Hablamos con Anna Ortiz, esposa de Andrés Iniesta: "El aborto nos lo puso todo patas arriba"

Hablamos con Anna Ortiz por videollamada. Ni ella ni sus cuatro hijos han podido salir de Japón en los últimos dos años por restricciones de la pandemia. Sí que lo pudo hacer su marido, Andrés Iniesta, que estuvo en España un mes el verano pasado para curarse una lesión. “Nada, fue, se operó y volvió”, nos cuenta Ortiz, a quien pesa la distancia más que nunca. “Ya necesitamos poder viajar”, dice con cierta resignación.

Para el encuentro con Vanitatis, Ortiz viste una camiseta negra, un collar finito y luce una coleta. Sin apenas maquillaje, habla tranquila y pausada, consciente de que cada palabra que pronuncia puede ser usada en su contra.

Ser la mujer de uno de los mejores deportistas que ha dado España es un regalo, claro, y también una responsabilidad. Por eso sorprende la franqueza con la que ha escrito su libro, 'Mi luz' (Montena, 2021), una suerte de diario personal en el que no se deja nada.

¿Por qué contarlo todo y por qué ahora?

Nunca me había planteado escribir un libro, la verdad. He sido siempre una gran lectora y es una profesión que respeto muchísimo. Así que cuando me lo ofrecieron, sentí mucha ilusión, pero también me invadió un tremendo respeto. Valoro mucho los libros y me dio cierto vértigo, la verdad. Estoy superagradecida por esta oportunidad y me ha servido para conocer una parte de mí que estaba escondida, oculta.

Hablas de todo, te abres con total sinceridad. Incluso aparece un episodio muy triste de vuestras vidas, la pérdida de un bebé en la 31 semana de embarazo.

Lo conté sin un objetivo, solo quería contar quién soy. Porque soy la mujer de Andrés Iniesta, pero también soy Anna Ortiz, mujer, madre y muchas más cosas. Como personas, todos tenemos experiencias que definen quiénes somos. Yo hablo de maternidad, que es algo muy bonito, pero también hay cosas ocultas que la gente no suele contar. No todos los embarazos son bonitos. Andrésy y yo sufrimos el aborto y ha sido la peor experiencia de mi vida. Nos lo puso todo patas arriba. Sé que mucha gente lo ha vivido y compartirlo me ha servido. Porque no es fácil superar algo así y si puedo ayudar a alguien al contarlo, pues bienvenido. Eso sí, por mucho trabajo que hagas y por mucho que lo hayamos superado, es algo que siempre está ahí. Lo único que me da satisfacción y me permite ser feliz es saber que nuestro angelito está allí bien cuidado.

"Sufrimos el aborto y ha sido la peor experiencia de mi vida. Nos lo puso todo patas arriba"

A partir de ese momento, no te frenó la posibilidad de que se repitiera la experiencia y te volviste a quedar embarazada.

La verdad es que ya no vives los embarazos igual. Tengo muchas cicatrices que son difíciles de curar. En el primer embarazo no sabes nada, pero cuando ya tienes tanta información [perdió al bebé en su segundo embarazo], los siguientes ya estás mucho más nerviosa. Yo siempre digo que no disfruto hasta que ha pasado el parto y tengo al bebé en los brazos.

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Como decíamos, no obvias ningún momento de tu vida y hablas muy claro de la depresión que sufrió Andrés. Ahora que la sociedad se ha abierto ante las enfermedades mentales, me gustaría saber cómo afecta al entorno, según tu punto de vista.

Cuando ves a alguien sufrir, aunque intentes hacer buena cara, es muy difícil. Afecta a todos, sobre todo al principio, cuando no comunica. No estamos preparados para afrontarlo, no somos expertos en salud mental y no tenemos información. Al final, lo que hicimos es estar a su lado, nos limitamos a eso, a acompañarle. Es cuando empezó a verbalizar cuando supimos cómo actuar, aprendes e intuyes. Nosotros nos dedicamos a estar a su lado, a acompañarle, y se convirtió en un aprendizaje de la vida.

