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El García Márquez más íntimo, a través de la española a la que le dedicó ‘Cien años de soledad’
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LITERATURA

El García Márquez más íntimo, a través de la española a la que le dedicó ‘Cien años de soledad’

En la intimidad de las tertulias caseras del escritor con esta gran amiga natural de Pamplona y otros amigos, se gestó una de las novelas más importantes del siglo XX

Foto: Gabriel García Márquez, retratado en México en 2014. (Reuters/Edgard Garrido)
Gabriel García Márquez, retratado en México en 2014. (Reuters/Edgard Garrido)

“Para Jomí García Ascot y María Luisa Elío”. Esta es la dedicatoria que se puede leer en la primera página de todas las ediciones publicadas de ‘Cien años de soledad’ (más de 50 millones de ejemplares en todo el mundo) desde 1967 hasta hoy.

Lo que muchos de los lectores de Gabriel García Márquez desconocieron durante años es que María Luisa Elío fue una mujer natural de Pamplona. Cómo terminó siendo una de las personas de máxima confianza del escritor en México es una larga historia que comienza en la tristeza de un exilio forzado de esta española y su familia al país latinoamericano por culpa de la guerra civil.

En México nació su hijo, Diego García Elío, quien pasó parte de su infancia en la casa de García Márquez y quien en la actualidad regenta la editorial El Equilibrista, en la que se publicó por primera vez ‘Tiempo de llorar’, el libro que su madre escribió y en el que narró en primera persona la experiencia del exilio.

Foto: Pedro Salinas. (EFE/José Paulino)

Este domingo 6 de marzo, Gabriel García Márquez habría cumplido 95 años. Con motivo de esta fecha tan señalada, hemos querido acercarnos a la historia de María Luisa Elío para conocer algo más de cerca esa parcela más íntima del escritor.

placeholder Reproducción de un retrato de Gabriel García Márquez, tomado por la fotógrafa argentina Sara Facio en Buenos Aires. (EFE/David Fernández)
Reproducción de un retrato de Gabriel García Márquez, tomado por la fotógrafa argentina Sara Facio en Buenos Aires. (EFE/David Fernández)

Para comprender el acercamiento de María Luisa Elío al círculo íntimo de García Márquez, hay que resaltar la inquietud cultural y artística que ella siempre tuvo. Durante su juventud en México decidió estudiar en la escuela del japonés Seki Sano, refugiado de la Segunda Guerra Mundial. Formó parte del grupo de teatro vanguardista ‘Poesía en voz alta’, donde conoció a Octavio Paz, Leonora Carrington o Juan Soriano.

Cineasta y poeta también exiliado en México, Jomí García Ascot contrajo matrimonio con María Luisa Elío en 1954. Juntos crearon ‘En el balcón vacío’ (1962), la única película sobre el exilio español rodada por exiliados en el extranjero.

El matrimonio entró en contacto con la escena cultural latinoamericana de mediados del siglo XX y fue cuestión de tiempo que conociera a Gabriel García Márquez. El encuentro se produjo durante una cena en casa del escritor colombiano Álvaro Mutis. Desde aquel momento, García Márquez, su mujer, Mercedes Barcha, Jomí García Ascot y María Luisa Elío entablaron una estrecha amistad.

Las tertulias y reuniones en casa de ‘Gabo’, como sus allegados llamaban de manera cariñosa a García Márquez, eran habituales. Los matrimonios formados por él y su esposa, así como el de María Luisa Elío y Jomí García Ascot, compusieron un cuarteto muy unido por la amistad y la literatura que generó charlas y veladas sin fin.

Gabriel García Márquez llevaba casi dos décadas con la idea de la historia de ‘Cien años de soledad’ en su cabeza. Fue en esta época de los años 60 cuando decidió escribir su gran novela.

placeholder Fotografía divulgada por la Universidad de Texas en Austin que muestra a García Márquez y su esposa, Mercedes Barcha. (EFE/Centro Harry Ransom)
Fotografía divulgada por la Universidad de Texas en Austin que muestra a García Márquez y su esposa, Mercedes Barcha. (EFE/Centro Harry Ransom)

“García Márquez cuenta que María Luisa Elío y su marido, Jomi García Ascot, fueron amigos tan fieles durante la redacción de “Cien años de Soledad” que nunca dudó a quién dedicar el libro. Se lo dedica a los dos. Sin embargo, es verdad que se habla más de la dedicatoria a ella. María Luisa Elío era una mujer sumamente atractiva y talentosa, y tenía buenísima sintonía con muchos escritores. Actriz de teatro y de cine, guionista de la película 'En el balcón vacío', escritora... Reunía todas las cualidades para escuchar, dialogar y dar confianza a un escritor que se estaba dejando la piel en esta gran novela. La escritura es una actividad muy solitaria y era un lujo que una persona tan exquisita como María Luisa Elío quisiera leer, escuchar y comentar lo que acabara de escribir García Márquez cuando todavía estaba en caliente, sobre todo en el caso de ‘Cien años de soledad’, que fue un proceso largo y arduo”, nos cuenta Soledad Fox Maura, profesora de Literatura Española y Comparada en la Universidad Williams College de Massachusetts y promotora del libro ‘Tiempo de llorar’.

