Mayte Spínola, mecenas y pintora: ¿por qué su cara se proyecta en Times Square de Nueva York?
Durante varios días la gente que circulaba por uno de los lugares más céntricos de Manhattan veía proyectado en el luminoso de la fachada el rostro de una pintora española
Mayte Spínola es una mujer multidisciplinar. Lo mismo organiza una exposición al aire libre en los jardines de su casa El Romeral tras el paso destructor de Filomena que llena Madrid de limones gigantes para promocionar el fruto. Y es capaz de trasladar esa misma idea a ciudades de Alemania y Francia. Fundó en 1990 el Grupo Pro Arte y Cultura, que promueve a artistas con talento de cualquier edad. Muchos de ellos no habrían hecho carrera profesional si no hubiera sido por el apoyo logístico y económico de la mecenas. Así lo reconocen en sus currículums y biografías cuando triunfan.
El 'gracias, Mayte' es una de las frases comunes que le dedican a la que también es empresaria inmobiliaria, escritora y madre y abuela de familia numerosa. Su nombre aparece en la lista Forbes del Arte, donde la señalan como una de las personalidades que más ha hecho por fomentar el arte. En este resumen de excelencia que hace la revista comparte reconocimiento con nombres como Alicia Koplowitz, la baronesa Thyssen, Anne Barthe, Elena Ochoa o Carmen Reviriego. Todas ellas mujeres con un perfil potente en el mundo artístico.
Spínola acaba de cumplir sus cinco décadas como pintora desde que comenzó a exponer en los años 70 cuando ni su propio marido, el empresario de automoción Graciliano Barreiros, confiaba en que tuviera éxito, que, por otra parte, lo tuvo muy rápido. Para festejar esa fecha iniciática organizó una exposición en el espacio MIRA, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, cuya obra ha tenido su repercusión en Nueva York.
En el corazón de la Gran Manzana
Durante varios días la gente que circulaba por uno de los lugares más céntricos de Manhattan (en la intersección de la avenida Brodway con la Séptima), donde se encuentra la sede de la Bolsa de valores Nasdaq, veía proyectado en el luminoso de la fachada la obra y el rostro de una pintora española. Se trataba ni más ni menos que de Mayte Spínola, a la que la prensa especializada en España, Alemania, Francia y otros países la describen como una mujer del Renacimiento por su perfil tanto artístico e intelectual como empresarial. Junto a ese documento visual en Nueva York también se encontraba el trabajo del pintor Pedro Sandoval, presidente de la fundación Pro Arte y Cultura y colaborador directo de Spínola.
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La idea de utilizar el metaverso y la tecnología más avanzada para exponer el arte partió precisamente de Sandoval, reconocido profesional que expone en las galerías más importantes de Europa, y varias de sus obras han recibido menciones y premios. Uno de los últimos reconocimientos fue en la Bienal de Florencia.
Primero fue su experiencia visual de su obra expuesta en la fachada del Nasdaq y estas semanas han sido los trabajos de Mayte Spínola a través de los NFT (Non Fungible Token, objetos únicos no fungibles). Spínola explica de qué se trata esta innovación que sirve para que el arte llegue a cualquier lado, incluidas las estaciones espaciales.
“Los tiempos cambian a una velocidad impresionante. Debemos amoldarnos y yo lo he hecho. Esta idea era investigar otros soportes. En este caso, el digital y a través de los NFT se realizan experiencias únicas. Son pequeños vídeos con fotografías de las obras que se acompañan de una historia y es lo que se ha visto proyectado en Nueva York. Es un trabajo homenaje que me ha hecho Pedro Sandoval. La verdad es que para mí ha sido una sorpresa. Nunca pude imaginar que mi cara y mi obra estarían proyectadas durante varios días en ese edificio”, cuenta la protagonista de esta historia tecnológica.
Explica que este proyecto es el estreno oficial de la plataforma WISe.art, que mediante tecnología ‘blockchain’ permite llevar un registro seguro de operaciones digitales sin intermediación de terceros: “Es una manera de garantizar versiones autentificadas y firmadas de estos activos, además de gestionar su venta”. La empresa forma parte del grupo suizo Wisekey, dedicado a la ciberseguridad y dirigido por el español Carlos Moreira.
Hija adoptiva de Marmolejo
El próximo 27 de mayo a Mayte Spínola le brindan un reconocimiento en Marmolejo (Jaén), donde abrió en 2004 el museo de arte moderno que lleva su nombre: “Me hacen hija adoptiva. Es un gran honor y estoy muy agradecida”. Coincidiendo con ese acto, la mecenas ha organizado la entrega de las Medallas de Oro y diplomas del Grupo Pro Arte en la Casa del Agua, que se encuentra en dicha localidad. Se trata de una casa solariega que Spínola adquirió hace unos años a los marqueses de Albayda y la convirtió en hotel boutique de diez habitaciones para que artistas y visitantes internacionales puedan disfrutar del turismo en esta zona de España. Ha potenciado dieciocho museos por medio mundo y el primero fue en Azuaga, donde nació su padre: “Después abrimos en Bulgaria, Jaén, Mallorca, Salta (Argentina), Alemania, Austria…. Y, por ahora, el último ha sido el de Laponia”.
Se casó a los 19 años con Graciliano Barreiros, ingeniero industrial que, junto con sus tres hermanos, revolucionó el mundo automovilístico. Tuvieron tres hijas, Grachya, Mayte y Rocío. La educaron para ser madre de familia y participar en la vida social del Madrid de aquellos años con fiestas y cenas casi diarias. Se reveló contra las normas establecidas y se dedicó a pintar, una actividad que estaba bien para estar por casa, pero no para exponer en galerías de arte, que fue precisamente lo que hizo. Su obra empezó a cotizarse y así calló bocas. Ya no tuvo que pelear más y la dejaron tranquila. Una de sus aficiones es viajar y lo hace escogiendo lugares en los que pueda disfrutar de una actividad artística.
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Mayte Spínola es una mujer multidisciplinar. Lo mismo organiza una exposición al aire libre en los jardines de su casa El Romeral tras el paso destructor de Filomena que llena Madrid de limones gigantes para promocionar el fruto. Y es capaz de trasladar esa misma idea a ciudades de Alemania y Francia. Fundó en 1990 el Grupo Pro Arte y Cultura, que promueve a artistas con talento de cualquier edad. Muchos de ellos no habrían hecho carrera profesional si no hubiera sido por el apoyo logístico y económico de la mecenas. Así lo reconocen en sus currículums y biografías cuando triunfan.