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Hablamos con los vips de la Marbella extremeña en peligro: "Era un vertedero"
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Hablamos con los vips de la Marbella extremeña en peligro: "Era un vertedero"

El Supremo rectifica al Tribunal Superior de Justicia extremeño y pide que se derribe todo el complejo de la Isla de Valdecañas, un proyecto liderado por grandes nombres de Madrid

Foto: Gómez-Acebo y Aznar, en un fotomontaje. (Irene de Pablo)
Gómez-Acebo y Aznar, en un fotomontaje. (Irene de Pablo)

Tenía que haber sido la Marbella de Extremadura, un paraje de lujo en pleno paraíso. El proyecto urbanístico en la Marina Isla de Valdecañas, impulsado, entre otros, por José María Aznar y Beltrán Gómez-Acebo, se topó sin esperarlo con la oposición de los ecologistas. Batalladores como pocos, llevaron el plan inmobiliario a los tribunales y, después de varias sentencias a favor, el Tribunal Supremo ha decidido tumbar todo el proyecto.

Es decir, según el Alto Tribunal, deberán derrocarse desde las casas hasta el hotel y las instalaciones deportivas. Un sueño a pocos kilómetros de Madrid que por el momento se ha roto. Y decimos por el momento porque desde las comunidades de propietarios y los responsables políticos de la zona ya se habla de apelar al Tribunal Constitucional y, si hace falta, a la Unión Europea.

“Es algo incomprensible”, nos dice Mayte Spínola, quien recuerda que en la zona “hay más aves que nunca, las cigüeñas nunca se fueron y ahora hay muchas más; es un vergel cuando antes solo había cuatro eucaliptos". Esta mecenas y artista, miembro de la alta sociedad, añade: “Es lo más bonito y mejor hecho recientemente en Extremadura, supone una riqueza para toda la zona y todos los pueblos del entorno se benefician y están encantados”.

Por eso, apuntan a que recurrirán hasta donde haga falta para no tener que derruirlo. Spínola, por ejemplo, recuerda que el proyecto cuenta con “todos los permisos de la Junta de Extremadura y de los ayuntamientos competentes”, pese a lo cual, “acataremos lo que haya que hacer y proceda aunque no se comprenda”.

Foto: Vista aérea de la isla de Valdecañas, en el pantano del mismo nombre.

Otros propietarios se muestran del mismo modo que Spínola, aunque prefieren no dar sus nombres. “No hemos recibido ninguna información sobre este auto, no tengo opinión técnica hasta que no tengamos en nuestro poder la resolución. Procedería un recurso de alzada, pero los ritmos de la justicia son impredecibles”, señala un abogado que compró allí un inmueble. “La comunidad no se va a pronunciar hasta que no reciba el auto y exactamente igual los propietarios. Hay que ver cómo se pronuncia la Administración tanto económica como localmente”.

"Era un vertedero"

Al igual que la conocida mecenas, esta fuente recuerda que la zona estaba en mal estado cuando se decidió construir allí. “Era un vertedero con algunos eucaliptos. En El Gordo [el pueblo] están que fuman pipa. Era una fuente de empleo importantísima en el sector servicios, comercial, mantenimiento y construcción; tanto en la propia isla como en el pueblo. Antes de este proyecto la gente joven se marchaba y con Valdecañas volvieron y ahora son familias que viven de la isla”.

Foto: La isla de Valdecañas con Beltrán Gómez-Acebo y Andrea Pascual (fotomontaje Vanitatis)

El complejo cuenta con 185 casas y un hotel de cuatro estrellas con 80 habitaciones dobles. Había un hotel de cinco estrellas en construcción, pero se tuvo que detener por sentencias anteriores. Tras muchos años de litigio, con denuncias ecologistas y amenazas de derribo, en julio de 2020 un juez del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura dictó a favor de mantener el complejo y solo derribar las partes que estaban en construcción. El Supremo ha negado la razón al magistrado y ordena ahora derribar todo el complejo.