placeholder Foto de archivo de María Luisa Elío. (Cortesía Editorial Renacimiento)
Foto de archivo de María Luisa Elío. (Cortesía Editorial Renacimiento)

Fox Maura relata detalles de aquellas reuniones que demuestran el alto grado de confianza que García Márquez depositó en María Luisa Elío. “Ella no habla de estos detalles en ‘Tiempo de llorar’, pero sí en una entrevista que, por suerte, sobre todo para los que no llegamos a conocerla, se grabó para la televisión. Es maravilloso verla y escucharla. En esta entrevista cuenta muchas anécdotas: que ella y García Márquez se llamaban por teléfono, que se veían por la noches, que Gabriel García Márquez , tras haber estado todo el día escribiendo, salía de su encierro y que se tomaban un whisky y se ponían a charlar. A ella le consultaba cómo contar ciertas cosas, expresiones, giros… María Luisa Elío decía que era una privilegiada porque García Márquez le mandaba su capítulo terminado, así que ella leía capítulos sueltos. Además, García Márquez ya le había contado toda la novela antes de ponerse a escribirla. Ella, en aquel momento, quedó maravillada y desde el principio le comunicó todo su entusiasmo”.

placeholder Fotografía de archivo de Gabriel García Márquez en 1994. (EFE/Eduardo Abad)
Fotografía de archivo de Gabriel García Márquez en 1994. (EFE/Eduardo Abad)

Fox Maura explica cómo se produjo el 'enganche' entre ambos. “Había otros amigos importantes en las tertulias. Estaban Carlos Fuentes, Octavio Paz, Alvaro Mutis… Tenían unas tertulias que debían ser hervideros de talento. Pero, según María Luisa Elío, hubo una reunión en particular en la que ella y Gabo se quedaron como enganchados hablando de todo lo que acabaría siendo ‘Cien años de Soledad’. Se pasó la noche escuchándole. García Márquez, por ejemplo, le preguntaba cosas como que si le parecía buena la idea del cura que levitaba. María Luisa le contestó que sí. Parece que desde entonces ya se forjó una unión eterna entre el libro y ella. Según María Luisa Elío, Gabo le preguntó: '¿Te gusta?', refiriéndose a la idea general que tenía en su cabeza sobre ‘Cien años de soledad’ y que acababa de transmitirle. Ella dijo: 'Me vuelve loca'. 'Pues es tuya', contestó él. Después pidió permiso. Primero, a su mujer; y después, al marido de María Luisa, para dedicárselo”.

En julio del 2001, el mismo autor colombiano narró en 'El País' lo crucial que fue para él y para la elaboración de su novela la opinión de sus cercanos, y cómo nunca dudó de que la dedicatoria del libro tenía que ser para ellos: para Jomí y María Luisa.

placeholder Fotografía de Jomí García Ascot y María Luisa Elío. (Cortesia Editorial Renacimiento)
Fotografía de Jomí García Ascot y María Luisa Elío. (Cortesia Editorial Renacimiento)

Otro dato relevante de por qué Gabriel García Márquez sintió que esta novela era parte también de María Luisa Elío y su marido la aporta el investigador colombiano Dasso Saldívar, quien habla de la complicada situación económica que el escritor atravesaba en aquella época: "Aunque después lo negaran o minimizaran, los amigos hicieron una piña en la mala hora de los García Márquez. Carmen Miracle y Álvaro Mutis, María Luisa Elío y Jomí García Ascot asumieron la situación como algo que les incumbía doblemente: por sus amigos y por la literatura. Lo más admirable no fue solo su solidaridad fraterna, sino su gran discreción y pudor, pues jamás hablarían de ello, jamás harían alarde de sus contribuciones puntuales durante los meses más difíciles de la escritura de la novela. Si luego se supo fue por las confesiones sueltas de García Márquez y por las infidencias de otros amigos y allegados”.

En aquellas tertulias que se alargaban hasta la noche, tanto en casa de Gabo como en las de otros amigos, Diego, el hijo de María Elisa Elío, fue testigo directo de todo a través de sus ojos de niño.

El vínculo de sus padres con el escritor ha “traspasado generaciones”, como él mismo ha comentado en alguna ocasión. La prueba es que hoy, Diego García Elío es gran amigo de los hijos de García Márquez.

“Para Jomí García Ascot y María Luisa Elío”. Esta es la dedicatoria que se puede leer en la primera página de todas las ediciones publicadas de ‘Cien años de soledad’ (más de 50 millones de ejemplares en todo el mundo) desde 1967 hasta hoy.

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