujer, con mis hijas allí delante... Fue absurdo, consecuencia del endiosamiento que yo tenía. Solo hay que ver la cara de Maite. Tuve muy poca vergüenza. Yo quería estar en el plato y en las tajadas. Quería seguir con Pantoja y no separarme de Maite. Tendría que haber sido más hombre, pero yo estaba con las dos. Estuvimos un año ocultando la relación. Ella se ponía muy nerviosa por la prensa".

Muñoz confiesa haber hecho locuras por ella. "Pagué a Isabel Pantoja para que no se fuera de gira a América", afirma.

placeholder Julián Muñoz. (Mediaset)
Julián Muñoz. (Mediaset)

"El corazón no se controla nunca. Le pasa como a mi teléfono, tiene vida propia. No la llegué a conocer nunca bien porque esa aureola que la rodeaba me obnubiló y no me dio tiempo a conocer la clase de persona que era. Hoy te puedo decir que es fría y calculadora. No da puntada sin hilo", destaca.

Muñoz recuerda cuándo hicieron público su idilio, en El Rocío de 2003: "Se hizo público el mismo día que se notificó la separación de Maite. Qué tonto era...".

Comienzan a buscar una casa para convivir: "Ninguna le veía bien. Ninguna le gustaba. A través del cuñado de Carlos Sánchez vemos un casoplón que era de Carlos Sánchez". Se trata de La Pera, un inmueble cuyo pago lícito fue puesto en entredicho en el juicio a Isabel Pantoja. "El que peleó esa casa fui yo. Quien la arregló y la convirtió en un hogar fui yo. Esa casa es mía moralmente", afirma. Y añade: "Me salió muy cara, pero yo no soy el culpable de que ella fuera a la cárcel. Se lo digo mirando a cámara y mirándola a ella a la cara".

La plenitud de su amor

Cuando formalizan su amor, comienza el momento dorado de la pareja. Tienen planes de matrimonio y de tener hijos. "Se habló con los médicos para ver si ella se podía quedar embarazada. En aquel momento lo quería. Pero... menos mal que no lo tuvimos", confiesa ahora. También desvela que ambos redactaron un documento privado entre los dos, sin validez legal, pero donde ambos se comprometían como marido y mujer.

Comienza la presión mediática y las pérdidas de nervios con los reporteros. "No me porté bien con la prensa. Perdí los papeles de manera violenta en alguna ocasión, pero yo no soy violento. Nunca había tenido problemas con la prensa antes", recuerda.

placeholder Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)
Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)

Respecto a cómo era Isabel Pantoja como pareja, Muñoz cree que "no nos aportábamos mucho el uno al otro, aquello fue un calentón". Y agrega: "Isabel quiere una forma de vida donde ella no tenga carencias. Lo único que le da pánico es encontrarse sin dinero. Me dejó de querer en cuanto se acabó el dinero. La distancia más corta entre Isabel Pantoja y el dinero es que alguien se lo deje".

Llega la moción de censura y Julián Muñoz deja la política. "Me vuelco con ella. No era su manager, pero sí la ayudaba. Sacamos un montón de conciertos. Hicimos cuatro o cinco discos de oro. Fue mucho trabajo. Nunca cobré ni un euro y trabajaba para ella. Tuvo el descaro, en el juicio, de decir que me pagaba hasta el café", indica.

Respecto a la capacidad de Isabel Pantoja para asumir el trabajo, el expolítico asegura que a la cantante no le gustaba trabajar. "Con la capacidad que tiene, debería estar triunfando con discos y conciertos. ¿Por qué no lo hace? Yo fui testigo de estupendas oportunidades. Una gira por Japón con 20 conciertos. Decía que no, que estaba muy lejos...", señala.

Fue la época en que se abre el restaurante y el local de copas de Isabel Pantoja: "El restaurante se vendió en 40 millones. La discoteca, en 100 millones. ¿Dónde está ese dinero?", se pregunta hoy Muñoz, asegurando que él nunca lo vio.