La jet capitalina

La mayoría de propietarios de las viviendas de la Isla de Valdecañas, nos dicen desde la propiedad, son profesionales liberales, familias que pidieron hipotecas y que han sufrido desesperadas hasta ver cómo su inversión no se iba al traste. La mayoría, decíamos, porque hay otros propietarios que forman parte de la jet capitalina y que son asiduos de este paraje natural extremeño. Nombres como José María Aznar Botella y Beltrán Gómez-Acebo, López-Ibor y Vega-Penichet, que fueron, además, quienes promovieron la construcción del complejo residencial. Y allí suelen pasar días de descanso, rodeados de la naturaleza que se concentra alrededor del embalse.

Foto: Vista aérea de la isla de Valdecañas, en el pantano del mismo nombre.

Aznar Botella compró su casa allá por 2005, cuando empezó la promoción. Casado con Mónica Abascal, con quien tiene tres hijos, la familia suele ir a pasar algunos días de vacaciones a este complejo residencial. Su casa extremeña es una vivienda de 270 metros cuadrados de una sola planta, situada en un terreno de 800 metros cuadrados, con cinco habitaciones, cuatro cuartos de baño y un deseable porche que da al pantano.

Detalles de la casa

La vivienda de Beltrán Gómez-Acebo y su mujer, Andrea Pascual, es casi idéntica, puesto que todas las casas siguen el mismo patrón. Pero, a diferencia de Abascal, Pascual sí que ha mostrado algún detalle de su retiro en las redes sociales. En 2016, además, los amigos de Gómez-Acebo le organizaron su despedida de soltero sorpresa en el lugar, según informó entonces 'ABC'. Esta Nochevieja, sin ir más lejos, la pasaron en su retiro dorado, en la maravillosa casa que ambos poseen y que ahora peligra.

Las casas de este complejo están, según nos cuentan los representantes de los propietarios, “totalmente integradas en el paisaje”. Con un diseño moderno y minimalista, de paredes de color marrón, poseen grandes ventanales, amplios jardines y maravillosas vistas sobre el pantano de Valdecañas, la sierra de Guadalupe, la sierra de Gredos o el campo de golf. El pantano es navegable y cuenta con una playa artificial con chiringuito y piscinas. Además, hay puerto deportivo, carril bici, sendas peatonales, iglesia, bares, tiendas y supermercados a cinco minutos. En el lugar hay un club social, instalaciones deportivas como pádel, tenis, fútbol, patinaje, baloncesto y un centro hípico.

Los propietarios con los que ha hablado Vanitatis coinciden en que por ahora, y hasta que conozcan la sentencia, no hay movimiento de ficha. Insisten en que quien quiera saber cómo era esta zona antes no tiene más que ir a la hemeroteca. “La flora de Valdecañas no interfiere en la de la zona. Y habría que valorar otro punto importante -añaden-, en el caso de que se cumpliera el auto y se derruyera todo, el coste de las indemnizaciones sería un grave problema para la Junta de Extremadura". Otro propietario explica lo que podría suponer para la economía local: “Hay familias enteras cuya economía depende de lo que suceda con la isla. Esta no es la isla de los ricos".

Foto: Una de las playas privadas de Isla de Valdecañas.

Desde la propiedad nos piden que recordemos que no todos los propietarios del complejo son millonarios. “Hay profesionales liberales, dentistas, abogados, familias que pidieron hipotecas y que durante años han sufrido la incertidumbre de no saber si iban a recuperar su dinero”, nos dicen. “No estamos hablando de un complejo turístico de lujo, es un complejo residencial en el que sí que hay personas conocidas, y que además van con asiduidad, pero la mayoría de propietarios son gente normal que ha hecho un esfuerzo por comprarse una segunda residencia y que por fin podrán respirar tranquilos”, añaden.

Tenía que haber sido la Marbella de Extremadura, un paraje de lujo en pleno paraíso. El proyecto urbanístico en la Marina Isla de Valdecañas, impulsado, entre otros, por José María Aznar y Beltrán Gómez-Acebo, se topó sin esperarlo con la oposición de los ecologistas. Batalladores como pocos, llevaron el plan inmobiliario a los tribunales y, después de varias sentencias a favor, el Tribunal Supremo ha decidido tumbar todo el proyecto.

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