Miguel Bosé 'hipoteca' su casa de Somosaguas para solventar sus deudas con Hacienda

Miguel Bosé en una carrera de obstáculos contra sí mismo. Nadie puede negar que es uno de los referentes de la música en castellano, una inspiración para los artistas que fueron detrás de él y un innovador como pocos. De ahí que se esté rodando un biopic sobre su carrera y uno de los éxitos editoriales de la temporada haya sido 'El hijo del Capitán Trueno' (Espasa), el libro en el que recreó parte de su infancia y su juventud. Sin embargo, las nuevas generaciones empiezan a conocerle solo por los titulares estrambóticos que ha ido coleccionando desde que empezó la pandemia. Miguel Bosé contra Bill Gates. Miguel Bosé y su expareja se enfrentan en los tribunales. Miguel Bosé vuelve a cargar contra las vacunas.

Una de las noticias que más han dañado su imagen pública es la referente a sus problemas con Hacienda. En 2018 apareció en la lista que confecciona la Agencia Tributaria con los morosos que superan el millón de euros de deuda. Entonces debía 1.869.000 euros. Al año siguiente ya no aparecía, lo que significa que al menos había logrado pagar al erario ese pico de 870.000 euros en solo un año, lo que demuestra un músculo financiero al alcance de pocos. Bosé no ha vuelto a aparecer en esta lista pese a que en la edición 2021 Hacienda bajó el listón hasta los 600.000 euros de deuda.

En la primavera del año pasado, 'El País' dio una pista de cómo iban sus problemas con la Agencia Tributaria. En ese primer trimestre del año, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) desestimó hasta en dos ocasiones los recursos que había interpuesto el cantante contra la Agencia Tributaria, que le había tirado de las orejas por deducirse indebidamente gastos de sus empresas que en realidad eran de índole personal, y por rebajar su factura fiscal cobrando de una sociedad por servicios que hubiera tenido que declarar como ingresos en el IRPF.

El cantante gestiona la mayor parte de sus intereses en España a través de la sociedad Costaguana, una "empresa de espectáculos", según el informe de cuentas, que administra solidariamente junto a una entidad holandesa llamada Tarisa B V. La compañía declara un activo total de casi ocho millones de euros, aunque acaba de actualizar sus cuentas y declara pérdidas de más de 300.000 euros (100.000 menos de lo que perdió el ejercicio anterior). Esta es la empresa que ha sido sometida a sucesivas inspecciones fiscales.

Costaguana es el administrador único de la empresa Lumi SL, una entidad dedicada al alquiler de bienes inmobiliarios que, sin embargo, cuenta con una sola propiedad a su nombre: la fabulosa casa familiar de Somosaguas donde Lucía Bosé vivió la mayor parte de su vida, valorada en más de seis millones de euros. La casa, una gran estructura de hormigón que ocupa mil metros cuadrados con amplios ventanales y rodeada de jardines, es el lugar donde se criaron los Dominguín Bosé hasta que con el tiempo se convirtió en el hogar de Miguel. Allí, según él mismo compartió en Instagram en 2018, cuenta con su propio estudio de grabación, un gallinero y espacio suficiente (la parcela alcanza 10.000 metros cuadrados) para su familia cuando están en Madrid.

Según ha podido saber Vanitatis, el cantante ha utilizado el inmueble para solventar su deuda con Hacienda, que ya superaba el millón de euros. Para cumplir con su compromiso con la Administración, el compositor ha aportado este activo como garantía, estableciendo lo que se conoce como una hipoteca unilateral a favor de la Agencia Tributaria. Se trata de una fórmula un tanto singular pero cada vez más popular en un escenario donde no se tiene liquidez pero sí bienes inmuebles. "Ante la dificultad o incluso la imposibilidad de disponer de efectivo o de obtener aval bancario o póliza de seguro de caución, el interesado puede proponer la medida de hipoteca inmobiliaria a favor del organismo de la Administración Pública actuante, cuya constitución quedará condicionada obviamente a la aceptación del organismo o a la estimación del Juzgado o Tribunal en su caso", explican en Díaz y Asociados. Hacienda aceptó el trato y la transacción se firmó en el primer trimestre de 2021.