"No estamos preparados para afrontarlo [una depresión], no somos expertos en salud mental"

Otro gran aprendizaje es el traslado a Japón. Entrevisté a Andres Iniesta hace unos años y ahora al tenerte a ti delante me da la sensación de que Japón es el país perfecto para vosotros. Tranquilo, educado, silencioso…

Ja, ja, ja. Es así, es el lugar perfecto para nosotros. Hay paz, tranquilidad, calma por las calles. El cambio fue supergrande y tienes que salir de la zona de confort. Aunque sabíamos que algo así tenía que pasar y estábamos preparados para cuando llegara el momento, así que lo tomamos con muchas ganas e ilusión. Sirve para abrir la mente, ampliar horizontes y crecer como pareja y como personas. Además, es un regalazo para nuestros hijos.

Eso sí, vosotros que sois tan familiares, ¿no había un lugar más lejano?

Eso nos dicen nuestra familia y nuestros amigos [risas], que nos hemos ido al país que estaba más lejos. Sacrificas unos años de tu vida, pero al final, como decía, es un regalo. Y, además, la cultura japonesa tiene algo que si no vives aquí no creo que puedas llegar a entender.

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¿Vuestros hijos hablan japonés?

Valeria, la mayor, lo habla, sí. Y mira que es complicado. Tienen cada día clases de japonés y poco a poco lo aprenden. Los pequeños todavía no.

¿Recibís visitas de la familia y amigos? ¿Viajáis a España?

Al principio sí. Pero ahora llevamos más de dos años sin poder salir del país ni recibir visitas. La pandemia ha sido muy dura y las fronteras todavía siguen cerradas. Eso es duro, sobre todo para los abuelos y los tíos. Andrés estuvo en España el año pasado cuando se lesionó, pero fue un viaje fugaz, un mes, y volvió. La verdad es que necesitamos empezar a viajar, poder ver a los nuestros…

"Me gustaría dedicarme a la moda, el estilismo, el interiorismo… Es lo que me apasiona y lo que he estudiado"

Las tecnologías os sirven para comunicaros con los vuestros y también para hacerlo con el resto del mundo. Tú dices que no te sientes influencer, pero tienes miles de seguidores en las redes sociales y cada cosa que publicas tiene impacto y peso. ¿Cómo lo gestionas?

Muestro lo que me apetece y si un día quiero que salgan los niños, pues salen. No tengo objetivos ni me interesa, pero sí que tengo un equipo detrás, un gran amigo mío me ayuda. Pero quiero que sea como yo soy, natural, sencillo. Eso sí, siempre tengo mucho cuidado con el mensaje.

Las redes sociales te sirven además para dar a conocer tus proyectos en moda, como Mikakus.

La verdad es que sí, estoy muy involucrada y me encanta. Siempre digo que la mejor profesión es la de ser madre, pero a veces hay que evadirse de ser madre las 24 horas del día. Y el trabajo en Mikakus me gusta mucho. Además, espero que en el futuro crezca. Me gustaría dedicarme a la moda, el estilismo, el interiorismo… Es lo que me apasiona y lo que he estudiado. Tengo varios proyectos en mente y estoy muy ilusionada. A ver cuándo puedo contarlo.

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Tú has sido nadadora y tu marido es futbolista de élite. Si tus hijos quisieran seguir los pasos de su padre, ¿os gustaría?

Nosotros no les inculcamos el deporte, pero sí que es cierto que forma parte de nuestro día a día, claro; su padre es futbolista. Y para ambos, los valores del deporte son fundamentales: esfuerzo, constancia, respeto, disciplina, respeto a las órdenes… Todos esos valores son fundamentales, pero no creo que mis hijos se dediquen al deporte, aunque si quieren, adelante. Solo Paolo muestra interés, mucho; por cierto, es un loco del fútbol, se sabe todos los jugadores, equipos… Andrés siempre se pregunta: "¿De dónde sale este niño?". Ja, ja, ja. Y aquí tiene la suerte de que están las escuelas de su padre y puede jugar. Porque todo es muy diferente en Japón y las extraescolares que antes hacían los niños aquí no las hacen. Si un día quiere ser futbolista, pues perfecto.