Xandra Falcó, en la boda de su primo Álvaro: recuerdos y nostalgias

Este sábado, el palacio de Mirabel será el escenario de la gran boda de Álvaro Falcó e Isabelle Junot, como ya lo fue hace años la de los padres del novio, el marqués de Cubas y Marta Chávarri. Tiempo después y en el mismo sitio lo hicieron también Xandra Falcó, prima de Álvaro, con Jaime Carvajal Hoyos. Una tradición familiar que ha querido recuperar el joven Falcó con su futura esposa, que a su vez es hija de Philippe Junot, exmarido de Carolina de Mónaco. Pero mientras Xandra celebró su matrimonio en el altar de la catedral de Plasencia, su primo lo hará en la capilla del palacio.

Contaba el novio a Vanitatis hace unos meses, cuando ya fue público dónde y cuándo sería la boda, las razones para casarse en Extremadura: “Se ha convertido en una especie de tradición que comenzó con la boda de mis padres, en los años ochenta. El palacio fue construido, en el siglo XV, por los primeros duques de Plasencia y siempre se ha mantenido dentro de mi familia”. De los cuatro hermanos Falcó Fernández de Córdoba, dos de ellos, Fernando y Rocío, también cumplieron con la tradición, como recuerdan los familiares directos ante la boda del sábado.

Xandra Falcó, hija mayor del marqués de Griñón y presidenta del Círculo Fortuny, heredó el marquesado de Mirabel de su abuela paterna, Hilda Fernández de Córdoba. Ahora, junto con su primo Álvaro, forma parte de la titularidad del monumento. Fue construido en el siglo XV por orden de Álvaro de Zúñiga y Guzmán y Leonor Pimentel, su mujer. Para Xandra, igual que para el resto de la familia y para su padre, el marqués de Griñón, este palacio era un lugar muy especial, aunque para el añorado aristócrata su paraíso era Casa de Vacas, su campo en Malpica del Tajo (Toledo).

La marquesa de Mirabel mantiene una relación muy cercana con su primo, igual que sus tres hijas: Isabela, de 22 años; Camila, de 20, y Blanca, de 11. A pesar de la diferencia de edad, los dos primos están muy unidos. Se alojarán en el parador, que fue antes convento de Santo Domingo. Las dos mayores serán las que acompañen a su madre, que hasta el mismo día de la boda no sabe qué vestido se pondrá. Como explica a Vanitatis, la decisión está aún en el aire: “Depende del frío”.

Lo que es seguro es que no lucirá un diseño de su hermana Tamara y sí, en cambio, lo harán varias de las invitadas más jóvenes, a las que ella misma propuso esa posibilidad. Puede ser que sus sobrinas Carvajal-Falcó, se decidan por alguna de las propuestas de su última colección. Pero, como decía Xandra, la elección no será definitiva hasta que lo marque el termómetro.

Para Xandra Falcó, la boda de su primo es un día muy especial lleno de recuerdos y nostalgias. Ella se casó en Plasencia el 30 de mayo de 1988 con Jaime Carvajal Hoyos, marqués de Almodóvar del Río y un hombre muy querido y respetado. Un título que ha heredado Isabela, la primogénita. Al enlace acudió el hoy rey Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias. En aquel momento, mantenía una relación con Eva Sannum, pero no acudió con ella, sino con su hermana y su cuñado, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. El banquete nupcial se celebró en el palacio de Mirabel, igual que el de Álvaro Falcó e Isabelle. Aunque esta vez lo servirá Mario Sandoval, dueño del restaurante Coque.

Xandra Falcó está en la actualidad muy volcada en su responsabilidad en el Círculo Fortuny, donde ejerce el cargo de presidenta, nombrada por unanimidad de todos los socios. Es una asociación que reúne a más de sesenta marcas y entidades que se caracterizan por su excelencia. Una de las propuestas más importantes e innovadoras en la que Xandra está involucrada, junto con la familia Eguren, bodegueros como su padre, ha sido el lanzamiento de XF Sierra Cantabria, un vino rosado que lleva sus iniciales.

Y así lo contaba a Vanitatis cuando comenzó a trabajar con ellos en abril del año pasado: “Llevaba más de dos años preparando el proyecto. Ya mi padre, con nuestra bodega Marqués de Griñón, quiso hacer un rosado. Pero el clima de Valdepusa no era el adecuado y, aunque hicimos pruebas, nunca llegamos a embotellarlo. Los rosados bien elaborados son vinos deliciosos que no tienen aún el prestigio de los grandes blancos y tintos, pero seguro que llegará. De momento, todo el que prueba XF me felicita y repite”. Seguramente será uno de los vinos que se sirva en el banquete nupcial junto a los de la firma familiar Marqués de Griñón.

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