Las vivencias de Julián Muñoz en la cárcel

En 2006 es llevado a la prisión de Alhaurín de la Torre. "Miedo" es la palabra que usa para definir lo que sintió cuando ingresó en la cárcel. "Lo pasé muy mal".

"En prisión te da tiempo a todo: a pensar, a leer, a escribir... Hace mucho que no leo las cosas que escribí", reconoce.

Ya en prisión, acusado de graves delitos por corrupción, Muñoz solo vive por y para Pantoja. Espera con ansiedad poder llamarla y hablar con ella cada día. Asegura que no le importaba que le vieran llorar por no hablar con Isabel Pantoja. "Otro día más esperando su voz. Sentado en el poyete de la garita de los funcionarios. Siempre acabo llorando. Me da igual que me vean llorar. Yo lo que quiero es saber cómo está ella", escribe en su diario.

"Tenía cinco llamadas y había días que las gastaba con ella", confiesa. "Yo solo quería hablar con Isabel Pantoja, Me olvidé de mi familia, de mis hijas. Yo solo pensaba en Pantoja, Pantoja, Pantoja, Pantoja. Era como si tuviera metida una caja en la cabeza y no veía nada más", dice. Y añade: "Me olvidé de todo el daño que estaba causando. Mi pensamiento eran 24 horas. Era una adicción".

placeholder Isabel Pantoja. (Getty)
Isabel Pantoja. (Getty)

Las declaraciones de amor a Isabel durante su estancia en prisión son constantes: "Le he dicho que estoy escribiendo cosillas, que estoy intentando hacerle una cancioncilla. Me vuela la mente hasta su corazón y me siento cerquita de ella. Le escribo todos los días y las cartas para ella son muy cortas. La quiero mucho y me muero por ella", confiesa en uno de los escritos.

Y más: "Yo lo que quiero saber es cómo está ella. Quiero saber dónde está cuando me llama. Me gusta imaginármela. Hoy hablaba conmigo desde el patio y llevaba su pijama. Pienso vivir hasta los 100 años para estar siempre contigo. No dejes de quererme ni un minuto, por favor te lo pido". "Por fin he podido hablar con Isabel. Hablar con ella a su vez me mantiene con fuerzas". "Me vuela la mente hasta su corazón y me siento muy cerquita de ella. Le escribo todos los días". "Ella también se acuerda de mí. Le preocupa que coma. Dice que estoy muy delgado". "Mi gitana ha recibido mis cartas. Me jura que las ha leído mil veces. Soy su amor". Estas son otras de las frases que Muñoz escribió en prisión.

Julián Muñoz reconoce sentirse avergonzado al leer hoy esta obsesión: "Me produce vergüenza y rabia el haber querido a una persona tanto. Tengo sentimientos enfrentados".

"Casi me derrito cuando mi gitana me ha dicho que me quiere más que a ella, que me necesita y que me echa de menos. ¡Ay, mi amor, mi amor!". "Me derrito cuando me dice que me quiere. Mi amor. Te imagino quitándote tus cositas y metiéndote en la ducha. ¿Te guardarás ese cuerpecito para mí? Ella me dice que sí". "Me he puesto muy sentimental y le he dicho que por el amor de Dios no me deje nunca, que si me deja me pego un tiro". Estas y muchas otras declaraciones de amor son constantes. Hoy, Julián Muñoz califica esa conducta como obsesiva: "No sé si era amor, pero era enfermizo".

Isabel Pantoja comienza a poner excusas a su pareja para no ir a visitarlo a la cárcel. "Qué comprensivo era... Qué comprensivo te hace el amor", lamenta hoy. "Yo quería que fuera a verme y ella siempre ponía excusas de la prensa", afirma.

Los vis a vis con encuentros pasionales

Julián Muñoz tuvo que esperar hasta 97 días para reencontrarse con su amada.