No es la única propiedad de Costaguana. En el año 2003, Bosé invirtió a través de esta sociedad en un ático de 70 metros cuadrados en plena calle Barquillo. Debido a sus problemas con la Agencia Tributaria, esta propiedad contaba hasta junio de 2020 con una anotación preventiva de embargo.

Bosé se ha dedicado a construir una carrera musical internacional que le ha reportado muchas alegrías. A lo largo de estos años ha acumulado un gran patrimonio, pero distintas aventuras empresariales que no salieron como debieran, estos problemas con el fisco y demás han mermado la fortuna del cantante, que además se vio obligado en 2021 a anular repentinamente su gira por España.

El artista vive desde hace años en el extranjero. Primero en Panamá, donde nació por razones circunstanciales, y ahora en México DF. Sin embargo, no siempre fue así. Hubo una época en que apostó mucho por España y puso en marcha varios negocios en nuestro país. Primero las bodegas Casalobos, que llegaron a tener una producción importante, junto a otros inversores famosos. Y después con el que fue el sueño de su vida, la producción de jamón ibérico de alta calidad.

Miguel Bosé se "enamoró de Extremadura", como se puede leer en un antiguo artículo de aquellos años de 'El Periódico de Extremadura'. La conoció mejor gracias a su hermana Lucía, que puso en marcha allí junto a Carlos Tristancho un hotel rural asentado sobre un antiguo convento franciscano de 1512. Rocamador, que Miguel apoyó también financieramente, adquirió enseguida fama y se convirtió en lugar de esparcimiento para grandes nombres como Alejandro Sanz o Aitana Sánchez-Gijón, que se casó allí con el pintor Papin Lucadamo. Aunque en 2012 cerró por la crisis, hoy ha vuelto a la vida gracias a unas bodegas que lo han relanzado para el enoturismo.

Entre 1994 y 1996, Bosé fue adquiriendo algunas parcelas de la zona. Según la prensa local, compró terreno "hasta un total de 40 encinares, con una inversión de unos 5 millones de euros". En 2003, la Finca Monsalud (nombre de la sierra en la que se encontraban los terrenos y con el que bautizó a la empresa) ocupaba 700 hectáreas y estaba dedicada a la explotación ganadera, principalmente vacuno de retinto y porcino.

Bosé empezó a producir jamón ibérico de alta calidad, se rodeó de quien sabía y puso en marcha un sueño con regusto a niñez. Al cantante le gustaba recordar entonces cómo su padre, Luis Miguel Dominguín, se hacía traer el jamón de Montánchez, la misma zona en la que él lo producía ahora.

En 2011, sus productos consiguieron la Espiga de Oro al mejor jamón certificado por la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura. Consiguieron colocar el producto en los mejores restaurantes y venderlo a un precio adecuado a su calidad, pero tras 19 años no consiguieron resistir a la misma crisis que se llevó a otras conocidas marcas extremeñas del sector que también tuvieron que cerrar. Primero lograron levantar un concurso de acreedores de su fábrica en 2012, pero la excesiva producción del sector y la crisis del consumo se los terminó merendando como a un simple bocata de mortadela. En su 'certificado de defunción' contaban que Bosé y sus compañeros de aventura "llegaron a superar los 10 millones de euros en 2008 y gestionar entre sus socios ganaderos más de 5.000 hectáreas de dehesa".

¿Qué queda de todo aquello? A día de hoy, Miguel Bosé mantiene la propiedad a través de la empresa Finca de Monsalud, de la que es administrador único, de algunas parcelas en la zona de Nogales (Badajoz) que juntas suman poco más de seis hectáreas, además de un local comercial en Pozuelo de Alarcón. La compañía ahora se dedica al alquiler de bienes inmuebles y en 2020 cerró con unos beneficios de 7.000 euros. Las otras empresas relacionadas con el negocio del jamón, como Brumale SL o Dehesano SL, se extinguieron o pasaron a otras manos con el tiempo.

Puede que algunos piensen que estas dificultades financieras pueden acabar con la carrera de Miguel Bosé, pero los hechos lo desmienten. Con su biopic en pleno rodaje y la edición italiana de su libro a punto de salir de la mano de Rizzoli, se puede decir que hay Bosé para rato.