La primera vez que se vieron fue la más especial de todas, según cuenta. Los funcionarios de prisión les otorgaron una habitación pequeña con baño incluido y sábanas nuevas, desvela. "Intimamos", cuenta Muñoz. Recuerda los nervios antes de aquella cita. "Te quieres poner tus mejores galas. Imagínate en la cárcel las galas que tenemos. Te miras al espejo 20 veces, te echas colonia... Tenía muchos nervios. (...) La verdad es que la primera vez fue emocionante. Nos dimos un abrazo enorme y lloramos mucho".

placeholder Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)
Julián Muñoz e Isabel Pantoja. (Mediaset)

Julián asegura que existió una relación sexual con la tonadillera en la cárcel: "Hubo una relación. Imagínate. La relación en un cuarto pequeño, con las sábanas blancas… Es habitual que en los vis a vis intimes con la persona". Fue el único momento feliz que recuerda el expolítico.

La detención de Maite Zadívar, asegura, le produjo "el mayor dolor en el alma": "No soy capaz de afrontarlo. Ver a mis hijas corriendo detrás de ese coche..." .

Ya en la segunda visita de Isabel Pantoja, lamenta que "solo se habló de negocios". Recientemente, los medios habían publicado una información en la que se desvelaba que Muñoz le había entregado 400.000 euros a su exmujer, Mayte Zaldívar. Isabel Le pidió explicaciones. Los rumores de ruptura de la pareja se disparan. "En ese momento yo ya estaba muy mal. Fue una visita fría, distante. Yo estaba enfermo. Ya me había dado el infarto. Me dí cuenta en esa visita que aquello ya no iba a funcionar".

Julián Muñoz relata cómo Isabel Pantoja le traslada su preocupación por no poder hacerse cargo de sus propiedades por falta de dinero. "Le dije que vendiera y lo vendió todo", apunta.

En mayo de 2007, Isabel Pantoja es detenida. "Sentí dolor. Me puse en huelga de hambre como protesta y para hacer ver a la gente que ella no había hecho nada", indica.

placeholder El día de la detención de Isabel Pantoja. (Mediaset)
El día de la detención de Isabel Pantoja. (Mediaset)

"Teresa Pollo es la que de verdad conocía los movimientos de dinero de Isabel Pantoja. A nadie se le ocurrió preguntarle", afirma el exmarido de Maite Zaldívar. Ella,Teresa, era la persona en la que Isabel Pantoja había depositado toda su confianza en este sentido, según relató la cantante misma en el juicio.

Isabel Pantoja fue condenada a tres años de prisión por blanqueo de capitales.

Julián Muñoz se emociona al hablar de sus hijas: "Echo de menos estar sentado con ellas y con mis nietos. No se lo puedo decir a ellas, pero lo he echado de menos muchas veces. Las hice polvo. El dolor profundo existe".

Los hijos y el hermano de Isabel Pantoja

Julián Muñoz dedica unas palabras a la familia de la cantante. Respecto a Kiko Rivera, asegura que Isabel Pantoja no se portó bien con él. También afirma que con quien más cómodo se sentía en esa casa era con la hija de la tonadillera, Isa Pantoja. "Yo le tenía mucho cariño. La quiero mucho", asegura.

placeholder Kiko e Isa, en 'GH Dúo'. (Telecinco)
Kiko e Isa, en 'GH Dúo'. (Telecinco)

Especialmente duro se muestra con el hermano de Isabel Pantoja, Agustín Pantoja. Lo describe como un ser con la "mirada oscura", repleto de rencor, "anodino, amorfo y amargado", que centra su vida en vigilar constantemente todo lo que ocurre a su alrededor. "Es la mano que mece la cuna", dice.

Julián Muñoz ha sido el último en apuntarse a la nueva moda de las docuseries en las que un famoso ofrece el testimonio en primera persona de los episodios más íntimos y desconocidos de su vida.

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